AMBIENTE-VENEZUELA: Contraataque a las lentejas acuáticas

Pescadores y demás pobladores ribereños del Lago de Maracaibo, en Venezuela, se unen a expertos y al gobierno en la lucha contra la lenteja de agua, que avanza rápido y sin pausa desde sus orillas, dejando sin oxígeno y luz a su flora y fauna ya afectadas por la industria petrolera y residuos urbanos.

Una imagen tomada a gran altura de este lago del extremo noroccidental de Venezuela, el más grande de América del Sur, muestra bajo el reverberante sol del trópico apenas un espejo de agua en el centro de su superficie, asediado por la mancha verde constituida por la lemna sp, también denominada lenteja de agua por su parecido con la planta comestible.

Unos 300 pescadores se han empleado a las órdenes del Ministerio del Ambiente y de organismos de la zona para arrancar manualmente unos 1.500 metros cúbicos de lemna cada día. "Llenamos camiones y camiones, pero mientras más arrancamos, más se reproduce”, señaló el operario Argenis Faría.

Esta maleza de aguas dulces o de baja salinidad, de la familia Lemnaceae, ya cubre la sexta parte del lago, de unos 13.000 kilómetros cuadrados de superficie, con una intrincada capa de cinco centímetros de espesor, que se reproduce a gran velocidad y desafía la emergencia decretada a mediados de este mes por el gobierno de Hugo Chávez.

Algunos expertos calculan que ya se enfrentan a 90 millones de metros cúbicos de una maleza cuyo ciclo reproductivo es tan veloz que le permite ganar nuevos espacios cada 48 horas. "Es la primera vez que esto ocurre y por eso es tan preocupante”, admitió a IPS el biólogo Gonzalo Godoy, de la organización ambientalista Procuencas, consagrada al estudio del lago.
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La ministra del Ambiente, Ana Elisa Osorio, informó que dispuso de 1,5 millones de dólares para atender la emergencia, mientras el conjunto de las autoridades y expertos estudian traer barcos con maquinaria especializada, posiblemente desde Canadá, para recoger las plantas extraídas.

"El pescado se va, nos estamos quedando sin trabajo", se lamentó en charla con IPS desde Santa Rita, una de las poblaciones ribereñas al lago, Valmore Montiel, quien vive de la captura y venta de lisa y otras especies en pequeños restaurantes de esa zona del estado de Zulia.

Su colega Cristóbal Ugas deploró que la cosecha de camarones de esta temporada ya se haya dado por perdida. "Esta es otra maldición que cae sobre el lago”, apuntó.

Esta zona del Lago de Maracaibo es la misma de cuyo subsuelo se ha nutrido por 90 años el mayor emporio petrolero de América del Sur. Aunque Venezuela ha desarrollado la extracción de hidrocarburos en otras provincias, todavía se extrae diariamente de Maracaibo más de un millón de barriles de crudo.

"La maleza es favorecida por la alta cantidad de nutrientes en estas aguas y las abundantes lluvias caídas esta temporada”, explicó el biólogo Godoy. Meteorólogos indicaron que en Venezuela el caudal de lluvia sobrepasó 100 por ciento lo estimado, es decir que la cantidad de lluvia esperada hasta fines de julio ya cayó sobre el territorio antes de mediados de junio.

La composición del agua en el lago (245.000 millones de metros cúbicos) ha variado, porque se ha alterado la salinidad habitual, que era de unos 13 miligramos por litro, a menos de cuatro miligramos. Con más agua dulce se ha favorecido el avance de la lemna.

El Lago de Maracaibo, el mayor de su tipo con salida al mar del mundo, está conectado a las aguas del Caribe a través de un canal natural, que fue dragado hace medio siglo para permitir el acceso de buques petroleros a las terminales de sus costas.

El dragado incrementó los niveles de salinidad, aunque las aguas dulces son repuestas con las lluvias y el aporte de caudalosos ríos que llegan desde el sur y el occidente. Las aguas, sin embargo, están estratificadas, pues son muy densas en el fondo, con escasa circulación, y más ligeras en la superficie.

Pero la sal es apenas uno de los villanos que degradan el lago. Otro es la actividad industrial petrolera, que ha dejado un pasivo ambiental gigantesco.

A lo largo del siglo XX se instalaron en la zona 14.000 taladros petroleros, y todavía hay 8.000 en actividad. En el lecho del lago, cuya mayor profundidad es de 36 metros, se cruzan por lo menos 25.000 kilómetros de tuberías, muchas de ellas abandonadas y oxidadas.

Pero el mayor de los males del presente, según Godoy, lo constituyen las aguas servidas de las ciudades ribereñas, donde hay muy pocas y pequeñas plantas para su tratamiento. En las orillas se levantan Maracaibo, la capital estadual con 1,5 millones de habitantes, Cabimas con 250.000 y Ciudad Ojeda con 150.000 pobladores.

El tercer contaminante son los pesticidas y agentes químicos usados por los agricultores y ganaderos que actúan en la cuenca, que es la principal del país en la producción de leche, carne vacuna, banano y otras especies agrícolas, advirtió a IPS Carlos Rivero, de una oficina ambiental del grupo estatal Petróleos de Venezuela.

La lemna se alimenta con el nitrógeno y fósforo que producen las aguas servidas y llegan al lago desde tuberías y ríos, destacó Godoy. La abundancia de esos contaminantes puede explicar su rápida reproducción, añadió.

Pero la lemna además se apropia del oxígeno que requieren el plancton y la flora y fauna del lago, a lo que se agrega que el intrincado tejido de ramas, hojas y lentejas crea una capa que obstruye el paso de luz y decreta la emigración o muerte de otras especies.

Peces y camarones que se desplacen entre el ramaje pueden quedar atrapados y perecen por un cuadro de anoxia.

Adicionalmente, la descomposición de la planta crea condiciones favorables para la reproducción de zancudos y otros vectores de enfermedades infecciosas, para humanos y ganado. Algunas regiones cercanas al lago padecen de modo cíclico por el dengue, por ejemplo.

Sin embargo, no todo es malo. La lemna contiene proteínas y, por su similitud con otras gramíneas, puede procesarse para la fabricación de pienso para el ganado. Pero no existe un plan para su aprovechamiento de ese modo en Venezuela y los miles de metros cúbicos recolectados junto al lago son llevados a descampados tierra adentro.

Víctor Granadillo, un investigador de la Universidad del Zulia, en Maracaibo, destacó que volúmenes de lemna convenientemente administrados pueden servir a la absorción de metales como plomo y mercurio, presentes en el lago y en cuyo extremo noreste funciona la principal planta petroquímica del país.

Autoridades y grupos ambientalistas han lanzado una campaña para que la ciudadanía se incorpore a las tareas de erradicación de la lemna en las orillas. "Es un recurso natural hermoso y de nosotros", dijo a IPS Luisana Zambrano, una escolar de 14 años. "Las autoridades no lo atendieron a tiempo y ahora entre todos tenemos que salvarlo”, agregó. ***** + Instituto de Conservación del Lago de Maracaibo (http://www.iclam.gov.ve) + Ministerio del Ambiente de Venezuela (http://www.marn.gov.ve) + Lentejas lacustres al ataque (https://www.ipsnoticias.net/interna.asp?idnews=29202)

(FIN/IPS/hm/dm/en/04)

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