RELIGION-FRANCIA: Enseñar a los imanes a predicar

La decisión del gobierno de Francia de expulsar a clérigos musulmanes sospechosos de predicar la violencia originó reclamos de educación para los religiosos.

Todo lo que necesita hoy un musulmán para encabezar una congregación religiosa es una vida privada sin tacha, fluidez en idioma árabe y apoyo financiero de un país islámico, según los críticos habituales de la comunidad musulmana. Pero muchos franceses se preguntan si eso es suficiente.

”Los musulmanes franceses deben revisar la calificación de sus imanes”, dijo a IPS el secretario general del Consejo Francés del Culto Musulmanes (CFCM), Azzedine Gaci.

”Los nuevos imanes deberían hablar francés y tener un profundo conocimiento de la sociedad y la historia de Francia para adaptar la religión a este país. Por otra parte, el Islam francés debe ser independiente económica y políticamente de influencias extranjeras, en especial de Arabia Saudita, Irán y Argelia”, agregó Gazi.

Desde enero, el gobierno francés expulsó por la supuesta peligrosidad de sus prédicas a cinco clérigos islámicos, tres de ellos el mes pasado. El último fue el turco Midhat Guler, el 30 de abril. Guler tenía 45 años y vivía en Francia desde los 21.

En total, fueron 27 religiosos expulsados desde el 11 de septiembre de 2001, fecha de los atentados contra Nueva York y Washington que dejaron 3.000 muertos.

Los cinco millones de musulmanes de Francia están divididos en cuanto a qué hacer al respecto. ”No hemos sido capaces de alcanzar un acuerdo”, dijo el presidente del CFCM e imán Dalil Boubakeur.

El imán de la mezquita de Venissieux, 400 kilómetros al sudeste de París, Abdelkader Bouziane, fue expulsado el 21 de abril, luego de decir a la prensa que el Corán, libro sagrado del Islam, ordena someter a violencia a mujeres que cometen adulterio.

Pero Bouziane también había advertido que los maridos deben respetar las leyes nacionales que prohíben golpear a las mujeres.

”Francia no puede aceptar en su territorio declaraciones que ataquen la dignidad humana”, dijo el ministro del Interior, Dominique de Villepin, al ordenar la expulsión.

Bouziane fue deportado a Argelia, donde fue encarcelado. El juez de Lyon a cargo de la apelación a la expulsión sentenció que hay ”serias dudas sobre la legalidad” de la medida, y dijo que el clérigo podría regresar a Francia.

El analista Daniel Shneidermann, del diario centroizquierdista Liberation, calificó esta deportación de ”proceso intencional de diabolización de un musulmán”.

De Villepin, que hasta hace pocas semanas se desempeñó como canciller del gobierno derechista de Jacques Chirac, convirtió la lucha contra el Islam radical un punto central de su ejercicio ministerial.

Guler, líder de la Asociación Islámica de Francia (AIF) vivía en Francia desde 1976, y las autoridades sospechan que estaba asociado con el movimiento radical islámico Klapanci, prohibido en Turquía y en Alemania. El CFCM excluyó a un puñado de mezquitas controladas por Klapanci de sus registros.

La FIC es ”un movimiento ultrafundamentalista que llama a la creación de un Estado islámico en Turquía”, dijo el líder del Comité Francés de Musulmanes Turcos, Haydar Demiryurek.

Pero los defensores de Guler afirman que el clérigo no participó en actividades políticas. ”El gobierno francés está abriendo la temporada de caza de brujas contra los musulmanes, y ha fallado en presentar cualquier evidencia contra mi cliente”, dijo el abogado Adrien Namigohar.

De Villepin anunció que mantendrá su campaña. ”La amenaza es demasiado grande como para que transijamos con estos individuos”, dijo en una reunión del CFCM el 1 de mayo. ”Es por eso que ya comencé a expulsar imanes que traicionaron el mensaje musulmán de paz.”

La campaña de De Villepin se concentra en el ala salafista del Islam, que se origina en Arabia Saudita. La agencia de inteligencia interna Renseignements Generaux, los salafistas se dividen en una facción apolítica pero fundamentalista, con 95 por ciento de los integrantes, y la facción ”jihadista”, que postula la guerra santa.

Pero el portavoz de la Unión Francesa de Jóvenes Musulmanes, Yamin Makri, sostuvo que tales distingos son insustanciales.

”La mayoría de los imanes de Francia urgen a los musulmanes a apoyar a Palestina y a la resistencia iraquí, pero eso no los convierte en terroristas. Los jihadistas de verdad no van a las mezquitas: operan en secreto”, sostuvo. (

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