Pasados 87 años, la interrogante de Fátima subsiste. ¿Era la Virgen quién apareció ante los asombrados ojos de tres niños pastores portugueses, según la versión de la Iglesia Católica, o se trataba de una inglesa alta y rubia, características nunca antes vista en una mujer en esos parajes rurales, como sostienen los no creyentes?
Pero quienes no se hicieron demasiadas preguntas fueron las autoridades de Portugal al momento de diseñar la seguridad de la multitudinaria peregrinación de feligreses de María procedentes del país y del exterior, más teniendo en cuenta el atentado perpetrado por la red islámica extremista Al Qaeda en marzo en la vecina España y presuntas amenazas por el apoyo de Lisboa a la invasión de Iraq.
Para la celebración de este jueves de la Virgen de Fátima se montó una fuerza conjunta, coordinada por la Policía de Seguridad Pública, en un gigante operativo sólo comparable al realizado durante la visita del papa Juan Pablo II en la efeméride de 2000 y similar al que se prepara para el recital internacional de Rock de fines de este mes y para la Eurocopa 2004 de fútbol.
Es que Fátima constituye unos de los fenómenos de mayor convocatoria en Portugal aun desde antes de 1930, cuando el Vaticano reconoció la aparición como milagro y autorizó su culto litúrgico.
Los agnósticos nunca pusieron en duda la palabra de los tres pastorcitos, pero hasta hoy su versión insiste en que en esa entonces aislada zona, la esposa de un ingeniero inglés que construía una carretera decidió hacer un paseo por el campo, encontrando a las dos muchachas y al niño que cuidaban un rebaño.
Sea cual fuere la creencia íntima, el fenómeno registrado el 12 y el 13 de mayo de 1917 en Santa Cova da Iria, en el montañoso centro del país, Virgen de Fátima, junto al histórico almirante Vasco da Gama, la desaparecida cantante Amalia Rodrigues, el político Mario Soares, considerado el padre de la democracia lusa, y los futbolistas Eusebio da Silva Ferreira, retirado, y Luis Figo, hoy en el club español Real Madrid, son las imágenes de marca de Portugal en el mundo.
Al derrocar al régimen corporativista (1926-1974), los capitanes izquierdistas del ejército portugués lanzaron la llamada proclama de las tres D: Democratizar, Desarrollar y Descolonizar, para reemplazar las tres F del dictador Antonio de Oliveira Salazar: Fascismo, Fátima y Fútbol.
Pasadas tres décadas, el Portugal democrático borró el fascismo de su léxico, desmanteló su imperio megalómano y se desarrolló razonablemente. Pero, todavía mantiene dos de sus tres F: Fátima y Fútbol, los dos acontecimientos que más logran movilizar multitudes.
Las medidas de excepción, confirmadas este miércoles por el comisario de la policía, José Lopes Martins, responsable por la vasta operación, incluyen la participación efectivos de la Guardia Nacional Republicana (policía militarizada), agentes de civil del Servicio de Extranjeros y Fronteras, 25 compañías de Bomberos, funcionarios de la Protección Civil y personal de emergencia médica.
El gobierno Civil de Leiría, la ciudad cabeza de la comarca donde se encuentra Fátima, 120 kilómetros al norte de Lisboa, estima que en la operación participarán unos 1.500 policías para proteger un número variable, que se calcula entre 250.000 y 300.000 peregrinos de diversas nacionalidades.
Unos 30.000 de estos feligreses comenzaron una caminata hace varios días hasta el santuario desde diversos puntos de Portugal y de España.
Las dos mayores concentraciones verificadas en la inmensa plaza, que antecede el santuario, fueron de poco más de un millón de personas, una durante la última visita papal en 2000 y la otra tres años antes al cumplirse 80 años de la aparición, un fenómeno que en el mismo año 1917 se repitió en otras cinco oportunidades según el testimonio de los pastores.
El único atentado en estos 87 años se produjo en la dramática noche del 12 de mayo de 1982, durante la primera visita papal, cuando el sacerdote español Juan Fernández Krohn atacó con un sable al entonces sumo pontífice Juan Pablo II, hiriéndole en la pierna derecha. Pese a que le fue declarado desequilibrio mental, el religioso fue condenado a seis años y medio de prisión.
Aunque la cantidad esperada esta vez es mucho menor que en las visitas de los papas y en la efeméride de los 80 años, la amenaza terrorista islámica ha inducido al gobierno a movilizar un número similar de personas encargadas de la seguridad y emergencias.
Las autoridades portuguesas no han reconocido oficialmente la existencia de amenazas, pero han anunciado medidas de seguridad rigurosas también para la edición 2004 de la Eurocopa de fútbol, que entre el 12 de junio y el 4 de julio reunirá en Portugal a las selecciones de los 16 países europeos clasificados.
Asimismo, se decidieron medidas extraordinarias entre el 28 de este mes y el 6 de junio, en ocasión del festival mundial de música titulado Rock in Río, que normalmente se realiza en la ciudad brasileña de Río de Janeiro, pero que excepcionalmente se trasladó este año a Lisboa.
En abril, un matutino de la capital portuguesa recibió un comunicado sin firma, en árabe, español y portugués, acompañado de un vídeo con versículos del Corán, anunciando que durante la Eurocopa 2004 Portugal será castigado debido al incondicional apoyo de su primer ministro conservador José Manuel Durão Barroso a la política del presidente estadounidense George W. Bush en Iraq.
Los insistentes comunicados de grupos radicales islámicos, llamando a la guerra santa contra los cruzados en Medio Oriente y los infieles en cualquier parte del mundo hace crecer la preocupación por la seguridad cuando se producen grandes concentraciones cristianas y Fátima es una de las mayores del mundo de personas que profesan esta fe, dijo a IPS el analista internacional luso Augusto Vilela.
Debido al flujo de visitantes no sólo en los aniversarios, sino durante todo el año, de una pacata aldea rural, Fátima se ha ido convirtiendo poco a poco en un inmenso bazar de venta de artículos religiosos y de las más variadas lembranças (pequeños recuerdos) de Portugal.
Los estrictos controles policiales, incluyen la identificación de vendedores ambulantes originarios de países del norte de Africa, en especial marroquíes, que, no obstante su religión musulmana, no tienen problemas en competir codo a codo en la venta de imágenes católicas a precios mucho más convenientes que los cobrados por las tiendas establecidas.
El comisario Lopes Martins, declinó revelar el número exacto de policías que participan en la operación, pero aseveró que será un gran número, los suficientes para garantizar la seguridad que el evento merece e indicó que de la fuerza, formarán parte unidades especiales que están preparadas para todos los escenarios posibles, incluyendo el terrorismo.
Por otra parte, muchos de los agentes actuarán con una cierta invisibilidad, es decir el modelo será discreto, de poca ostentación, debido a la naturaleza pacífica del encuentro, añadió.
También precisó que se ha puesto en funcionamiento un sistema de vídeo-vigilancia, tanto en el patio del santuario, como en el auxilio que recibirán de la administración de las autopistas, que permitirán identificar vehículos sospechosos.
En resumen, el modelo será de gran presencia notoria policial en un anillo circundante, la que irá disminuyendo poco a poco hasta el interior del recinto, donde no habrá visibilidad. Pero allí tendremos un gran número de agentes de civil, concluyó Lopes Martins.
Mientras, el obispo de Leiría-Fátima, monseñor Serafim Ferreira e Silva, decidió tranquilizar los ánimos, declarando este miércoles a la prensa que no tendría ningún sentido un atentado en Fátima y explicó que el santuario ha realizado muchos esfuerzos en el sentido del diálogo interreligioso.
Todos los peregrinos caminantes consultados por IPS —que este miércoles comenzaron a llegar al santuario, algunos cubriendo distancias hasta de 300 kilómetros—, no manifestaron temor alguno ante posibles atentados.
La devota Ana Cristina da Conceição, mientras enfermeras voluntarias le curaban sus pies en una tienda de campaña en los accesos del santuario, se mostró convencida que un atentado terrorista es imposible.
Estamos protegidos por el manto sagrado de nuestra señora de Fátima y, además, los islámicos nunca atentarían contra la Virgen pues tiene el mismo nombre de la hija del profeta Mahoma, añadió. (