KOSOVO: Red de explotación sexual para soldados de OTAN y ONU

La organización humanitaria Amnistía Internacional exhortó a la Unión Europea (UE) a brindar más apoyo legal y financiero a la lucha contra el tráfico de mujeres en la meridional provincia serbia de Kosovo, donde las fuerzas internacionales de paz aportan clientes a los proxenetas.

Amnistía pidió a la UE que se asegure de que las mujeres y niñas estén protegidas de acuerdo con los compromisos del bloque europeo en materia de manejo de crisis humanitarias y de mantenimiento de la paz en la provincia, hoy administrada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

El llamado fue realizado este lunes, en ocasión de la divulgación del informe ”¿Así que yo tengo derechos? Protección de los derechos humanos de mujeres y niñas traficadas para la prostitución forzada en Kosovo”.

El estudio indica que mujeres y niñas sufren numerosos abusos, entre ellos ”secuestro, privación de libertad, negación de la libertad de movimiento y torturas y maltratos, incluidas amenazas psicológicas, golpizas y violación”.

La prostitución es ilegal en Kosovo, pero la provincia se ha convertido en uno de los principales lugares de destino para mujeres y niñas explotadas por redes internacionales de proxenetas, a raíz del despliegue desde julio de 1999 de una fuerza militar internacional de mantenimiento de la paz.

En la actualidad, hay más de 36.000 soldados de países de la UE desplegados en la provincia, como integrantes de la Fuerza de Kosovo (Kfor) que mantiene allí la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) o de la Misión de las Naciones Unidas en Kosovo, cuya misión incluye tareas policiales.

Según el informe de Amnistía, de esas fuerzas internacionales proviene ”20 por ciento de los usuarios de servicios (sexuales) de las mujeres y niñas traficadas”, y por lo tanto ”una parte significativa de los ingresos de la industria” de explotación sexual.

”Es indignante que las personas enviadas a proteger a esas mujeres y niñas usen su posición para explotarlas, y se salgan con la suya”, comentó Amnistía.

Amnistía detectó que a las extranjeras explotadas, en su mayoría moldavas, búlgaras y ucranianas, se ha sumado una creciente cantidad de kosovares, muchas de ellas menores de 18 años.

De acuerdo con su informe, ”con clientes que incluyen policías y soldados de fuerzas internacionales, las niñas y mujeres (sometidas a explotación sexual) a menudo están demasiado asustadas para intentar escapar, y las autoridades no cumplen con su deber de ayudarlas”.

Por otra parte, ”mujeres y niñas son traficadas (para su explotación sexual) desde Kosovo a países de la UE, entre ellos Gran Bretaña, Holanda e Italia”, indicó en una declaración escrita el director de la oficina de Amnistía Internacional para la UE, Dick Oosting.

Otras organizaciones no gubernamentales también afirmaron que mujeres y niñas kosovares son llevadas a países de la UE para ser sexualmente explotadas.

Pristina, capital de Kosovo, cuenta con dos centenares de bares y burdeles donde se pueden contratar fácilmente servicios sexuales, según el informe de Amnistía. En 1999, eran apenas 18.

El estudio indica que fuera de fronteras de Kosovo, las mujeres procedentes de esa provincia son vendidas por precios que van de 60 a 4.100 dólares.

La prostitutas en Kosovo, que proceden mayoritariamente de Europa oriental, por lo general permanecen encerradas en habitaciones oscuras, mientras los proxenetas guardan sus pasaportes bajo llave. Muchísimas sufren desnutrición y se les niega acceso al tratamiento médico.

Según el informe, las fronteras de Kosovo con Albania, Macedonia y Serbia son permeables al tráfico de personas y otras actividades criminales, y los administradores de la provincia hacen poco contra los responsables de los abusos.

Muchas mujeres y niñas explotadas que lograron escapar o fueron rescatadas ”por la policía, quedaron en una situación vulnerable a abusos de los propios integrantes de fuerzas de seguridad, del sistema de justicia penal o de otros organismos”, destacó Amnistía.

A varias de ellas, arrestadas y encarceladas por ejercicio de la prostitución, ”se les negaron derechos básicos de las personas detenidas”, como el acceso a abogados defensores, sostuvo.

Los integrantes de la Kfor y el personal de la ONU asignado a Kosovo gozan de inmunidad penal salvo que se les retire mediante una orden expresa, pero eso ha ocurrido sólo dos veces desde 2002.

Amnistía demanda que la UE y sus Estados miembros se ocupen de las causas de fondo del negocio de explotación sexual en Kosovo, y protejan los derechos de las mujeres y niñas víctimas de proxenetas.

También alega que debe reconocerse el derecho de esas víctimas a indemnizaciones, y a la repatriación cuando corresponda.

”Dada la importancia estratégica de la UE en Kosovo, Amnistía Internacional pide a la UE que haga más, en materia financiera y legal, para ayudar a combatir la deplorable práctica del tráfico de mujeres y niñas, que ocurre ante la puerta” del bloque europeo, alegó Oosting.

”Se debe hacer más desde la UE para prevenir el tráfico y proteger a las víctimas”, sintetizó.

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