INDIA: Votar entre los escombros

Sahnawaz, fontanero de Nueva Delhi, no podrá votar en los comicios en India. Su documento electoral quedó en algún lugar entre los escombros en que se convirtió su hogar cuando los buldozers del gobierno le pasaron por encima.

Las demoliciones en Yamuna Pustha, el barrio de viviendas precarias más extenso de la capital de India, dejaron sin techo a 150.000 personas, la mayoría musulmanes pobres procedentes de los estados orientales de Bihar y Bengala.

”Olvídense de las elecciones. No sé cómo sobrevivirá mi familia”, se lamentó Shahnawaz.

Las apisonadoras comenzaron su trabajo en abril y aún no concluyeron.

La ciudadanía de Delhi, el estado donde se encuentra la capital, irá a las urnas el 10 de este mes, en la cuarta y última fase de las elecciones generales que comenzaron el 20 de abril.

Los comicios han sido organizados para optimizar los aspectos logísticos y de seguridad de lo que ha sido calificado de mayor ejercicio democrático del mundo.

Las demoliciones fueron dispuestas por el ministro de Turismo y Cultura, Jagmohan, del derechista y prohinduista partido Bharatiya Janata (BJP), el principal sector de la coalición de gobierno.

Jagmohan compite por un escaño parlamentario por el distrito en el que se encuentra Yamuna Pushta, pero cuenta con pocas posibilidades de voto entre los residentes del área, dada su extracción religiosa y social.

Si este burócrata devenido político se sale con la suya, lo que otrora fue un mar de chozas con techo de plástico se convertirá pronto en un parque digno de la capital de un país tan inmenso como India.

Un complejo turístico y cultural formará un cinturón verde que separará la ribera del Yamuna de la muralla de granito rojo de la ciudad medieval de Shahjehanabad, famosa por los palacios de mármol de los emperadores mughal y por su imponente mezquita imperial, Jama Masjid.

El complejo de 88 hectáreas se convertirá, según la monumental propuesta de Jagmohan, en ”uno de los grandes centros de turismo cultural interno y extranjero”, y rivalizará con ”la ribera sur del Támesis”, en Londres.

Pero se trata de apenas una pequeña parte de un plan de desarrollo para un área de 9.700 hectáreas, que cuenta con 60 por ciento de participación privada.

En breve, advirtieron críticos de la obra, más residentes de Yamuna Pushta serán desalojados sin compensación adecuada para abrir paso a la construcción de centros comerciales.

La oposición política a las demoliciones ha sido débil, aun desde el principal rival de Bharatiya Janata, el Partido del Congreso, que gobernó India durante la mayor parte de la vida independiente del país iniciada en 1947.

La principal preocupación de ese partido parece ser hoy que los residentes y ex residentes de Yamuna Pushta puedan votar, aun instalando circuitos electorales en medio de los escombros.

El portavoz del Partido del Congreso Kapil Sibal sostuvo que los desalojos y la reubicación son inevitables, dada la orden emitida por la Corte Suprema de Delhi en marzo de 2003 según la cual las autoridades deben remover todas las ”construcciones sin autorización”.

Pero, añadió Sibal, no hay necesidad de apresurarse para terminar la tarea antes de las elecciones.

Jagmohan persigue la demolición de Yamuna Pushta desde los días en que era vicegobernador de Delhi, en los años 80. Ahora, acusa al Partido del Congreso de frustrar sus planes de desarrollo y de usar a los residentes del barrio con fines electorales.

El ministro no puede contar con los votos de Yamuna Pushta, pero sí con los de la clase media de Delhi, ansiosa de que su ciudad cuente con las comodidades y posibilidades de esparcimiento que se ven en otras capitales.

”Básicamente, Bharatiya Janata y el Partido del Congreso están de acuerdo en que el barrio debe irse. La única diferencia es de ritmos, si eso debe suceder antes o después de las elecciones”, dijo el líder de la organización no gubernamental Hazard Centre, Dunu Roy.

El shai imán (máximo clérigo imperial hereditario) de la mezquita Jama Masjid, Syed Ahmad Bushari, también parece haber olvidado a los miserables de Yamuna Pushta. En declaraciones que soliviantaron a sus feligreses, decidió ”darle una oportunidad” a Bharatiya Janata en las urnas.

Luego, realizó algunas visitas al barrio en demolición en su lujoso automóvil.

Roy consideró que los grandes partidos políticos estuvieron sometidos a fuertes presiones de ”las fuerzas del capital internacional” y, por otra parte, de la clase media.

Lo sucedido en Yamuna Pushta es parte de una creciente corriente de privatización de bienes públicos, agregó el activista.

”Los trabajadores no solo son desalojados de sus hogares, sino de todos sus espacios: sus empleos, los caminos por los que transitan, los servicios públicos e incluso de su identidad como ciudadanos”, agregó.

Cualquier acto de resistencia a las demoliciones fue rápida y fácilmente abatido mediante gases lacrimógenos y bastones, así como con el sistemático arresto de los organizadores. ”El poder armado del estado cayó sin piedad sobre los pobres e indefensos”, dijo Roy.

La policía persiguió a conductores de rickshaw, trabajadoras sexuales y empleadas domésticas que intentaban desesperadamente instalar refugios improvisados. También intimidaron a quienes les arrendaron un techo lejos del sitio de las demoliciones.

”Las autoridades a cargo de las demoliciones corrieron el rumor de que los residentes del barrio eran inmigrantes ilegales de Bangladesh. El hecho es que la mayoría de los que sí procedían de allí fueron llevados en trenes de carga rumbo a la frontera hace dos años”, dijo Roy.

Unas 5.000 personas lograron ubicarse en sitios alternativos propuestos por el gobierno que, sin embargo, carecen de saneamiento, escuelas y centros públicos de salud, y generalmente se encuentran a unos 40 kilómetros de sus lugares habituales de trabajo.

Pero aun esos 5.000 ignoran si podrán votar en las presentes elecciones. ”Habrá mucha confusión”, sostuvo el activista.

El activista Diya Mehra, de la organización Resistencia al Reasentamiento, dijo que la mayoría de los beneficiados fueron seleccionados por su adhesión al oficialismo o porque pagaron sobornos.

El Ministerio encabezado por Jagmohan depositó menos de la mitad de los 14 millones de dólares asignados como contribución de la cartera a los costos del reasentamiento.

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