DEPORTES: Excluidos del Olimpo

Un adiós definitivo al sueño de mudar futuros Juegos Olímpicos al mundo en desarrollo es la señal que ha dado el Comité Olímpico Internacional (COI) al anunciar qué ciudades postulantes quedaron descartadas y cuáles aún están en carrera para la contienda de 2012.

Una simple mirada al resultado de la evaluación de las nueve precandidatas indica que, con los criterios actuales, es muy difícil que ciudades de países en desarrollo logren pasar siquiera a la primera fase del proceso de selección.

Las descalificadas el martes fueron Estambul, La Habana, Leipzig y Río de Janeiro, mientras siguen en la disputa Londres, Madrid, Moscú, Nueva York y París. La elegida será anunciada en 2005.

El grado de desarrollo divide claramente a los dos grupos. La excepción aparente es la alemana Leipzig. Pero resulta evidente que una ciudad de apenas 519.000 habitantes, con otros 111.000 en los alrededores, poco puede ofrecer ante las grandes capitales del mundo del poder, de los negocios y del turismo.

El ministro de Deportes de Brasil, Agnelo Queiroz, acusó al COI de adoptar una ”decisión política”, producto de presiones de países económicamente fuertes que estarían monopolizando los Juegos Olímpicos..

En realidad la eliminación de las ciudades de países menos desarrollados y de Leipzig se basó en el informe técnico de un grupo de trabajo, que atribuyó puntos a cada precandidata en once rubros.

En esos rubros no se incluye las bellezas naturales que las autoridades locales consideraban una ventaja de Río de Janeiro. La llamada ”ciudad maravillosa” tampoco fue eliminada sólo por su elevado índice de violencia y criminalidad, divulgado con frecuencia por los medios de comunicación.

Los rubros más importantes para el resultado final fueron infraestructura general y alojamientos (el sistema hotelero), a los que se asignó un factor de peso cinco (el máximo) en la calificación final, y seguridad, con un factor de peso tres.

Río de Janeiro obtuvo una calificación mínima de 3,1 y máxima de 4,6 en infraestructura (que considera principalmente los medios de transportes y en segundo lugar las condiciones de comunicación por televisión, radio y prensa, y el aeropuerto).

Notas peores en ese rubro solo fueron asignadas a La Habana, que obtuvo 1,5 y 3,2, y a Estambul, con 2,7 y 4,1, respectivamente. En el total Río también quedó en tercera, superando a las capitales turca y cubana, pero lejos de alcanzar un promedio de seis, necesario para pasar a la segunda fase.

Otros rubros importantes, con factores de peso de tres y cuatro en la calificación final, son la villa olímpica proyectada para hospedar a los atletas, las instalaciones deportivas, la factibilidad financiera, la consistencia del proyecto general y las condiciones de circulación, comprendiendo tiempos de traslados y organización del tránsito.

Cuestiones como apoyo del gobierno y de la opinión pública, condiciones ambientales y experiencia en organización de contiendas deportivas tenían asignado un factor de peso dos.

En varios rubros cuentan no solo la situación ya existente, sino los planes de construcción y medidas a ejecutar, pero en cada caso el informe relativizó las obras prometidas estimando su grado de factibilidad.

En cuestiones financieras, por ejemplo, el proyecto de Río preveía abultados ingresos en patrocinios y ventas, pero considerados poco factibles, dada la situación económica del país.

Es difícil creer que ciudades de menor desarrollo puedan obtener los puntos requeridos en estos rubros técnicos, y menos aun superar a competidoras de los países ricos. El sueño de hospedar los Juegos Olímpicos y repetir los progresos que obtuvo la ciudad española de Barcelona en 1992 parece cada día más lejano.

La idea de utilizar esta contienda deportiva para impulsar el desarrollo urbano se ha convertido en poco realista. Al contrario, será necesario alcanzar un gran desarrollo previo a cualquier postulación, ya que los Juegos Olímpicos se convirtieron en un gran negocio fuertemente disputado por ciudades poderosas.

Beijing se impuso en la batalla por ser sede en 2008, pero ya no se puede decir que China, una potencia económica capaz de compararse con Estados Unidos en un futuro próximo, represente al mundo en desarrollo.

Los brasileños se quejaron pues los Juegos Olímpicos jamás se celebraron en América del Sur. Y, en América Latina, solo México tuvo oportunidad de acogerlos, en 1968.

De los 24 juegos ya realizados desde 1896, solo siete tuvieron lugar fuera de Europa occidental y Estados Unidos, excepciones que casi siempre beneficiaron a países ricos, como Australia, Canadá y Japón.

Pero el presidente del COI, el belga Jacques Rogge, dejó en claro que la elección de la sede olímpica busca asegurar el éxito de los juegos, no llevarlos a nuevos países o regiones. Las ciudades candidatas tienen que ”comprobar capacidad de organizar los juegos” mejor que las demás, sentenció.

Es un camino muy distinto al del fútbol, cuyas copas mundiales se alternan en los continentes, buscando difundir el deporte. En América Latina ya tuvieron lugar en Argentina, Brasil, Chile, México y Uruguay, también en varios países europeos y en Estados Unidos.

Ahora, la Federación Internacional de Fútbol Asociado trata de llevar las copas a continentes de escaso o reciente desarrollo futbolístico, como Asia, donde Corea del Sur y Japón compartieron la sede del campeonato de 2002, y Africa, donde Sudáfrica fue elegida para alojar la contienda en 2010.

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