CUBA-EEUU: Bush refuerza embargo con un ojo en las urnas

Seis meses antes de una elección en que la comunidad cubana tendrá una importancia decisiva, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, anunció este jueves que hará aun más severo el embargo de 44 años contra Cuba.

La intención declarada de la medida es impulsar lo que Washington denomina ”el cambio democrático” en el país caribeño.

La mayoría de las disposiciones anunciadas este jueves, propuestas por una comisión que emitió un informe de 500 páginas, están dirigidas a reducir el flujo de dinero y de visitantes de Estados Unidos a Cuba.

Eso excluye las remesas enviadas por la comunidad cubana estadounidense a sus familiares.

La decisión del gobierno de Bush asigna 59 millones de dólares en los próximos dos años a la ”diplomacia pública” (acciones destinadas a informar e influir sobre el público extranjero), superar el atasco de las transmisiones oficiales de radio y televisión a Cuba y apoyar ”actividades constructoras de democracia”.

Entre esas tareas figuran el apoyo a activistas prodemócratas y a familias de disidentes presos por el gobierno de Fidel Castro.

Por otra parte, el gobierno de Bush decidió no reducir, como preveía, el máximo de 1.200 dólares anuales para las remesas de cubanos residentes en Estados Unidos a sus familiares en Cuba.

Washington calculó a último momento que esa medida habría causado enojo en parte de la comunidad cubano-estadounidense, según un funcionario del gobierno.

La votación en el sudoriental estado de Florida, bastión de los exiliados cubanos opositores al régimen de Castro, fueron decisivos para que Bush ganara las elecciones en noviembre de 2000 contra su rival, el entonces vicepresidente Al Gore.

De todos modos, Washington decidió restringir las visitas de residentes en Estados Unidos a sus familiares en Cuba a una cada tres años.

”No esperaremos el día de la libertad en Cuba sino que trabajaremos para que llegue el día de la libertad en Cuba”, dijo Bush en una breve reunión con integrantes de la Comisión para la Asistencia hacia una Cuba Libre, coordinada por el secretario de Estado asistente para el Hemisferio Occidental, Roger Noriega.

Los críticos habituales de la política de Bush hacia Cuba consideraron que el plan tiene una finalidad política que resulta potencialmente contraproducente.

”Es una farsa. Puro teatro político. Será un fastidio, pero no tendrá un efecto significativo”, dijo Wayne Smith, del instituto académico Centro para la Política Internacional, quien encabezó la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana durante el gobierno de Jimmy Carter (1977-1981).

”Obviamente, apoyamos la ampliación de la democracia en Cuba, pero la historia demuestra que la ayuda a los disidentes los pone en peligro de ser retratados por el gobierno como subversivos que trabajan para Estados Unidos”, sostuvo Rachel Farley, a cargo del programa cubano de la no gubernamental Oficina de Washington para América Latina (WOLA).

”Este tipo de asistencia ayudó a arrojar 75 disidentes a la cárcel en marzo de 2003”, recordó Farley.

El hermano de Bush, Jebediah, es gobernador de Florida, y ha contado con el apoyo constante de los exiliados cubanos anticastristas.

El presidente se ha opuesto férreamente a las gestiones en ambas cámaras del Congreso legislativo para aliviar el embargo y retirar todas las restricciones a las visitas de estadounidenses a Cuba.

La represión del año pasado contra disidentes, la mayoría de los cuales contaban con apoyo de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en Cuba, restó impulso a las gestiones de los legisladores.

Por otra parte, los roces diplomáticos entre La Habana y México aislaron aun más al gobierno de Castro del resto de América Latina.

Los exportadores estadounidenses de productos agrícolas y farmacéuticos y activistas cubanos lograron que el gobierno del predecesor de Bush, Bill Clinton, exceptuara esas mercancías del embargo a Cuba.

Funcionarios del gobierno acusaron ante la justicia a personas que viajaron a Cuba sin permiso del Departamento del Tesoro, y negaron la autorización a muchos ciudadanos que pretendían visitar la isla, entre ellos muchos estudiantes.

A partir de las restricciones dispuestas este jueves, los permisos de viaje con fines estudiantiles serán aun más difíciles de obtener, informó un funcionario. Además, se establecerán operativos para impedir que aquellos que viajen lleven consigo dinero u otras mercaderías a sus familiares en Cuba.

Los permisos se entregarán solo a familiares directos. Los viajeros solo podrán gastar 50 dólares diarios, cuando antes se les permitía desembolsar 164.

Por otra parte, el gobierno realizará denuncias contra Cuba ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Organización Internacional del Trabajo.

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