COMERCIO: Sólo buenas maneras, por ahora

Las negociaciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC) discurren ahora en un ambiente de urbanidad, pero los resultados demoran en aparecer y la suerte de la llamada Ronda de Doha sigue en peligro, comentaron este martes negociadores de países en desarrollo.

Hace tres años, durante el examen del tema del acceso a medicinas de bajo precio por las poblaciones de los países pobres, en particular los de Africa, por momentos los debates fueron ardorosos.

Otro tanto ocurría cuando en el orden del día de la OMC figuraban algunos aspectos de la liberalización de la agricultura o de las indicaciones geográficas, recordó Alfredo Chiaradía, jefe de negociadores de Argentina.

Pero hoy el clima interno es diferente. Los representantes de prácticamente el total de los 147 estados miembros del sistema multilateral de comercio muestran una actitud constructiva ante la proximidad de los plazos establecidos para las negociaciones.

La Ronda de Doha, llamada así por haberse establecido en la capital de Qatar en noviembre de 2001, debe concluirse al finalizar este año. Empero antes, a fines de julio, tendrán que concertarse las bases de la negociación, en particular en la cuestión de agricultura, la más espinosa de todos los temas de la ronda.

Aquí es dónde la cortesía, que en estos momentos impregna todos los debates, no parece suficiente. Lo que hace falta es un empeño mayor de algunos participantes, sostienen las organizaciones no gubernamentales.

Si no se incrementa la voluntad política de Estados Unidos y de la Unión Europea, la Ronda Doha acabará en un fracaso, vaticinó el director ejecutivo de Oxfam España, Ignasi Carreras, uno de los participantes del simposio público sobre ”Multilateralismo en la encrucijada”, que organiza esta semana la OMC.

Estados Unidos y la Unión Europea, junto con Japón y algunos otros países industrializados, conforman el sector que opone obstáculos a la liberalización de la agricultura reclamada por los países en desarrollo.

Carlo Trojan, el negociador del bloque europeo ante la OMC, definió como clave las reuniones sobre agricultura del mes de junio, en la primera y en la última semana. Pero, si no llegamos a acuerdos en agricultura, al 2004 lo podemos dar por perdido, dijo.

El balance que efectúa el director general de la OMC, Supachai Panitchpakdi, reconoce que ”la atmósfera y el ambiente político de trabajo ha cambiado claramente”.

Sin duda, mejorará aún después de las próximas reuniones ministeriales de la Unión Africana en Ruanda y del foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC) en Chile, estimó Supachai.

Sin embargo, también el director de la OMC previene de los excesos de confianza. Las negociaciones todavía enfrentan dificultades muy reales y complejas. De la misma manera, Supachai vaticina que si se fracasa en esta oportunidad, el resto del año y gran parte del 2005 estarán perdidos.

El presidente de la Federación Internacional de Productores Agrícolas, Jack Wilkinson, coincidió con esa descripción al pronosticar que será muy difícil encontrar una redacción apropiada para el acuerdo sobre agricultura antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, en noviembre próximo.

No sólo las negociaciones multilaterales, las que conduce la OMC, afrontan tropiezos. El comisario de Comercio de la UE, Pascal Lamy, reconoció que en un futuro inmediato no se podrá concertar el área de libre comercio que vienen negociando ese bloque europeo y el Mercosur (Mercado Común del Sur), la alianza de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.

Lamy dijo este martes en Ginebra que el acuerdo con el Mercosur puede plasmarse todavía en octubre venidero. El funcionario opinó que las ofertas de los cuatro países de América del Sur no alcanzan a equipararse aún a las presentadas por los europeos.

Entonces, cómo pueden prosperar las negociaciones en la OMC si se atascan tratos regionales en los que tienen intervención decisiva los mismos protagonistas, preguntaron activistas de organizaciones no gubernamentales que asisten al simposio que se realiza en esta ciudad suiza.

Brasil, como coordinador del G-20, el grupo de países en desarrollo liderado por ese país, China, India, Sudáfrica y en menor medida por Argentina, tiene un papel clave en las negociaciones agrícolas de la OMC y también en las regionales entre la Unión Europea y el Mercosur.

El comisario europeo puntualizó que su bloque espera ahora una respuesta del G-20 y del Grupo de Cairns, integrado por 17 países de producción agrícola eficaz y opuestos al proteccionismo del sector.

El G-20 y Cairns han prometido presentar en las próximas semanas una propuesta para destrabar las negociaciones en el tema de acceso a los mercados de productos agrícolas, que se refiere de manera principal a los aranceles que gravan las importaciones de esos bienes.

El secretario de Agricultura de Argentina, Miguel Santiago Campos, confirmó en el simposio que el G-20 y Cairns trabajan en alternativas que tengan en cuenta las sensibilidades de los países industrializados y el trato especial y diferenciado que reclaman las naciones en desarrollo.

Sin embargo, la fórmula del acceso a los mercados debe mantener el criterio racional y aceptado ampliamente de producir una reducción mayor en los aranceles más altos, eliminando así los picos arancelarios, expuso Campos.

El ejemplo más ilustrativo de los picos arancelarios es la tarifa de 400 por ciento que aplica Japón a las importaciones arroz, para proteger de esa manera a sus productores.

El funcionario argentino urgió la liberalización de la agricultura porque no podemos seguir permitiendo que un sector de privilegio se quede con los beneficios y limite la factible mejora de la calidad de vida de un enorme porcentaje de la población mundial, dijo.

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe