En vísperas de la reasunción del mando del presidente taiwanés Chen Shui-bian, este jueves, Beijing advirtió a las autoridades de Taiwan que piensen sus acciones con cuidado o el pueblo chino acabará con sus planes firmemente y a cualquier costo, en referencia a las ambiciones independentistas del mandatario.
Además, el primer ministro chino, Wen Jiabao, declaró que su gobierno considera una propuesta para establecer por ley la eventual reunificación con la isla. Esa ley obligaría a las autoridades chinas a ordenar al Ejército de Liberación del Pueblo un ataque a Taiwan en caso de que la isla declarara la independencia formalmente.
China y Taiwan se separaron en 1949, tras la victoria de las fuerzas comunistas en China continental y la huida de las fuerzas del Partido Nacionalista Chino (Kuomintang) a Taiwan, al mando de Chiang Kai-shek.
Aunque las dos partes han tenido gobiernos separados desde 1949, Beijing considera a Taiwan parte de su territorio y pretende la reunificación con la isla. En varias ocasiones, las autoridades chinas advirtieron a los votantes taiwaneses que no apoyaran al gobernante Partido Progresista Democrático (PPD) de Chen.
Chen, de 53 años, se convirtió en presidente por primera vez en 2000, poniendo fin a más de medio siglo de gobierno del Kuomintang.
El PPD de Chen es más proclive a la independencia formal, mientras que el opositor Kuomintang es partidario de la reunificación con China continental y pone énfasis en la expansión de las relaciones comerciales bilaterales y el fortalecimiento de la economía.
Junto con la elección presidencial del 20 de marzo que dio la victoria por escaso margen a Chen, se realizó un referendo que no logró la participación mínima de 50 por ciento de los votantes para ser aprobado, porque la oposición lo boicoteó.
En el referendo, los votantes debían pronunciarse sobre si Taiwan debía fortalecer sus defensas en caso de que Beijing se negara a desmantelar unos 500 misiles que apuntan hacia la isla, y si el gobierno debía entablar conversaciones con China continental sobre un marco de paz y estabilidad a través del estrecho de Taiwan.
Las autoridades comunistas chinas se opusieron a la consulta popular por considerarla un peligroso paso previo a un referendo de autodeterminación, e insistieron en que antes de comenzar negociaciones formales, Taiwan debe aceptar que forma parte inseparable de China.
Chen se niega a aceptar esa precondición, y anunció que pretende convocar a otro referendo para fines de 2006 sobre una reforma constitucional.
Una vez más, Beijing teme que una nueva constitución sea una plataforma para que la isla reivindique su soberanía formal.
Al lanzar un ultimátum en vísperas de la reasunción de Chen, Beijing está indicando que su paciencia se agota, señalaron analistas. Las autoridades chinas están convencidas de que, aun si en su discurso presidencial de este jueves Chen extiende un ramo de olivo a Beijing, el presidente taiwanés continuará con su agenda independentista.
A esta altura, nadie puede predecir cómo serán las relaciones a través del estrecho en los próximos cuatro años. Lo único cierto es que los vínculos bilaterales serán inciertos, comentó el profesor Fan Xizhou, del Instituto de Investigaciones Taiwanesas de la Universidad de Xiamen.
El ultimátum emitido el fin de semana por la Oficina de Asuntos Taiwaneses y el Consejo de Estado de China ataca a Chen por renegar de las promesas que hizo hace cuatro años de no modificar el status quo de la isla.
Chen Shui-bian… ha pervertido a la sociedad taiwanesa con su malinterpretación de la voluntad popular del pueblo taiwanés, su instigamiento a la hostilidad y animosidad hacia el continente, y su provocación al concepto de que Taiwan el continente pertenecen a una sola China, dice el documento.
En las elecciones de marzo, Chen derrotó a Lien Chan, candidato del Kuomintang, por un margen de 30.000 votos en 13 millones. El resultado electoral fue impugnado por la oposición, y se prevé que el nuevo escrutinio termine esta semana.
No nos importa quién sea elegido en Taiwan, sino si el hombre elegido acepta o no el principio de la China única, declaró Li Weiyi, portavoz de la Oficina de Asuntos Taiwaneses.
El PPD aumentó su base electoral de 4,97 millones de votos en 2000 a 6,47 millones este año. Previendo que el partido de gobierno seguirá siendo una fuerza importante o la principal en la política de Taiwan, Beijing decidió ejercer presión sobre Estados Unidos, el mayor aliado de Taiwan, para que disuada a Chen de sus objetivos separatistas.
La preocupación de Chen por la independencia forzó a Washington a retirarle su apoyo incondicional al líder taiwanés por temor a que Estados Unidos finalmente sea arrastrado a una crisis, dijo Li Jiaquan, investigador del Instituto de Estudios Taiwaneses de la Academia China de Ciencias Sociales, al diario de lengua inglesa China Daily.
Estados Unidos acepta formalmente la posición de Beijing de que Taiwan forma parte de China y no tiene relaciones diplomáticas con la isla, pero se comprometió a defender la democracia de Taiwan si China lanza un ataque contra la isla, además de suministrarle armas para la autodefensa. (