Empresarios argentinos cierran filas en defensa de la empresa petrolera cuya sede central fue atacada con pintura y alquitrán por manifestantes, mientras el gobierno condenó la actitud de los responsables pero se niega a criminalizar la protesta social. En un fuerte comunicado, la Asociación Empresaria Argentina repudió a sectores más radicales de "piqueteros" (movimiento de trabajadores desocupados) responsables del ataque contra el edificio de la compañía transnacional Repsol-YPF, ubicado en pleno centro de Buenos Aires. El comunicado se conoció a última hora de un día cargado de repercusiones por los incidentes del miércoles. La policía y la justicia iniciaron la investigación para tratar de identificar a los atacantes a partir del vídeo aportado por la empresa. Bajo el título "No debemos consentir la violencia", el comunicado sostiene: "Los argentinos tenemos que reaccionar a tiempo y enérgicamente ante estos hechos, ya que la complacencia con la violencia nos ha llevado a trágicos resultados en el pasado. Las autoridades competentes, por su parte, deben aplicar la ley contra aquellos que violan las más elementales normas de convivencia social, amenazando las vidas de personas inocentes".