Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá ya tienen los primeros visores satelitales en detalle para detectar daños ambientales o áreas sensibles antes de conceder la explotación de minas o yacimientos de petróleo.
Ahora el reto es ampliar el proyecto de siete a 21 países, al pedirse la incorporación de 15 del Caribe, explicó a Tierramérica el presidente de la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD), Mario Dary, ministro de Ambiente y Recursos Naturales de Guatemala.
Los recursos naturales no conocen fronteras, y para la interpretación de los fenómenos que afectan a Centroamérica, desde el punto de vista de la prevención de desastres naturales, es importante tener una visión regional amplia y completa, comentó.
La CCAD firmó el 10 de diciembre de 1998 con la estadounidense Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) un convenio para ver su territorio gratis desde satélites.
El acuerdo por cinco años fue ampliado a otros cinco, y es financiado por el Banco Mundial y la estadounidense Agencia para el Desarrollo Internacional, con contrapartidas de los gobiernos usuarios.
Se busca la protección del Corredor Biológico Mesoamericano, donde hay 589 áreas protegidas, 14 biosferas, ocho sitios declarados patrimonios de la humanidad y 45 millones de habitantes en cerca de 760.000 kilómetros cuadrados, resume un documento del programa.
El proyecto también aporta información para afrontar y mitigar daños causados por terremotos, huracanes, sequías o erupciones volcánicas.
El programa que permite navegar sobre la región desde computadores emplea los sistemas de Información Ambiental Mesoamericano y de Monitoreo y Visualización regional.
La petición para ampliar el proyecto hacia el Caribe fue realizada por Dary y Jorge Cabrera, ambientalista consultor del Banco Mundial para la CCAD, durante una visita a Japón a fines de abril.
Se presentó la iniciativa y ahora se gestiona ante el Banco Mundial para que su división del Caribe financie la ampliación, señaló Cabrera.
Mientras tanto, los centroamericanos buscan terminar de poner en línea 18 capas de información detallada sobre sus recursos, para que puedan verse en las pantallas de computador sobre las imágenes satelitales de la NASA, apuntó.
El consultor guió a Tierramérica en un paseo virtual por América Central mediante su computador, hasta detenerse en el detalle del Parque Nacional Tikal guatemalteco, con importantes ruinas de los ancestros mayas, en el departamento de El Petén, 550 kilómetros al norte de la capital.
Mostró detalles de esas ruinas y de los hoteles en el parque, el centro de visitantes con su museo, restaurantes, la carretera e incluso una pelazón (un área sin árboles), casi junto al parque, que desde la carretera no se ve, destacó Cabrera.
La tecnología digital permitió al experto determinar que el área deforestada es de 499 metros cuadrados, apenas a unos 500 metros de las ruinas.
Cabrera explicó que la NASA brinda la información en bruto, a la que especialistas centroamericanos ya agregaron cuatro de las 18 capas previstas con detalles procedentes del Atlas básico, elaborado a partir de informes de los siete gobiernos, que son cargados en Panamá, sede del programa.
Ya están las áreas protegidas, la división política, las carreteras y los ríos, y faltan entre otros datos, puertos y aeropuertos, cuencas hidrográficas y cuerpos de agua, apuntó el ambientalista.
Hasta ahora, la información sólo está disponible en discos de vídeo digital (DVD), pero en breve esperamos tenerla en Internet para uso público y privado, añadió.
La esperanza es que con una visión integral del territorio se tomen decisiones adecuadas, como prohibir producción industrial en zonas turísticas o inhibir el establecimiento de áreas protegidas en zonas de importancia industrial, resumió Cabrera.
Pero la ambientalista Magalí Rey Sosa, directora del Colectivo MadreSelva, dijo a Tierramérica que los beneficios del programa dependerán de en qué manos se ponga esa tecnología.
Sí las autoridades saben usarla, podría ayudar a tener cierto control sobre el territorio en una región donde no hay dinero y personal para cuidar nuestros recursos, reconoció. (