AMBIENTE-EEUU: Manchas de petróleo en medio de Nueva York

Hay días buenos y malos en el arroyo Newtown, un curso de agua de 2,4 kilómetros que fluye entre los distritos de Brooklyn y Queens en Nueva York, con la poco envidiada distinción de ser el más contaminado del país.

En los días buenos, el agua es casi traslúcida cerca de la desembocadura, y pueden verse anémonas y pequeños hipocampos. En los días malos, y dependiendo del clima y las mareas, el arroyo parece una pesadilla psicodélica con una penetrante mezcla de olores desagradables.

Sung Lim, de la organización sin fines de lucro East River Apprenticeshop, conoce todos los secretos del Newtown y conduce a estudiantes de secundaria en visitas guiadas para ”enseñarles sobre contaminación y conservación, pero también para mostrarles la belleza” del arroyo.

El Newtown, ”es nuestro patio trasero”, dijo Lim a Tierramérica. También ”golpea nuestros sentidos. Cuando llueve, puede verse la combinación del flujo de aguas servidas y petróleo”, pero ”hace pocos días, cuando salimos después de una tormenta, ambas cosas no querían mezclarse, y se creaba una variedad de formas fractales. Era todo un espectáculo”, describió.

Más de 64 millones de litros de petróleo se han derramado en el Newtown desde los años 40 y 50, en su mayor parte procedentes de defectuosos tanques de almacenamiento propiedad, entre otras empresas, de Standard Oil Company de Nueva York, hoy ExxonMobil, la mayor firma petrolera del mundo.

El derrame en Newtown equivale a más de 1,5 veces el famoso vertido en 1989 del buque Exxon Valdez, en las costas del noroccidental estado estadounidense de Alaska.

ExxonMobil, dueña del barco, debió pagar una multa de 150 millones de dólares por aquel derrame, pero no se le han aplicado sanciones por la contaminación del Newtown, y tanto el gobierno de la ciudad como el del estado han hecho poco por obligarla a realizar trabajos de limpieza.

El derrame fue descubierto en 1978 desde un helicóptero de la fuerza de guardacostas, y pasaron doce años hasta que el estado de Nueva York lograra un acuerdo con la compañía. El trato, sin embargo, no incluyó plazos para la limpieza, lo que equivalió a autorizar la realización de esa tarea al ritmo que la firma deseara, según los críticos.

ExxonMobil admite su responsabilidad en el desastre, pero insiste en que han sido adecuados sus trabajos de limpieza, que hasta ahora han retirado algo más de 11,3 millones de litros de petróleo, o sea menos de la quinta parte del derrame.

”ExxonMobil ha realizado trabajos de remediación en Greenpoint (barrio en Brooklyn a la orilla del arroyo) y esas tareas continúan”, dijo en enero un vocero de la empresa.

”Tomamos muy en serio nuestras responsabilidades ambientales”, aseguró..

Ahora una coalición encabezada por el grupo ambientalista local Riverkeeper está a punto de presentar ante la justicia una demanda de intervención inmediata y pago de compensaciones a los afectados, es decir, a un centenar de hogares.

Según los activistas, la principal culpable es, como en 1989, ExxonMobil. Otras empresas mencionadas en el anuncio de la demanda son BP Amoco y ChevronTexaco, pero con responsabilidades mínimas.

El principal investigador de Riverkeeper, Basil Seggos, afirmó que reuniones mantenidas con representantes de ExxonMobil han sido improductivas.

”Hasta ahora sólo hemos escuchado promesas, pero tenemos bases para la demanda. Exxon nos superará siempre en recursos económicos y cantidad de abogados, pero no puede derrotarnos ante la opinión pública. Lo que han hecho (en materia de limpieza) es obviamente ridículo”, dijo Seggos a Tierramérica.

”Es alucinante que el arroyo siga cubierto por una brillante capa de petróleo los 365 días del año”, apuntó.

Riverkeeper también ha amenazado con demandas a cinco industrias a las que acusa de violar el Acta de Agua Limpia de 1972, al arrojar al Newtown basura y toxinas.

Parece premonitorio que los indígenas llamaran al arroyo Maspeth, que significa ”en el lugar de malas aguas”.

Seggos opina que las autoridades han prestado escasa atención al problema del arroyo porque perjudica a ”comunidades étnicas con poco dinero o poder político”, mientras los contaminadores ”generan ingresos para la ciudad, y medidas contra ellos amenazarían los negocios”.

Sin embargo, dos integrantes del Concejo de la Ciudad de Nueva York, David Yassky de Brooklyn y Eric Gioia de Queens, firmaron la demanda junto con vecinos y empresarios de esos distritos.

”Nos involucramos porque se trata de uno de los mayores desastres ambientales en la historia de Estados Unidos, y los responsables no limpian con la rapidez necesaria. Los residentes en el área están preocupados por el envenenamiento de sus propiedades”, explicó Evan Thies, portavoz de Yassky.

Nunca se realizó un estudio sanitario de los residentes cerca del arroyo, pero entre ellos ”la incidencia de cáncer y enfermedades crónicas es más alta que en otras partes de la ciudad, y es razonable pensar que eso se debe a la contaminación, por lo menos en parte”, comentó.

Entretanto, Sung Lim, el guía, tiene esperanza en que la publicidad sobre la contaminación del arroyo atraiga donaciones para recuperarlo. ”Hay que actuar en forma urgente, porque la filtración de petróleo continúa”, aseguró. (

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