En Timor Oriental, un país en construcción tras décadas de inestabilidad y violencia, el arte florece gracias a iniciativas individuales como la del pintor suizo Luca Gansser, que abrió una escuela de pintura en un abandonado hospital militar.
La Escuela de Arte Libre Moris reemplazó con pinceles, paletas y caballetes a las viejas camillas, jeringas y vendas de lo que fue un hospital de las fuerzas de paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cerca del Aeropuerto Komoro, en Dili.
La antigua farmacia del nosocomio ahora es uno de los salones de clases para los jóvenes artistas.
Yo había visitado Timor Oriental en junio de 2002, y cuando estuve en Dili me di cuenta de que había pocas oportunidades para la juventud. Desde que soy pintor, siempre he pensado que lo mejor es abrir una escuela de arte gratuita, señaló Gannsser.
Para un artista en ciernes como Ceciliano da Silva, la escuela de arte abre nuevas oportunidades.
Deseo intensamente ser un artista y vender mis obras. Antes de venir a la escuela de arte, estaba desempleado y sólo pasaba el tiempo yendo por ahí con mis amigos desempleados, contó.
Ahora la escuela me está ayudando a volver realidad mi sueño. Para un desempleado como yo, sin dinero, una escuela de arte gratis es un don de Dios, añadió.
El caso de Da Silva es uno entre tantos en este país asiático que todavía está en construcción.
Timor Oriental fue colonia de Portugal durante cuatro siglos. Tras el retiro de los portugueses, el ejército indonesio invadió el territorio en diciembre de 1975, y comenzó una cruenta ocupación que dejó 220.000 muertos, equivalentes a un tercio de la población de aquel año.
En agosto de 1999, la abrumadora mayoría de los timorenses orientales se pronunciaron a favor de su independencia de Indonesia en un referendo de autodeterminación patrocinado por la ONU.
Antes y después de ese referendo, se produjo una ola de saqueos e incendios que devastó la infraestructura timorense oriental, perpetrada por grupos paramilitares con respaldo del ejército indonesio, que mataron a por lo menos 1.000 personas, provocaron el desplazamiento de tres cuartos de la población y destruyeron casi todos los edificios.
El 30 de agosto de 2001, Timor Oriental celebró sus primeras elecciones libres y democráticas, y el 20 de mayo de 2002 inició su camino independiente, como el país más pobre de Asia y el sexto más pobre del mundo.
Ahora hay mucha decepción en las calles de Dili. La euforia de la independencia quedó atrás, y el gobierno del primer ministro Mari Alkatiri afronta serios problemas, entre ellos el alto desempleo, que afecta a la mitad de la población económicamente activa en un país de 800.000 habitantes, muy dependiente de la ayuda internacional.
La desocupación afecta a 75 por ciento de los jóvenes, según el informe más reciente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
El objetivo de la escuela no es sólo capacitar a los nuevos artistas, sino también proveerles una forma de sustento a todos los que tienen talento para la pintura, el dibujo y la artesanía. La escuela les da la confianza que necesitan para hacer un producto que puedan vender, señaló Gansser.
Para financiar su escuela, Gansser montó dos exposiciones en Singapur y en Suiza.
Las exposiciones fueron un éxito. Recolecté los fondos suficientes como para financiar la escuela yo solo, sin tener que buscar dinero en otro lado, dijo el artista.
Gansser estudió en Bhután, y entre 1989 y 200 viajó por toda Asia, abriendo exposiciones en prestigiosas galerías de Singapur y Australia.
Luego se instaló en Timor Oriental, donde decidió abrir la escuela en su propia casa.
Alquilé una casa, conseguí alumnos y abrí la escuela. Era y aún es gratis porque pienso que la educación en Timor Oriental, sobre todo para los jóvenes, debe ser así, pues nadie tiene dinero para pagar, afirmó..
Uno de los momentos clave para el proyecto de Gansser fue la visita del embajador suizo en Dili a una de las primeras exposiciones de la escuela.
El embajador quedó impresionado, y dijo: '¿Por qué no piden financiación de Suiza. Yo los apoyaría', recordó el artista. Poco después, llegaron unos 60.000 dólares desde Suiza.
Entonces, Gansser decidió solicitarle al Ministerio de Educación, Cultura y Deportes de Suiza que le consiguiera una autorización para utilizar el abandonado hospital militar de la ONU.
El pintor contó incluso con la ayuda del canciller de Timor Oriental, José Ramos Horta, premio Nobel de la Paz.
José compró una pintura de nuestras exposiciones y entonces yo le conté mis planes para la escuela y le pregunté si podía ayudarnos. El fue muy amable, señaló Gansser.
Finalmente, todo salió bien en junio. Las autoridades timorenses aprobaron el uso de dos edificios por parte de la escuela, y nos mudamos. Para administrar este lugar cuento con el respaldo del gobierno suizo y del gobierno de Timor Oriental, añadió.
La escuela ahora cuenta con dos grupos de estudiantes. El primero de ellos está conformado por 15 residentes, que son los de más experiencia, y el otro por más de 200 en el nivel inicial. Los residentes tienen que instruir a los nuevos estudiantes.
Los artistas residentes ya pintaban antes de que se abriera la escuela, y les encantó la idea de colaborar para crear una suerte de comunidad de artistas, dijo Gansser. (