Después de pasar la vida entera abriendo los canales de irrigación que dieron bonanza al nororiental estado indio de Punjab, M. L. Sood cree que el futuro de la agricultura de Asia meridional dependerá del acopio de agua de lluvia.
Todos los ríos se están secando, y si no comenzamos a recoger agua de lluvia de manera intensiva la región está condenada. Los días de la irrigación por canales están terminados, dijo a IPS este octogenario ingeniero.
Sood se graduó en la Facultad de Ingeniería de Roorkee, la más antigua de toda Asia, fundada por la administración colonial británica en 1847.
El ingeniero muestra con satisfacción a los visitantes el denso césped y el follaje en el parque Panchsila, cerca de Nueva Delhi. Son, asegura, signos visibles de los beneficios del acopio de lluvias.
Todo esto es resultado de la fuerza de voluntad y la sensibilidad cívica, más que de grandes financiamientos. La mayor parte de los apenas 3.000 dólares que costó todo el proyecto fueron recaudados a través de la Asociación de Residentes del Parque Panchshila, dijo.
La capital india ha sido golpeada por la escasez de agua, atribuida a la utilización de las aguas superiores del río Yamuna por parte del estado de Haryana, al occidente, que tiene una superficie 30 veces mayor que la del estado de Delhi y una población 53 por ciento mayor.
Esta ciudad de 14 millones de habitantes comienza a prestar atención a Sood y a otros expertos que hace años advierten sobre el persistente agotamiento de los ríos del norte de India, alimentado por las nieves de la cordillera del Himalaya.
Este año, el caudal del Yamuna se redujo a la mitad de lo normal, y la tendencia es hacia una merma cada vez mayor, dijo el jefe de ingenieros de irrigación de Haryana, R. K. Garg.
La escasez de agua ya causó roces entre Delhi y Haryana, similares a los desatados entre la provincia pakistaní de Sindh y el estado indio de Punjab sobre las aguas del río Indo.
Mientras, cunden las demandas por la renegociación del Tratado del Indo, firmado en 1960 bajo el patrocinio del Banco Mundial, que fija cómo deben ambos países utilizar las aguas de los cinco tributarios fronterizos del río.
El único modo en que Delhi puede evitar un desastre es mediante el acopio intensivo de agua, según el investigador Uttam Amar Mishra, del no gubernamental Instituto Tata de Investigación sobre Energía.
Por ahora, más de 50 por ciento de la lluvia que recibe Delhi en la estación del monzón, en julio y agosto, termina en el río Yamuna, incluso desbordando el curso superior, dijo Mishra.
Las lluvias durante el monzón representan 70 por ciento de los recursos de agua de India.
El gobierno está al tanto de la seriedad de la situación.
En 2001, decretó, a iniciativa de organizaciones no gubernamentales, la obligatoriedad de instalar sistemas de acopio de agua en el techo de todos los nuevos conjuntos de vivienda, escuelas, hoteles y establecimientos industriales
Estos sistemas consisten en tanques que permiten recoger agua para usarla directamente o almacenarla al nivel del suelo, en estructuras de grava y arena de río cuya mayor complejidad es la losa de cemento en el fondo para asegurar la retención.
Mientras, las napas freáticas sufren una creciente salinidad a causa de la sobreexplotación, a pesar de la prohibición de abrir nuevos pozos vigente desde 1998.
La Junta de Aguas de Delhi se vio obligada en febrero a ordenar a sus inspectores el registro de los pozos existentes, lo que le ha permitido cerrar los que carecen de autorización.
La propia Junta calcula que existen en la ciudad unos 100.000 pozos admitidos y 250.000 sin autorización, y que el cobro del impuesto respectivo podría reportarle al fisco 300 millones de dólares anuales.
Consideramos regular el uso del agua subterránea y establecer una estructura de tarifas racional para todos los usuarios, dijo el gerente general de la Junta, P. K. Tripathi. Establecer un precio al agua subterránea también evitaría el mal uso y la sobreextracción, afirmó.
Tripathi afirmó que aquellos que posean pozos acuíferos estarán también obligados a instalar estructuras de acopio de lluvias que, a su vez, ayudarían a recargar las napas freáticas.
En 18 de los 35 estados sufren un rápido agotamiento de sus reservorios subterráneos, así como la salinización de ese recurso, a causa del indiscriminado uso de pozos acuíferos.
Los pozos fueron otrora considerados la única fuente confiable de agua para la agricultura, entre otros propósitos, pues no dependían de las contingencias de la lluvia ni de la irrigación.
Los estados más afectados por el descenso del nivel de las napas freáticas son los septentrionales de Punjab, Haryana y Uttar Pradesh, los occidentales de Gujarat y Rajastán y los meridionales de Andra Pradesh y Karnataka.
La rápida urbanización y el crecimiento de la población llevaron a un consumo mayor de aguas subterráneas y si eso no se controla el problema se tornará inevitablemente más agudo, dijo Gauhar Mahmood, profesor de ingeniería civil en la universidad Jamia Milia Islamia de Nueva Delhi.
La gubernamental Junta Central de Napas Freáticas calculó que los acuíferos subterráneos se sacarán completamente para 2025 en 15 estados si el nivel del agua continúa bajando al actual ritmo. (