SUDAFRICA: Oposición reducida a una mínima expresión

La tercera victoria abrumadora consecutiva del gobernante Congreso Nacional Africano (ANC) de Sudáfrica deja en tela de juicio la eficacia de la oposición política y de la sociedad civil.

También quedan dudas sobre la duración de la luna de miel del ANC con la ciudadanía, iniciada con el fin del apartheid (régimen de segregación racial en perjuicio de la mayoría negra) y el triunfo electoral del ex presidente Nelson Mandela, en 1994.

Aunque el resultado final de las elecciones generales sudafricanas del miércoles aún no se anunciaron, en los locales del ANC ya se descorcha champaña.

Las cifras preliminares de la elección muestran que el ANC se apresta a dominar la política sudafricana, tanto a nivel nacional como provincial, dada la abrumadora mayoría que obtuvo.

”La confianza expresada por los sudafricanos nos da un baño de humildad”, dijo a IPS el portavoz del reelecto presidente Thabo Mbeki para asuntos partidarios, Smuts Ngonyama.

Alrededor de 70 por ciento de los votantes eligieron al ANC. La oficial Comisión Electoral Independiente informó que tres cuartas partes de los 20,7 millones de votantes registrados acudieron a las urnas.

El único suspenso este viernes era la competencia en la sudoriental provincia de KwaZulu Natal, donde no surgía con claridad el ganador entre el ANC y la coalición constituida por el Partido Libertad Inkatha, gobernante en la provincia, y el liberal y opositor Alianza Democrática (DA).

La ausencia de observadores de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), de la Comunidad Británica ni de la Unión Europea (UE) operaron como sello de aprobación anticipada. Pero se registraron episodios aislados de fraude electoral.

Uno de ellos fue en KwaZulu Natal, donde un militante del ANC fue descubierto en posesión de códigos de barras autoadhesivos que las autoridades insertan en los documentos electorales para certificar con mayor rigor la identidad del votante.

En las provincias de KwaZulu-Natal y Limpopo, funcionarios públicos a cargo de los circuitos electorales fueron retirados por pertenencia a algún partido.

Pero el equipo de observadores del Foro Parlamentario de la Comunidad para el Desarrollo de Africa Austral se limitó a recomendar que en futuras elecciones se utilicen urnas transparentes y que se aumente la cantidad de circuitos de votación en zonas densamente pobladas.

También la Coalición de Observadores de la Sociedad Civil Sudafricana consideró que las elecciones habían sido libres y justas, si bien indicó que sus integrantes tuvieron dificultades para ingresar en los locales donde funcionaban los circuitos electorales.

La DA volvió a constituirse en el principal partido opositor, pero con apenas entre 12 y 13 por ciento de los votos escrutados hasta este viernes. Surgen, por lo tanto, dudas sobre su capacidad para ejercer un control efectivo sobre el gobierno en el parlamento.

Pero ”no poder ganar una votación cada vez que se discuta una ley en el parlamento no convierte a la oposición en algo redundante”, dijo a IPS el portavoz de la DA, Nick Clelland-Stockes.

”Este resultado nos obliga a ser creativos y a encontrar modos de asegurar que el gobierno actúe con responsabilidad”, añadió.

”Jugaremos nuestro papel los medios de comunicación, en los comités parlamentarios, provocando el debate en el Congreso e interpelando a los ministros y al presidente”, sostuvo Clelland-Stockes.

Pero la escasa oposición política podría llevar a organizaciones sociales a ocupar el vacío, siguiendo el ejemplo de la Campaña de Acción por Tratamiento, grupo de presión que tuvo un papel fundamental en obligar al gobierno a suministrar medicamentos a los portadores de virus de inmunodeficiencia humana (VIH).

La organización reiteró durante la campaña sus advertencias sobre la falta de apoyo que brinda el gobierno del ANC a los portadores de VIH, que suman 5,3 millones de personas.

Ngonyama aclaró que la ANC tiene vínculos históricos con las organizaciones no gubernamentales, si bien el partido considera que ”algunos elementos de la sociedad civil no quieren más que alterar el proceso (democrático) para defender otras agendas”.

Otra organización, el Movimiento de los Sin Tierra, que llamó a la abstención, continúa presionando por resolver el desequilibrio racial en la propiedad de las haciendas productivas.

Pero pocos niegan los avances en la ampliación del suministro electricidad y agua potable a la mayoría negra, a la cual se le negó sistemáticamente esos servicios básicos durante el apartheid.

Ngonyama admitió que los votantes podrían mostrar menos comprensión hacia el ANC si no se reduce el desempleo que aflige a entre 30 y 40 por ciento de la fuerza de trabajo o no se frena la creciente delincuencia.

Analistas advierten que fracasos en ese sentido podrían impulsar a la principal central de trabajadores del país, el Congreso de Sindicatos Sudafricanos (Cosatu), a formar un nuevo partido político.

Esos expertos señalan al Movimiento para el Cambio Democrático, surgido de entre la dirigencia sindical del vecino Zimbabwe y opuesto al presidente Robert Mugabe, quien fue un héroe de la guerra por la liberación y contra la opresión blanca, así como también lo fue Mbeki.

Pero ”el ANC ha involucrado a sus socios —Cosatu y el Partido Comunista— en todas las decisiones internas. En cambio, los sindicatos de Zambia y de Zimbabwe son ignorados por los gobiernos”, dijo a IPS Khabele Matlosa, del no gubernamental Instituto Electoral para Africa Austral.

El ANC tendrá el poder de reformar la constitución, al obtener dos tercios de los escaños parlamentarios. Muchos en la oposición temen que Mbeki pretenda convertirse en un presidente vitalicio, como lo han sido muchos de sus pares africanos.

Pero Mbeki negó esa posibilidad este mismo miércoles. (

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