Legisladores y el gobierno de México apuestan, contra la Iglesia Católica y grupos conservadores, por autorizar la actividad de los casinos en el país, reabriendo un juego que perdieron en el pasado.
México no es territorio libre de casinos. Unos 1.000 centros de apuestas funcionan en este país, algunos autorizados por decreto y otros ilegales.
Nueve años después de un fracaso plan para legalizar los casinos, la idea vuelve con un proyecto de ley que subraya el aporte que éstos podrían representar al turismo, sector que aporta 9.500 millones de dólares anuales al país.
México es el décimo captador de divisas del turismo en el mundo.
Las apuestas mueven globalmente cada año entre 500.000 y 550.000 millones de dólares, 100.000 millones de los cuales corresponden a América Latina. México es uno de los países de la región que prohíben el funcionamiento de casinos.
Tenemos que aprovechar el potencial de los casinos y ubicar a México como un destino seguro y atractivo para los jugadores, dijo a IPS la legisladora Margarita Martínez, integrante de la comisión de Turismo de la Cámara de Diputados.
El proyecto al que tuvo acceso IPS, dispone que los centros de apuestas serán regulados y vigilados por una comisión integrada por el gobierno, la fiscalía general, el Poder Legislativo y ciudadanos independientes, así como mecanismos para limitar las apuestas y el uso de dinero ilícito.
Además, estará prohibido celebrar apuestas sobre toda actividad que constituya un delito o vaya en contra de la moral y las buenas costumbres y el orden público. Los empresarios autorizados a operar casinos deberán presentar cada trimestre informes financieros completos.
El proyecto preparado con la anuencia del gobierno de Vicente Fox y la mayoría de legisladores, será sometido a debate público desde la próxima semana y por 15 días antes de someterlo a votación.
La asociación no gubernamental Di no a los casinos, integrada por académicos y algunos grupos conservadores, anunció que hará lo imposible por evitar que la ley se apruebe.
Daniel Olivares, quien dirige esa asociación, sostiene que México no debe legalizar los casinos, un negocio relacionado con el lavado de dinero y el narcotráfico.
Los 'casineros' del mundo han recurrido a servicios de cabildeo que se han dedicado a difundir mentiras y desinformación con el fin de engañar a la opinión pública y a los diputados, a los que han cegado con propaganda y viajes, dijo Olivares a IPS.
Para evitar que México sea presa de los casinos y los apostadores enviciados, haremos movilizaciones y mucho trabajo de cabildeo con los diputados y el gobierno, anunció.
La Iglesia Católica también está en contra de legalizar casinos, por considerar que atraerán la prostitución, el lavado de dinero y la corrupción.
Aunque una ley vigente desde los años 30 impide el funcionamiento de casinos, en los hechos funcionan unos 1.000, parte de ellos autorizados mediante decretos especiales emitidos desde los años 80, y otros ilegales.
La intención de la ley es dar a México un nuevo impulso en el turismo, y regular lo que ya está funcionando aunque sin vigilancia y sin dejar nada de dinero al gobierno, apuntó Martínez, del centrista y opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI).
La operación de casinos, además de atraer visitantes, proporcionaría ingresos anuales netos por más de 200 millones de dólares, mientras que el Estado recaudaría por impuestos algo más de 250 millones de dólares, indicó la legisladora.
A mediados de 1995, el gobierno de Ernesto Zedillo (1994-2000), del PRI, propuso autorizar los casinos, pero no pudo convencer a todas las fuerzas políticas de las bondades de su proyecto y recibió severas críticas de la Iglesia y sectores conservadores.
Ahora, Fox no apoya abiertamente la nueva apuesta, que tiene en cambio el respaldo de las asociaciones de turismo, pero desde el gobierno se indica que una medida de ese tipo sería conveniente para el país.
La aprobación de la ley parece más factible que nunca, pues la mayoría de fuerzas políticas le dieron su aval.
No me parece que tengamos que asustarnos de algo como el juego. Se da en 140 o 150 países en el mundo, en todos lados se juega y en todos lados hay casinos, expresó Rodolfo Elizondo, secretario (ministro) de Turismo.
Los casinos serían una oferta complementaria a la que ya existe en el país en materia de turismo y eso es adecuado, expresó.
En 2003, el turismo internacional dejó en México 9.457 millones de dólares, 6,8 por ciento más que en 2002.
Gracias a ese incremento, México pasó del decimotercero al décimo lugar mundial en captación de divisas del turismo internacional, indicó la Organización Mundial del Turismo.
