La unidad del Grupo de Cairns, integrado por 17 naciones agroexportadoras, y del Grupo de los 20 países en desarrollo pende de la respuesta del Mercosur a la oferta de preferencias comerciales que formalizará este viernes la Unión Europea (UE).
El bloque europeo concretará este viernes su promesa de concesiones comerciales al Mercosur (Mercado Común del Sur) a cambio de que el bloque latinoamericano apoye su política de protección agrícola, canalizada a través de subsidios y aranceles elevados a las importaciones.
Se prevé que la UE presente entonces mejoras a sus ofertas anteriores abriendo su mercado a la carne bovina, el azúcar y los cereales del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), con miras a un acuerdo en negociación desde hace cuatro años.
Los subsidios agrícolas enfrentaron al mundo en desarrollo, representado por el G-20 liderado por Brasil, con el Norte industrial, en especial la UE, en la Ronda de Desarrollo de Doha de negociaciones comerciales multilaterales.
Esta ronda se inició tras la conferencia ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en la capital de Qatar, en 2001, para lograr acuerdos internacionales en áreas delicadas, como comercio agrícola y de servicios y aranceles industriales.
Si el Mercosur accede al acuerdo que le propondrá la UE, el bloque latinoamericano deberá mostrar mayor disposición a ceder a las demandas del europeo en la Ronda de Doha, según diversas versiones oficiosas y otras surgidas en la prensa.
Se prevé que la UE ofrezca al Mercosur una ampliación de las cuotas que restringen la importación de los productos políticamente más delicados de esos países, como la carne bovina, el azúcar y los lácteos.
La aceptación de la oferta europea supondría el quiebre del Grupo de Cairns, que reúne a 17 países que concentran un tercio de las exportaciones agrícolas mundiales y que no subsidian su producción. Entre ellos figuran los cuatro miembros del Mercosur, así como Bolivia y Chile, asociadas al bloque.
También supondría la fractura del Grupo de los 20 (G-20) países en desarrollo, cuya oposición a los subsidios agrícolas y a otras propuestas del Norte industrial derivó en el colapso de la Ronda de Doha en septiembre pasado, en la conferencia ministerial de la OMC en Cancún, México.
Brasil, el país más extenso y poblado del Mercosur, es considerado el líder del G-20. De los países del Mercosur, Uruguay es el único que no ha estado vinculado a esta alianza.
El diario británico The Financial Times dijo que Bruselas considera ir más allá si los países del Mercosur acuerdan no ejercer presión por la liberalización del comercio agrícola en la Ronda de Doha, lo cual obligaría a la UE a levantar o reducir sustancialmente sus subsidios al sector.
La UE no ha revelado aún la oferta inicial que formulará al Mercosur. Pero The Financial Times informó que ascendería a alrededor de un tercio del total de concesiones agrícolas que ya brinda al bloque latinoamericano.
Los negociadores del Mercosur indicaron que están dispuestos a discutir las propuestas, las cuales ya les fueron entregadas en borrador. Pero advirtieron que necesitan ver los detalles antes de dar una respuesta.
El representante de Brasil ante los organismos comunitarios en Bruselas, José Alfredo Graça Lima, dijo a la agencia de noticias AFP que un acuerdo entre los dos bloques sería un incentivo para que el Mercosur no presione duro a la UE en la OMC.
El pacto convertiría al Mercosur en un aliado, en vez de ser un adversario. Pero tal eventualidad no atará de manos a los negociadores del G-20.
Los representantes de la UE y del Mercosur confían en que habrán diseñado un acuerdo final para octubre próximo.
Luego de la reunión de este miércoles, en la que ambos bloques mejorarán sus propuestas anteriores, habrá otra en mayo en Bruselas para formular las respuestas. A fines de ese mismo mes se encontrarán en Guadalajara, México, en el marco de una cumbre UE-América Latina y el Caribe.
El comisario de la UE para asuntos comerciales, Pascal Lamy, dijo que la cumbre de Guadalajara servirá para hacer avanzar la Ronda de Doha.
Queremos enviar la clara señal de que la UE, América Latina y el Caribe trabajamos juntos para impulsar la Ronda de Doha de la OMC mientras continuamos fortaleciendo nuestras relaciones comerciales y económicas, sostuvo Lamy.
La cumbre también haría sonar la campana para la última vuelta de las negociaciones UE-Mercosur si ambas partes están preparadas para correr una milla extra, añadió.
Está previsto que las negociaciones de la Ronda de Doha concluyan este año, pero los meses perdidos se van acumulando.
La principal demanda de los países en desarrollo es la reducción de los subsidios del Norte industrial y la apertura de sus mercados.
Las negociaciones entre la UE y el Mercosur comenzaron en noviembre de 1999, con el objetivo de crear una zona de libre comercio para 2003. Las diferencias sobre subsidios al sector agrícola y aranceles del sector impidieron alcanzar esa meta.
El acuerdo que la UE propondrá este viernes implica un mejor acceso de los servicios y las mercaderías industriales europeos a los países del Mercosur, en especial al sector estatal.
La UE es el segundo socio comercial de América Latina.
Entre 1990 y 2002, las importaciones de UE desde América Latina aumentaron de 31.900 millones a 64.200 millones de dólares, y el flujo en sentido inverso de 20.400 millones a 68.700 millones de dólares.