LIBIA-UNION EUROPEA: No tan rápido, advierte Amnistía

Mientras la Unión Europea (UE) elogia al presidente libio Muammar Gadafi por su progreso en las relaciones con la comunidad internacional, la organización de derechos humanos Amnistía Internacional acusa a Libia de continuar con el encarcelamiento, la tortura y la ejecución de presos políticos.

En su primera visita oficial a un país fuera de Africa o Medio Oriente en 15 años, Gadafi fue recibido este martes en Bruselas por el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, en el marco de un reacercamiento de Trípoli a la comunidad internacional desde que renunciara el pasado diciembre a poseer armas de destrucción masiva.

Gadafi, en el poder desde 1969, también resolvió las disputas sobre el atentado con bomba de las aeronaves que estallaron sobre Escocia y Níger en 1980.

Pese a estas concesiones al mundo exterior, dentro de Libia "persiste un clima de miedo", afirmó Amnistía, con sede en Londres.

Mientras Prodi le estrechaba su mano a Gadafi, activistas de los derechos humanos protestaban en Bruselas contra la presencia del líder libio, hasta hace pocos meses considerado un "patrocinador del terrorismo" por Estados Unidos y otras potencias.

Críticos y observadores señalaron que detrás del cambio de actitud de la comunidad internacional se esconden los intereses de la industria armamentista, ansiosa por venderle equipos convencionales a Trípoli.

La visita de Gadafi a Europa tiene lugar un mes después de una reunión en Trípoli con el primer ministro británico Tony Blair y días después del anuncio del presidente estadounidense George W. Bush del levantamiento del embargo económico que impuso a Libia en 1981, tras acusarla de fomentar el terrorismo internacional.

La Comisión Europea, brazo ejecutivo de la UE, intentará resolver un diferendo entre Libia y Alemania sobre la compensación de las víctimas de un atentado con bomba en una discoteca de Berlín en 1986, que dejó tres muertos y 260 heridos.

La Comisión ya advirtió a Libia que sólo le levantará el embargo militar una vez que se acuerde una compensación a las víctimas de Berlín o a sus familiares.

En dos días de conversaciones, altos funcionarios europeos también plantearán a Gadafi la cuestión de seis médicos búlgaros detenidos en Trípoli en 1999, acusados de haber infectado deliberadamente a cientos de niños con el virus del sida.

Asimismo, Prodi impulsará la incorporación de Gadafi al llamado "proceso de Barcelona", que pretende estrechar los vínculos políticos y comerciales entre la UE y países del otro lado del mar Mediterráneo.

El proceso de Barcelona apunta a formar una zona euro-mediterránea de libre comercio para 2010, pero uno de los obstáculos es que Gadafi no quiere sentarse en la misma mesa que el representante de Israel.

En una declaración previa, la Comisión Europea destacó que la visita de Gadafi "prepara el terreno para la plena normalización de los vínculos entre Libia y la UE", y sigue a "notables progresos en los últimos meses hacia la reintegración de Libia a la comunidad internacional".

Pero en un informe titulado "Libia: Hora de convertir los derechos humanos en realidad", Amnistía Internacional denunció violaciones continuadas a los derechos humanos en ese país, la falta de investigación sobre abusos pasados y un clima de miedo que impide a la mayoría de los libios denunciar esas violaciones.

Amnistía expresó su beneplácito por algunos avances registrados en los últimos años, pero señaló la necesidad de "un programa integral de reforma para atender los problemas de derechos humanos".

Entre los avances se cuentan "la liberación en 2001 y 2002 de casi 300 prisioneros, incluso presos de conciencia detenidos desde 1973, y la reciente apertura del país a cierto escrutinio internacional", dice el informe.

Por otra parte, señala el documento, continúan los abusos, con frecuencia justificados por el nuevo discurso de la "guerra contra el terrorismo".

Por ejemplo, Libia todavía tiene leyes que "penalizan el ejercicio pacífico de la libertad de expresión y asociación", por eso hay "prisioneros de conciencia, detenciones prolongadas sin acceso al mundo exterior, prácticas de tortura y juicios injustos".

Además, aunque Trípoli prometió abolir la pena de muerte, ese castigo todavía se aplica a un gran número de delitos que incluyen el ejercicio de actividades políticas, mientras "se autorizan y practican formas de castigo colectivo, como la demolición de viviendas", denuncia el informe.

Amnistía urgió a la UE a indicar claramente a Libia que "como base de la asociación, Libia debe cumplir su promesa de respetar los derechos humanos antes de incorporarse al proceso de Barcelona".

La organización también exhortó a la UE y a Trípoli a garantizar que la posible cooperación sobre el retorno de inmigrantes indocumentados a Libia respete los derechos de las personas que necesitan protección.

Funcionarios belgas y de la UE anunciaron que se abordará la cuestión de los derechos humanos en el contexto de la aspiración de Libia a unirse a la alianza euro-mediterránea.

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