La Comunidad del Caribe (Caricom) se propone pedir en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) una investigación de la caída en febrero del ex presidente haitiano Jean-Bertrand Aristide, tras una fría recepción de la misma iniciativa en el Consejo de Seguridad del foro mundial.
Una cumbre de la Caricom realizada el 27 de marzo en San Cristóbal y Nevis, sin representante de Haití, rechazó la demanda estadounidense de reconocer al gobierno instalado tras la caída de Aristide, quien asegura que fue obligado a renunciar por presión estadounidense con apoyo de Francia.
La frialdad ante la propuesta de la Caricom por parte del Consejo de Seguridad, que tiene 15 integrantes, se puede explicar porque Estados Unidos y Francia son dos de los cinco miembros permanentes con derecho a veto de ese organismo.
Los jefes de gobierno de la Caricom decidieron la semana pasada reiterar su pedido de una investigación bajo auspicio de las Naciones Unidas sobre la caída de Aristide, que según la Casa Blanca renunció y abandonó Haití por su propia voluntad.
El bloque caribeño no ha presentado aún un pedido formal sobre el asunto, indicó Michele Montas, portavoz del presidente de la Asamblea General, Julian Hunte.
La funcionaria agregó que de todos modos no habrá decisiones en la materia hasta la semana próxima, cuando Hunte regrese de Japón.
Entiendo que no se ha presentado una solicitud formal de investigación, comentó el miércoles a periodistas el asesor especial de la ONU sobre Haití, Reginald Dumas.
Cuando se le preguntó si apoyaría esa iniciativa, respondió que aconsejaría en privado al secretario general de la ONU, Kofi Annan.
La presidencia de la Caricom es rotativa. En la reunión de la semana correspondió a Jamaica y fue traspasada a Antigua y Barbuda, cuyo gobierno cambió luego, debido a elecciones realizadas esta semana que determinaron la asunción de un nuevo primer ministro, Leonardo Baldwin Spencer, reemplazante de Lester Bird.
Por desgracia, esos cambios van a demorar cualquier pedido de investigación, dijo a IPS este viernes un embajador caribeño.
Los cancilleres de la Caricom tienen previsto reunirse para volver a considerar la situación haitiana los días 22 y 23 de este mes en Barbados, y el embajador jamaiquino en la ONU, Stafford Neil, aseguró a IPS que el pedido de investigación del bloque caribeño se mantendrá.
Por ahora no se descarta nada, añadió.
Aristide viajó a República Centroafricana tras su caída, y actualmente reside en Jamaica mientras busca un país donde radicarse.
Una fuente de la ONU comentó a IPS que una moción aprobada en la Asamblea General tendría escaso impacto, porque ese organismo, a diferencia del Consejo de Seguridad, carece de poder para imponer sus decisiones.
A la luz de informes contradictorios acerca del alejamiento de su cargo del presidente Aristide, los jefes de gobierno (de la Caricom) creen que es de urgente interés para la comunidad internacional que sean plenamente investigados los acontecimientos previos y todas las circunstancias que rodearon la transferencia de poder de un jefe de Estado elegido de acuerdo con la Constitución, sostuvo la semana pasada la cumbre de la Caricom.
Los integrantes de la Caricom son Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, Montserrat, San Cristóbal y Nevis, Santa Lucía, San Vicente y Granadinas, Suriname, y Trinidad y Tobago
El pedido de investigación fue apoyado por la Unión Africana, que reúne a los 53 países de Africa, y por el Comité de Embajadores de Africa, el Caribe y el Pacífico, que reúne a ex colonias europeas de esas regiones.
Es claro que Estados Unidos y Francia violaron la Carta de la ONU, y también la Convención sobre Prevención y Castigo de Crímenes contra Personas Protegidas Internacionalmente, de 1973, con su tratamiento criminal al presidente Aristide, dijo a IPS el profesor de derecho internacional Francis Boyle, de la Facultad de Derecho de la Universidad de Illinois.
Los integrantes del bloque caribeño y otros países deberían plantear una demanda formal ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya contra Estados Unidos y Francia por violar la Convención de 1973, a fin de que el tribunal mundial también condene los que esos dos Estados malhechores le han hecho a Haití y al presidente Aristide, y ordene el regreso de éste a su país, alegó.
Aristide aún es legalmente el presidente de Haiti, un Estado miembro de la ONU, y lo que adecuado habría sido que Annan hiciera pública esa posición, y que el Consejo de Seguridad demandara el inmediato retorno a Haití y a su cargo del mandatario, opinó Boyle.
Que no haya ocurrido eso demuestra la creciente y continua degradación de la Oficina del Secretario General de la ONU, del Secretariado del foro mundial y del Consejo de Seguridad, bajo el actual régimen de hegemonía estadounidense, sostuvo el experto, autor de un libro sobre política exterior de Estados Unidos titulado Destruyendo el Orden Mundial.'
Es importante que la Caricom lleve la cuestión haitiana a la Asamblea General, para sostener la integridad de la Carta de la ONU, algo que Annan y el Consejo de Seguridad no han podido o no han querido hacer, afirmó.
La alternativa es aún más caos y anarquía internacionales, y un continuo y gradual descenso hacia la guerra mundial, como ocurrió en los años 30, en tiempos de la Liga de las Naciones, concluyó Boyle.
El economista Jeffrey Sachs, asesor especial de Annan y director del Instituto de la Tierra de la estadounidense Universidad de Columbia, abogó públicamente para que la ONU restaure a Aristide en la presidencia de Haití.
Para observadores con experiencia, los acontecimientos que rodearon la caída del presidente haitiano llevan la marca de una operación conducida por Estados Unidos contra Aristide, arguyó.
Lo que ocurrió fue similar al golpe de Estado que derrocó a Aristide en 1991, durante la presidencia de George Bush padre, en el que abundaron las huellas digitales del gobierno estadounidense, incluyendo la actuación de matones que luego admitieron ser empleados recibir paga de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (más conocida por sus siglas en inglés, CIA), explicó Sachs.
Aristide, ex sacerdote católico convertido en líder popular, fue desde 1991 el primer presidente de Haití elegido en forma democrática. Derrocado ese mismo año, fue repuesto en el gobierno en 1994 para terminar su mandato hasta 1995, debido a presiones internacionales, y comenzó en 2000 un segundo mandato interrumpido en febrero.
En la actualidad hay 1.940 soldados estadounidenses en Haití, junto con 825 de Francia, 435 de Canadá y 330 de Chile.
Se espera que una fuerza de mantenimiento de la paz de la ONU se haga cargo de la situación el 1 de junio, y el portavoz del foro mundial, Fred Eckhard, dijo a periodistas el mes pasado que esa fuerza tendrá una compleja misión que podría incluir tareas militares, policiales, políticas, humanitarias y electorales.
Consideramos la posibilidad de una operación de mantenimiento de la paz en Haití a largo plazo y multifacética, comentó.
La organización humanitaria Amnistía Internacional afirmó este viernes, en una carta abierta al Departamento de Operaciones de Mantenimiento de la Paz de la ONU y al Consejo de Seguridad, que una misión del foro mundial en Haití debe basarse en el respeto a los derechos humanos, con un enfoque de todos los aspectos de su tarea que se apoye en una visión integral de esos derechos.(
