Con la orden de retirar sus tropas de Iraq, el flamante gobierno socialista de España aspira a fortalecer el papel de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y restablecer una política común para la Unión Europea, además de cumplir con una de sus promesas electorales más polémicas.
El gobierno no va a volver a dar la espalda nunca más a las Naciones Unidas ni a los españoles, ni de derechas ni de izquierdas, que no entienden ni aceptan la presencia de las tropas españolas en Iraq, dijo este lunes José Bono, al asumir como nuevo ministro de Defensa.
Bono, uno de los dirigentes del ahora gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE) con más prestigio y apoyo popular, añadió que hoy está claro que fue ilegítima la causa invocada para invadir Iraq y que, incluso, quienes la invocaron han tenido que reconocer que era falsa, pues no se encontraron armas de destrucción masiva ni planes o elementos para fabricarlas.
De este modo Bono comentó la decisión anunciada el domingo por el jefe del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, un día después de asumir el cargo, de retirar las tropas españolas de Iraq sin esperar hasta el 30 de junio, fecha puesta como límite para que la ONU resuelva tomar el control de la reconstrucción y seguridad de ese país, incluyendo el mando de las tropas extranjeras desplegadas allí.
Zapatero explicó que las declaraciones públicas estadounidenses y los contactos realizados antes de que Bono se hiciera cargo de la cartera de Defensa no aportan indicios que permitan prever una variación sustancial en la situación política y militar existente en Iraq en los plazos previstos y en el sentido reclamado por el pueblo español.
Esa variación habría consistido en que el gobierno de Estados Unidos aceptase que todas las tropas, incluso las suyas, y el traspaso del gobierno de su país a los iraquíes de manera democrática quedasen bajo el control de la ONU.
Esta decisión del gobierno español pone sobre la mesa el tipo de relación que la Unión Europea (UE) tendrá, o podrá tener, con Estados Unidos y, también, la redefinición de la política exterior del propio bloque europeo, con la posibilidad de que se restablezca el consenso que se tenía antes de la invasión de Iraq.
Más allá de las declaraciones altisonantes de funcionarios estadounidenses o de su presidente, George W. Bush, quien dijo que lamenta la orden, no parece que la retirada española vaya a afectar las relaciones entre Madrid y Washington.
Fuentes diplomáticas dijeron a IPS que el nuevo canciller español, Miguel Angel Moratinos, anticipó dos días antes a su par estadounidense, Colin Powell, el anuncio que el domingo concretó Zapatero.
El canciller volverá a reunirse con Powell este miércoles, cuando viajará a Washington desde Dublín, donde se reunirá con su homólogo irlandés para hablar sobre la posición europea, ya que ese país ejerce este mes el turno rotatorio de la presidencia del bloque de 15 países.
Powell, al ser informado, le habría manifestado que entendía el carácter político, o quizás electoral, del anuncio y que, aunque le producía cierta decepción, no alteraría sus relaciones. Ambos gobiernos coinciden, según sus portavoces, en que la medida no afectará esos vínculos bilaterales
En cuanto a la política exterior de la UE, además de fortalecer la posición de Francia y Alemania, opuestas frontalmente a la invasión de Iraq, la medida de Zapatero puede impulsar las presiones ciudadanas en Polonia e Italia para que los gobiernos de esos países también ordenen el retiro de sus tropas de Iraq.
En España, todos los partidos políticos apoyaron la decisión de la retirada, con la excepción del centroderechista Partido Popular (PP), que acaba de ser desplazado del gobierno.
Según el secretario general del PP y derrotado candidato a la presidencia, Mariano Rajoy, la decisión de Zapatero responde a compromisos con otros partidos y a razones internas, pero que la misma hace a España más vulnerable.
Moratinos señaló que, en contra de lo afirmado por dirigentes del PP, España seguirá asociada y aliada de Estados Unidos y a la vez firme defensora de que se inicie una dinámica en las Naciones Unidas y con los socios principales para alcanzar ese sueño que tienen los iraquíes de construir un Iraq libre y democrático.
También que se cumplirá el compromiso de recuperar los vectores tradicionales de la diplomacia española, pues este país quiere retornar a Europa para construirla conjuntamente, y superar la división planteada por el apoyo concreto de España, Gran Bretaña y Portugal a la política unilateral de Estados Unidos.
Mientras, el Foro Social de Madrid, integrado por una cuarentena de organizaciones no gubernamentales, convocó, a las tres horas de conocerse la noticia, a una manifestación en la céntrica plaza de la Puerta del Sol, en Madrid, utilizando para comunicarla correos electrónicos y mensajes de teléfonos móviles.
Por otro lado, el no gubernamental Comité de Solidaridad con la Causa Arabe calificó de una victoria del pueblo de Iraq la orden de retirar las tropas, que llevará ocho semanas para ser cumplida íntegramente. Este lunes ya comenzó la reducción, pues el relevo dispuesto hace meses de 240 soldados se ejecutó pero para reemplazarlos fueron enviados solamente 190.
Además, este lunes el gobierno dispuso el alistamiento de las fragatas y buques de transporte para proceder a la repatriación escalonada de los efectivos en Iraq.
Otra reacción importante ha sido la del chiita iraquí Muqtada al Sadr, impulsor de acciones guerrilleras contra la ocupación militar de su país, quien declaró al conocer la decisión de Zapatero que ello lleva a dejar a las tropas españolas a salvo de esas acciones.