España mirará desde ahora al Sur en desarrollo y a sus socios de la Unión Europea y rechazará las acciones intervencionistas en terceros países, como la encabezada por Estados Unidos en Iraq, según confirmó el futuro jefe de gobierno, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero.
El debate parlamentario, iniciado este jueves y que culminará el viernes con la elección de Zapatero para presidir el gobierno español, le permitió a éste reafirmar sus postulados en política externa.
De acuerdo con lo anticipado por portavoces de otras fuerzas políticas se prevé que el candidato del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ganará la votación en la primera vuelta y que el sábado asumirá el cargo.
El PSOE ganó las elecciones generales celebradas el 14 de marzo pero no obtuvo la mayoría absoluta, lo que lo llevó a negociar la votación del viernes con otros partidos, de izquierda y nacionalistas vascos, catalanes, gallegos y canarios.
En futuro gobierno socialista, en el campo de la política exterior, pondrá particular atención en recuperar un consenso con las demás fuerzas políticas que nunca debió romperse, dijo Zapatero en alusión a la forma en que el ejecutivo en funciones se negó a negociar la política en relación a Iraq.
El centroderechista presidente saliente, José María Aznar, se plegó a la política del gobierno estadounidense de George W. Bush y apoyó incondicionalmente la invasión de Iraq, sin someter el tema al parlamento.
El PSOE y las demás fuerzas políticas se opusieron a la guerra antes, durante y después de la invasión de las fuerzas aliadas lideradas por Estados Unidos, y en la actualidad reclaman que se retiren las tropas españolas presentes en ese país árabe.
Respondiendo a una interpelación de Mariano Rajoy, el frustrado candidato a la presidencia y hoy secretario general del todavía gobernante Partido Popular (PP), Zapatero subrayó con firmeza: vamos a sacar a España de la guerra ilegal e injusta.
También reiteró su compromiso de retirar las tropas de Iraq si antes del 30 de junio la situación en ese país, incluyendo el mando de todas las fuerzas militares desplegadas allí, no son puestas bajo el control de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
No obstante, añadió que eso no impedirá que España mantenga un firme compromiso con la seguridad internacional y en la lucha contra el terrorismo, con un solo requisito: la decisión previa de Naciones Unidas o de cualquier otra organización de carácter multinacional.
Además puntualizó que el envío de tropas en misiones al exterior se acordará con la participación del parlamento. España debe alinearse inequívocamente con la legalidad internacional, con la reforma y reforzamiento de los instrumentos de paz internacionales y debe hacer de la cooperación al desarrollo un elemento esencial de nuestra política internacional, añadió.
Una mención especial le mereció América Latina pues, dijo, se apresurará a recuperar la presencia institucional, política, cultural y económica en esa región. Esa recuperación la hará para contribuir a la proyección definitiva de sus pueblos, consolidar la democracia en todos sus países y sentar con ellos bases reales para la actualización, modernización y eficacia de nuestra comunidad de naciones.
Siempre mirando al Sur, Zapatero planteó que su país deberá recuperar el diálogo, el entendimiento y la cooperación con las naciones de la región del mar Mediterráneo.
Subrayó que una de ellas, Marruecos, exige y merece una atención preferente y unas relaciones que busquen el entendimiento profundo. En ese marco, anunció que en los próximos días visitará a ese país vecino, con el que en los últimos años hubo varios enfrentamientos, algunos de ellos con tropas de por medio aunque sin llegar al uso de las armas.
De igual manera destacó el proceso de constitucionalización de la Unión Europea (UE). Esa Constitución, que todavía se está discutiendo, supone un hito en el proceso de paz, libertad, progreso y bienestar en cuya implantación y desarrollo estamos empeñados los europeos desde hace 50 años, tras el fin de la segunda guerra mundial, apuntó.
Por ello y porque está convencido de que lo que es bueno para Europa es bueno para España, su gobierno hará todo lo que esté a su alcance para que la Constitución de la UE se apruebe antes del 30 de junio y pueda firmarse en Madrid, en homenaje a las víctimas de los atentados terroristas del 11 de marzo en esta ciudad.
Con respecto al terrorismo, tanto interno como externo, prometió que su gobierno empleará todos los recursos de que puede dotarse una sociedad democrática.
Entre esos recursos destacó en primer lugar un mejor equipamiento, coordinación e información de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, con un mando único. También la coordinación mediante el diálogo y el acuerdo institucional con los gobiernos del País Vasco y de Cataluña, pues en sus comunidades existen fuerzas policiales dependientes directamente de los mismos.
Junto a ello prometió impulsar la más amplia cooperación internacional contra todo tipo de terrorismo, respetando los valores y las pautas democráticas, por lo que, aclaró, no caeré en el error de proponer, en aras de la seguridad, restricciones en nuestro sistema de libertades ni tampoco ampararé iniciativas que violen nuestra propia legalidad o la legalidad internacional.
Además del programa del PSOE, la posición expuesta por Zapatero estuvo bastante condicionada por los votos prometidos por Izquierda Unida (la coalición basada en el Partido Comunista) e Izquierda Republicana de Cataluña, que le resultan indispensables para ser investido presidente del gobierno español en la primera votación.
Esas dos agrupaciones políticas son de las que con más fuerza se opusieron a la política exterior de Aznar y en especial a su alineamiento con Bush para la invasión y ocupación de Iraq desde marzo de 2003.
A esto se refirió en los pasillos del Congreso el portavoz parlamentario del PP y ex ministro Eduardo Zaplana, quien apreció que hubo mucha indefinición y falta de concreción en los anuncios del líder socialista, porque tiene pactos con las demás fuerzas parlamentarias que no puede desvelar.
En cambio, dirigentes de esas otras fuerzas aliadas hoy al PSOE en la votación a Zapatero manifestaron su satisfacción por el compromiso en política internacional, aunque marcaron matices con los de política interna planeada en diversos planos.