Mientras el gobierno de Eslovaquia ajusta los últimos detalles para ingresar este fin de semana a la Unión Europea (UE), muchos en este país sienten recelo y temor ante este cambio.
En Kysucke Nove Mesto, localidad de 25.000 habitantes del norte eslovaco, donde el desempleo es levemente superior al índice nacional de 16 por ciento de la fuerza de trabajo, muchos están preocupados por los posibles cambios a partir del 1 de mayo.
Nadie sabe qué sucederá. No sé qué pasará con mi negocio ni con los precios, ni si la gente tendrá dinero para seguir viniendo aquí, dijo preocupado Milan, de 27 años, propietario de un bar.
El temor de Milan reflejan el pensar de la mayoría de los habitantes de esta zona de Eslovaquia, donde los políticos opuestos la integración con la UE siempre ganaron la mayoría en las elecciones desde 1998, cuando Bratislava empezó a negociar su incorporación.
En esta zona también se registró la menor concurrencia a las urnas en el referendo de mayo de 2003, cuando se aprobó la entrada de Eslovaquia a la UE, aunque apenas dos puntos porcentuales por encima del mínimo necesario de 50 por ciento de votos.
La UE tendrá 10 nuevos miembros a partir del 1 de mayo, entre ellos Eslovaquia, y ya están en curso los preparativos para incluir también a Bulgaria y Rumania en 2007.
Milan no está seguro qué efectos concretos tendrá la armonización de los precios y de los impuestos dentro del bloque. Tiene miedo de que, de aumentar los precios, su negocio entre en bancarrota.
He hablado con otras personas sobre esto, y nadie parece saber a ciencia cierta qué es lo que pasará. Lo más probable es que todo aumente, afirmó.
El salario promedio en este país de 5,4 millones de habitantes es de 415 dólares mensuales, apenas una décima parte del de algunos países de Europa occidental, pero los precios de algunos artículos alimenticios y de vestimenta pasarán a estar a la par con el resto de la UE.
En las últimas semanas, los periódicos eslovacos publicaron todo tipo de información sobre las consecuencias del ingreso de este país a la UE, mientras que la televisión estatal divulgó programas especiales. La información también abunda en sitios nacionales en Internet.
Sin embargo, el gobierno no lanzó una campaña especial de información pública sobre sobre lo que significará el ingreso bloque europeo.
Los eslovacos están muy mal informados. Por lo general ven el ingreso de la UE como el simple hecho de que son aceptados por los otros países de Europa, pero no lo que esto implica, dijo a IPS el analista político Pavel Haulik, de la consultora MVK.
No saben mucho sobre los aspectos técnicos ni lo que significará para ellos. Tienen temor y piensan que los precios aumentarán en forma drástica de un día a otro, añadió.
Pero los miedos no se limitan a los precios. Los eslovacos también temen que, en alguna medida, el ingreso al bloque les haga perder soberanía.
Es como estar otra vez bajo el comunismo, pero esta vez con Bruselas en lugar de la Unión Soviética, sostuvo Renata, de 23 años, ayudante en un comercio de Kysucke Nove Mesto.
Ellos van a decidir todo y no podremos decir nada. Ellos no se preocupan por los países más pequeños como el nuestro ni por lo que nos interesa, añadió.
No hubo ningún estudio sobre la opinión de los eslovacos ante el ingreso a la UE desde el referendo del año pasado.
Sin embargo, es significativo que los dos candidatos para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales realizada este mes fueron líderes del Movimiento por una Eslovaquia Democrática, partido que en los años 90 se opuso al ingreso al bloque.
En esos comicios, el ultranacionalista ex primer ministro Vladimir Meciar sufrió una fuerte derrota a manos de su ex aliado Ivan Gasparovic.
Los candidatos de la gobernante Unión Democrática y Cristiana Eslovaca, principales impulsores de la entrada a la UE, perdieron en la primera ronda de votación.