El gobierno de Argentina busca descomprimir la tensión con Chile, provocada por el nuevo recorte de exportación de gas natural. El jefe del gabinete ministerial argentino, Alberto Fernández, sostuvo que "hay mucha confusión" en el gobierno chileno de Ricardo Lagos, y aseguró que Buenos Aires "nunca se sumaría a ningún frente para perjudicar a esa nación". "Lo que tiene que entender Santiago es que no es un problema de imprevisión del gobierno, por lo menos de éste", subrayó. Fernández atribuyó la crisis energética, que afecta el consumo doméstico y las ventas externas, a "los años de falta de inversión en exploración, explotación y distribución de gas" tras la privatización del sector en los años 90.