El gobierno argentino destinará la mayor parte del superávit fiscal, que en el primer trimestre ya alcanzó a 1.400 millones de dólares, a atender las muchas demandas sociales, educativas, el problema de la crisis energética y otros requerimientos. El jefe del gabinete presidencial, Alberto Fernández, salió al cruce de comentarios de portavoces del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de Estados Unidos respecto de que Argentina debe utilizar la mayor parte de ese saldo positivo, que triplica la meta prevista en el último acuerdo crediticio con el organismo multilateral, a pagar la deuda y en particular los bonos declarados en cese de pago a fines de 2001.