La basura doméstica quemada en Venezuela por opositores que expresaron su descontento hacia el poder electoral durante una semana, afectó, junto a las nubes de gases lacrimógenos, la salud de vecinos y transeúntes ajenos a las manifestaciones, incluidos niños y ancianos.
En los desórdenes murieron entre siete y diez personas por heridas de bala, según distintas fuentes, y medio centenar resultaron heridas por armas de fuego, entre manifestantes, transeúntes, agentes del orden y trabajadores de la prensa.
Hemos pasado todas estas noches en ascuas y asfixiándonos por el humo de la basura y las bombas (lacrimógenas). Pero la protesta por defender el revocatorio contra Hugo Chávez vale la pena, dijo a IPS Carmen Pineda, conserje de un edificio residencial de la urbanización Colinas de Bello Monte, en el municipio Baruta, del sureste capitalino.
Los manifestantes exigen que el Consejo Electoral acepte las firmas que presentó la oposición para solicitar un referendo que puede revocar el mandato del presidente Chávez, y acentuaron su protesta porque el organismo colocó en observación más de un millón de firmas, sobre las que tiene dudas, alargando el proceso.
Durante seis días el reclamo se materializó sobre todo a las puertas de urbanizaciones de clase media, tras barricadas hechas con neumáticos, bolsas con basura, macetas, rejas, troncos de árboles, vallas publicitarias, postes de alumbrado y hasta la marquesina de un antiguo cine. Algunos vehículos ardieron.
Las protestas abarcaron varias de las principales ciudades del país. Sólo en Caracas ha habido 28 heridos por explosiones dentro de bolsas con basura que, suponemos, tenían envases de aerosoles, y 47 heridos por quemaduras con plásticos, dijo a IPS Giorgio Restori, de la organización ambientalista Vitalis.
El problema ambiental producto de estas protestas es muy grave. Se ha dado prioridad al conflicto político por encima del ambiente. Los gases de la quema de plástico son como el cianuro. Han muerto pájaros, perros y gatos en la calle y en algunas viviendas, agregó Restori.
¿Cuánta basura ardió? Rafael Suárez, presidente de la empresa recolectora capitalina Cotécnica, señaló que desde que estallaron las protestas el 27 de febrero y hasta el martes se recibieron en el relleno sanitario La Bonanza (a unos 30 kilómetros de Caracas) 11.000 toneladas de basura, cuando lo normal entre viernes y martes es 14.000 toneladas.
No puedo afirmar que las 3.000 toneladas ardieron en las protestas, o que están en la ciudad todavía sin recoger. Quizá se generó menos basura porque la actividad comercial disminuyó estos días, comentó.
En la ciudad visiblemente, han aumentado el 'smog' y, un poco, la temperatura, sobre todo por la menor circulación de aire en estos días propios de la estación seca, dijo Restori.
Pedro Valero, director de Calidad de Aire en el Ministerio del Ambiente, estimó que los habitantes han inhalado óxido nitroso, metano, monóxido y dióxido de carbono generados por la combustión de neumáticos, plásticos, otros desechos, así como por el impacto de las bombas molotov.
El humo de las barricadas y gases lacrimógenos afectó a decenas de personas, que ingresaron a centros de salud con cuadros de asfixia, alergia, asma y otras afecciones.
Los más afectados son niños, en especial recién nacidos, y ancianos, pues son más vulnerables que el resto de la población, destacó a IPS Evelyn Escalona, jefa del departamento de Salud Poblacional del Ministerio de Salud.
Los centros de salud pública del municipio Chacao, donde fueron más fuertes las refriegas entre manifestantes y fuerzas del orden que dispararon miles de granadas lacrimógenas durante la semana de protestas, atendieron bebés de pocos meses, niños y ancianos con síntomas de broncoespasmo, producto de la inhalación de gases.
Escalona aún no maneja cifras globales de afectados, pero recordó que estudios apuntan a que hasta 30 por ciento de los 25 millones de venezolanos puede padecer de alergias o asma.
Una clínica en el sureste, aledaña a un corredor vial obstaculizado durante tres días por las barricadas, debió trasladar a sus pacientes hospitalizados a pisos y áreas a salvo de los gases, luego de que varias granadas lacrimógenas cayeron en pasillos de la institución.
Gabriel Rojas, de Ecocicla, una organización no gubernamental que fomenta el reciclaje, lamentó también el corte de árboles, usados para alimentar las barricadas con troncos.
Esto refleja un problema de educación. Personas con mayor conciencia ambiental bloquearían los accesos a las vías sólo con su presencia, sin dañar el ambiente, dijo Rojas a IPS.
Valero, desde el Ministerio de Ambiente, agregó que las emisiones de gases tóxicos como los producidos por las refriegas de la última semana afectan más a la capa de ozono que las emanaciones producidas por los combustibles fósiles.
Las manifestaciones callejeras cedieron en Caracas este jueves, pero la oposición anuncia una nueva marcha de protesta para el sábado.