El atentado terrorista del jueves en Madrid confirmó a los gobernantes de la Unión Europea (UE) la necesidad de fortalecer la política exterior común y apelar a una postura unificada para enfrentar al terrorismo.
Con independencia de la identidad de los responsables del ataque, que dejó casi 200 muertos y más de 1.400 heridos, los países del bloque buscarán dejar atrás sus divisiones en política exterior, como las ocurridas el año pasado por la guerra en Iraq, y fortalecer su lucha contra el enemigo común.
El gobierno español originalmente había responsabilizado de los ataques al grupo separatista vasco ETA, pero nuevas pruebas apuntaron las investigaciones a la temida red terrorista Al Qaeda (La Base) del líder saudita Osama bin Laden, a la que el gobierno estadounidense considerada responsable de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington.
La policía halló en la tarde del jueves una furgoneta en la localidad de Alcalá de Henares, punto de partida de algunos de los trenes atacados, en la que se encontraron detonadores y una cinta de audio con recitaciones de versículos del Corán.
Poco después, el periódico londinense en árabe Al Quds Al Arabi informó haber recibido un comunicado firmado por la Brigada de Abu Hafs al Masri, vinculada con Al Qaeda, que se atribuyó la autoría los atentados madrileños.
De esta manera, lo que parecía ser un problema interno español se convirtió en una preocupación de toda Europa. Y así surgieron dudas sobre la manera en que se debía responder a los ataques.
Al señalar a ETA como responsable, el presidente del gobierno español, José María Aznar, evita ser acusado por haberse ganado el odio de extremistas islámicos al alinearse con Estados Unidos, especialmente al apoyar la invasión de Iraq encabezada por Washington.
Los atentados volvieron a poner en duda la efectividad de la Política Común Exterior y de Seguridad de la UE, a cuyo cargo está el español Javier Solana, creada en 1999 para fortalecer la seguridad del bloque y promover la cooperación internacional.
Los esfuerzos para mejorar esa política se han visto impedidos por las divisiones entre los Estados miembros, así como por las relaciones con Estados Unidos.
El año pasado, muchos se preguntaron si era posible una efectiva política exterior común luego de que los integrantes de la UE tomaron posturas distintas ante la invasión de Iraq, apoyada por Gran Bretaña y España mientras la rechazaban Alemania y Francia.
La necesidad de que el bloque tenga una postura única en materia de política internacional volvió a ser comentada por varios analistas tras los atentados en Madrid.
Europa se enfrenta a dilemas mucho mayores que los que tuvo Estados Unidos después del 11 de septiembre de 2001, señaló el periódico húngaro Nepszabadsag.
Si los atentados fueron obra de los separatistas vascos, eso revelaría el fracaso de los gobiernos europeos al tratar sus problemas con las minorías. Pero si los responsables fueron extremistas islámicos, se hacen insostenibles las críticas de los países europeos a Estados Unidos, señaló en su editorial.
Seguramente, si se confirma la responsabilidad de Al Qaeda sobre los atentados, la UE buscará fortalecer sus relaciones de seguridad con Estados Unidos.
¿Quería Al Qaeda castigar a España por su alianza con Estados Unidos y su participación en la guerra de Iraq? Esa es la pregunta que está en la mente de todos, señaló el diario polaco Gazeta Wyborcza.
Esta es una pregunta que requiere una respuesta no sólo de España, sino de toda Europa, y que podría determinar el futuro de la política exterior común.
Pero la teoría de el castigo de España podría ser demasiado aventurada. Gran Bretaña, principal aliado de Washington, no ha sido objeto de atentados aún, si bien se supone sería el primero de Europa en la lista de Al Qaeda. Por otra parte, nadie garantiza que Alemania o Francia estén por completo seguras.
Todo indica que los gobernantes europeos intentarán ahora unirse más contra el terrorismo, aunque todavía está por verse cómo se traducirá esto en una política concreta.
Una de las propuestas, que ya había sido manejada por Gran Bretaña y Francia, es crear un aparato de defensa común fuera de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), pero similar a esa alianza en la que participan Estados Unidos y países europeos.
Las fallas de la política común exterior y de seguridad pueden repararse, sostuvo el analista Fraser Cameron, experto en las relaciones entre la UE y Estados Unidos del Centro de Política Europea, con sede en Bruselas.
La guerra en Iraq provocó una división en la UE, pero hay que tener en cuenta que la política exterior común tiene muy poco tiempo de duración, y la tendencia es consolidarla, señaló.
Cameron sostuvo que la ampliación del bloque prevista para el 1 de mayo, cuando se sumarán 10 países en su mayoría ex comunistas, no afectará los esfuerzos para consolidar una única política exterior.