TAIWAN-CHINA: Parecido no es lo mismo

Mientras Beijing habla de hermandad y afinidad cultural con los ”compatriotas taiwaneses”, a quienes llama codescendientes del Emperador Amarillo, el fortalecimiento de una identidad nacional propia en Taiwan vuelve cada vez más obsoleta la idea de la reunificación con China continental.

Nunca antes en cinco décadas de rivalidad y beligerancia a través del estrecho de Taiwan había sido tan grande la brecha entre la isla y el continente.

”¿Reunificarnos? ¿Para qué?”, preguntó el marinero taiwanés Huang Ching-long. ”Nosotros somos diferentes a los del continente. Tenemos derecho a votar, podemos celebrar un referendo y viajar libremente. Los chinos del continente no pueden hacer nada de esto”, dijo a IPS.

”¿Para qué querríamos someternos a dictadores? Ya tuvimos suficiente con el (partido nacionalista) Kuomintang”, declaró.

Taiwan se separó políticamente de Beijing tras la victoria en 1949 de las fuerzas comunistas en China continental y la huida de los líderes del Kuomintang hacia la isla, donde establecieron un gobierno rival.

Taipei afirma que 20 años de reformas democráticas transformaron a la isla de forma radical y crearon una nueva identidad en su población, mientras China insiste en que Taiwan es una ”provincia renegada” que le pertenece, y amenaza con usar la fuerza si la isla se declara independiente o se niega a reunificarse.

Hace 10 años, la mayoría de los 23 millones de taiwaneses se definían como ”chinos”. Ahora, en cambio, las encuestas revelan que la mayoría se consideran taiwaneses antes que chinos.

Sin embargo, las autoridades comunistas chinas pasan por alto la nueva identidad nacional y continúan blandiendo amenazas contra el presidente taiwanés Chen Shui-bian por impulsar una agenda tendente a la declaración formal de independencia.

Chen, del independentista Partido Progresista Democrático (PPD), triunfó en las elecciones presidenciales del día 20 por menos de 30.000 votos sobre Lien Chan, del Kuomintang, más proclive a la reunificación con China continental.

La oposición exigió el recuento de los sufragios tras acusar al PPD de fraude electoral y a Chen de fraguar un intento de asesinato un día antes de los comicios, pero la Corte Suprema confirmó la reelección de Chen.

Junto con la elección presidencial se realizó un referendo que no logró la participación mínima de 50 por ciento de los votantes para ser aprobado, porque la oposición lo boicoteó.

En el referendo, los votantes debían pronunciarse sobre si Taiwan debía fortalecer sus defensas en caso de que Beijing se negara a desmantelar unos 500 misiles que apuntan hacia la isla, y si el gobierno debía entablar conversaciones con China continental sobre un marco de ”paz y estabilidad” a través del estrecho de Taiwan.

China perdió a Taiwan durante la guerra civil de 1945 a 1949 entre las fuerzas nacionalistas del Kuomintang, encabezadas por Chiang Kai-shek, y el Ejército Rojo de Mao Zedong. Tras su derrota a manos de los comunistas, Chiang llevó a sus tropas al exilio en Taiwan.

El régimen autocrático del Kuomintang en la isla cobró miles de víctimas. Taiwan vivió bajo régimen militar hasta 1987, cuando se levantó la ley marcial.

En los años transcurridos desde la muerte de Chiang Kai-shek se introdujeron reformas democráticas graduales que alejaron a Taiwan de su reivindicación histórica sobre lo que llamaba las ”provincias rebeldes” de China comunista.

Lee Teng-hui, un nativo de Taiwan que se transformó en el primer presidente democráticamente elegido de la isla en 1996, admitió que la visión del Kuomintang de unificar a Taiwan con China continental fue sustituida por un debate sobre la posibilidad de la separación definitiva.

La promoción de una identidad nacional por Lee y Chen Shui-bian enfureció a los líderes comunistas de Beijing, quienes advirtieron a los votantes taiwaneses que no votaran a líderes partidarios de la independencia y se niegan a reconocer que el ”discurso provocativo” de éstos cuente con el respaldo de una verdadera conciencia nacional.

El PPD, promotor de la agenda política ”Taiwan primero”, aumentó su apoyo electoral de 4,97 millones de votos en 2000 a 6,47 millones este año…

El fortalecimiento de la identidad nacional es tan evidente que el Kuomintang, que favorece las relaciones comerciales con China continental sobre cualquier sentimiento separatista, dejó de mencionar el objetivo de la reunificación en la última campaña electoral.

En respuesta a la creciente identidad taiwanesa, Lien Chan y James Soong, los candidatos del Kuomintang (ambos nacidos en China continental), debieron besar la tierra en un acto político previo a las elecciones, en una supuesta demostración de amor a Taiwan.

Las autoridades comunistas chinas ocultan a la ciudadanía estos cambios sociales en la isla. (

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