Los tribunales de Serbia comenzaron a procesar a acusados de cometer atrocidades contra ciudadanos del resto de la antigua Yugoslavia durante las sangrientas guerras de secesión de los años 90.
Seis personas acusadas de la masacre de 192 prisioneros de guerra croatas en 1991 están en el banquillo en Belgrado desde la semana pasada.
Se trata del primer juicio que se realiza en Serbia por violaciones cometidas en la guerra de secesión que costó más de 200.000 vidas, la mayoría de no serbios.
Este es un juicio histórico, un gran desafío y una prueba para la justicia serbia, dijo a IPS el fiscal Bruno Vekaric. Este caso no estará sometido a influencia política alguna. La justicia sólo debe tratar sobre delitos y castigos y no sobre la nacionalidad de las víctimas.
Este proceso se refiere a una de las primeras masacres conocidas en la guerra de Croacia por la independencia.
La acusación indica que los acusados ejecutaron a prisioneros de guerra y a civiles, y describe al detalle lo acontecido los días 20 y 21 de noviembre de 1991 en el criadero de cerdos Ovcara, cerca de Vukovar, 150 kilómetros al noroeste de Belgrado.
Más de 200 croatas fueron conducidos allí desde un hospital local donde estaban internados, después de que el ejército yugoslavo y paramilitares serbios arrasaran con el poblado.
La mayoría de ellos eran combatientes croatas que habían arrojado sus armas para refugiarse en el hospital, según la fiscalía.
Entre ellos figuraban dos mujeres, una de ellas embarazada, un muchacho de 16 años y un periodista croata. Todos fueron llevados a Ovcara y fusilados. Sus cuerpos fueron enterrados en tumbas previamente cavadas y apisonadas luego con bulldozers.
Ciento noventa y dos de las víctimas fueron identificadas en 1996, cuando el territorio de Eslavonia oriental y Vukovar se integraron a Croacia, a raíz de un acuerdo entre ese país y Yugoslavia patrocinado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El juicio es de extrema importancia par los serbios, pues es tiempo de reconocer que se cometieron crímenes en nombre de la nación, dijo a IPS Natasa Kandic, directora del Centro de Derecho Humanitario, principal organización no gubernamental que atiende el problema de los abusos en la antigua Yugoslavia.
Durante las guerras de secesión (1991-1995), la mayoría de los serbios creyeron la propaganda del régimen de Slobodan Milosevic, según la cual los serbios en Croacia y en Bosnia-Herzegovina se limitaban a defender sus intereses nacionales.
El ejército yugoslavo y los paramilitares se limitaban a defender a los serbios residentes en los restantes territorios de la antigua Yugoslavia.
El Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia fundada por la ONU fue considerada, en ese contexto, parte de la conspiración antiserbia. Este cuerpo judicial se estableció en 1993, cuando las atrocidades cometidas contra no serbios afloraron durante la guerra.
La situación cambió luego de la salida de Milosevic del poder en octubre de 2000, su arresto y su entrega al Tribunal Penal Internacional en La Haya, en junio de 2001. El ex dictador continúa allí, afrontando procesos por crímenes de guerra y genocidio.
Pero a pesar de todo, muchos serbios aún creen lo que se les dijo durante el régimen de Milosevic. Pocos creen que se haya cometido crímenes de guerra contra no serbios.
El caso Ovcara no solo es importante para que los ciudadanos comunes comprendan lo que sucedió, sino para que comprendan que la ONU y el Tribunal Penal Internacional depositan ahora su confianza en Belgrado, sostuvo Kandic.
Estos juicios influirán en el futuro de Serbia, dijo a IPS la historiadora Latinka Perovic. Si Serbia quiere unirse a la familia de naciones europeas, debe saber la verdad sobre lo hecho en los años 90 en nombre del pueblo. Los serbios están aún muy divididos al respecto.
El juicio concita gran atención en Croacia. La televisión de ese país ha difundido en los últimos días el testimonio de sobrevivientes de los tres meses de sitio en Vukovar. Algunos de ellos no quieren acudir al tribunal en Belgardo y prestarán su declaración mediante conexiones de video, dijo Vekaric. (