Familiares de víctimas de actos terroristas se proponen asistir en Panamá este lunes al juicio contra Luis Posada Carriles y otros tres exiliados cubanos, acusados por Fidel Castro de preparar un atentado contra él.
No nos embarga un espíritu de venganza, sólo reclamamos que se imparta justicia, dijeron los cubanos Carlos Cremata Marberti, Lissette Díaz Francia, Domingo García Rodríguez y Félix Negrín Santos, y el italiano Justino di Celmo.
Todos ellos perdieron a seres queridos en atentados de los cuales responsabilizaron a Posada o a alguno de los otros tres anticastristas enjuiciados: Gaspar Jiménez, Guillermo Novo y Pedro Remón Rodríguez.
Somos una representación de familiares de víctimas de las acciones criminales de esos cuatro connotados terroristas internacionales, explicaron en una carta abierta al pueblo de Panamá, difundida poco antes de viajar a ese país.
Jiménez, Novo, Posada y Remón Rodríguez fueron encarcelados el 17 de noviembre de 2000 en Panamá, luego de ser denunciados por el propio Castro, minutos después de desembarcar en la capital de ese país para participar en la X Cumbre Iberoamericana.
Según el presidente cubano, el grupo planeaba colocar explosivos plásticos de alto poder en el paraninfo de la Universidad de Panamá, donde estaba previsto un encuentro del gobernante cubano con estudiantes.
La denuncia oportuna de Castro impidió a tiempo que familias panameñas nos acompañaran hoy en nuestro dolor, en su condición de víctimas, dijeron, en conferencia de prensa, Cremata, Di Celmo, Díaz Francia, García Rodríguez y Negrín Santos.
Pero la acusación de magnicidio fue desestimada, y los cubanos presos en Panamá sólo serán juzgados por posesión de explosivos, atentado contra la seguridad colectiva y asociación ilícita para delinquir.
El juicio ha sido pospuesto varias veces, y el gobierno cubano aseguró en más de una ocasión que eso se debía a maniobras de la defensa para destruir el proceso y lograr la libertad condicional de los acusados.
Además, el gobierno panameño rechazó pedidos de extradición formulados por Cuba, que en ese intento prometió abstenerse de aplicar en el caso la pena de muerte, condena no prevista en la legislación panameña.
En su carta, el grupo de familiares ratificó la acusación contra Posada Carriles por concebir y ejecutar la voladura de un avión civil de la estatal empresa Cubana de Aviación, frente a las costas de Barbados, el 6 de octubre de 1976.
El anticastrista, nacionalizado venezolano, fue condenado en Caracas a 27 años de prisión como responsable directo de ese sabotaje, pero en 1985 logró escapar de la cárcel, disfrazado de sacerdote.
En su momento, el gobierno de Cuba afirmó que en esa huida Posada contó con la ayuda y financiación de la Fundación Nacional Cubano Americana, una de las organizaciones anticastristas más influyentes del exilio, con sede en Estados Unidos.
Me sobrecoge un poco la idea de que veré a esta persona que es un asesino, se ha jactado inclusive de sus actividades terroristas, y sigue impune. En este juicio tiene que haber justicia, dijo a IPS Cremata, director teatral cuyo padre murió en el sabotaje de Barbados.
En su opinión, la impunidad de que gozan autores de crímenes como el que costó la vida a su progenitor tiene mucho que ver con el aumento del terrorismo en el mundo. Si desde el primer momento se hace justicia, estas cosas no pasarían, afirmó.
En la conferencia, Remón Rodríguez fue señalado como autor de los asesinatos en estados Unidos de los ciudadanos cubanos Eulalio José Negrín, en 1979, y Félix García, en 1980, familiares de Félix Negrín Santos y Domingo García Rodríguez.
Lissette Díaz dijo que su padre, Artaignan Díaz Díaz, fue asesinado en México en 1976 por Jiménez Escobedo, quien también se salvó mediante una fuga de cumplir la condena correspondiente, a 12 años de cárcel.
El propósito de nuestro viaje a Panamá es reclamar que se haga justicia por todas estas causas pendientes, señaló.
Di Celmo recordó que Posada reconoció en una entrevista con el diario estadounidense The New York Times, publicada en 1998, su responsabilidad en el atentado con bomba en el hotel Copacabana de La Habana que en 1997 costó la vida a su hijo Fabio.