MUSICA-CHILE: Una cueca para la eternidad

”Cueca para Gato” fue una de las últimas canciones que grabó Eloy Alquinta con el grupo chileno Huaika, y está dedicada a su padre, Eduardo ”Gato” Alquinta, cantante y fundador de Los Jaivas, que murió en enero de 2003.

Pero Eloy no alcanzó a ver editado el disco que incluye esa canción. Un infarto al miocardio, la misma causa de muerte de su padre, se lo llevó el 15 de este mes, a los 33 años de edad. Estaba casado y era padre de dos hijos.

Miles de personas asistieron al velatorio y a los funerales del hijo mayor del ”Gato”, quien también formaba parte de la reconstruida agrupación Los Jaivas.

Eloy, destacado intérprete del saxo y otros instrumentos de viento, fue uno de los que tomó la posta, junto con su hermana Aurora, cantante, para mantener ese legendario grupo musical luego del impacto que significó la muerte de su padre.

Un sino trágico parece perseguir a Los Jaivas, la legendaria banda de fusión de rock y folclore fundada en 1963 con el nombre ”High-Bass” (Alto Bajo en inglés, de cuya fonética deriva el actual), por Eduardo Alquinta, Mario Mutis y los hermanos Eduardo, Claudio y Gabriel Parra.

Gabriel, baterista de la formación original, murió el 15 de abril de 1988 en un accidente automovilístico en las afueras de Lima, cuando la banda ya había vuelto a presentarse en Chile tras un prolongado exilio en Argentina y Francia, que comenzó con el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.

Juanita Parra, la hija de Gabriel, se sentó entonces detrás de los tambores para reemplazar a su padre y garantizar la continuidad del grupo.

El número 15 pasó a ser fatídico para la banda, ya que marca también las fechas de las muertes de ”Gato” Alquinta y de su hijo Eloy.

Los Jaivas irrumpieron en el concierto musical latinoamericano influidos por el movimiento hippie de los años 60, e instalaron un fecundo diálogo de zampoñas y charangos con los instrumentos típicos del rock.

”Todos juntos”, grabada en 1977 e himno oficial de la Cumbre de las Américas celebrada en Chile en 1996, y ”Alturas de Machu Picchu”, grabada en 1981 a partir del poema homónimo de Pablo Neruda, son tal vez los hitos más conocidos de la historia del grupo.

Tras la muerte de ”Gato” Alquinta, vocalista y guitarrista, Eloy y su hermano Ankatu se incorporaron a Los Jaivas pero continuaron con el proyecto de Huaika (”Todos juntos”, en quechua), el grupo que fundaron a mediados de los años 90 con otros cuatro músicos.

En la madrugada del 15 de este mes, Eloy supuso con acierto que sufría un ataque al corazón, y fue acompañado por su esposa, Andrea Calderón, hasta el servicio de urgencia del Hospital El Salvador, cercano a su casa en el municipio de Providencia en Santiago.

Andrea y Ankatu sostienen que en ese hospital se tardó excesivamente en atender al artista, y que por eso decidieron ir con él a la Posta Central de Santiago, distante unas 15 cuadras, donde ingresó ”con un infarto del miocardio en curso” que le provocó la muerte a las 6:45 horas, según el parte médico.

La polémica sobre la supuesta ”negligencia criminal” en el Hospital de El Salvador deberá ser despejada mediante un sumario interno anunciado por las autoridades de ese establecimiento, y por acciones ante los tribunales que iniciará la familia del músico.

En tanto, queda el dolor de toda la comunidad musical chilena y de los miles de seguidores de Los Jaivas.

”Sin lugar a dudas que la muerte de Eloy Alquinta conmociona no sólo a una familia de artistas que ha debido enfrentar tanta muerte, sino también a toda la escena del rock en Chile”, señaló la Sociedad Chilena de Derechos de Autor en una declaración oficial.

Eloy perteneció al grupo de ”quienes son defensores de la independencia musical, ésa que prefiere tomar sus propias decisiones musicales y se atreve a la experimentación, a la mezcla, sin perder la raíz en América Latina”, agregó.

Claudio Parra calificó el deceso de Eloy de ”doloroso e increíble”.

”La vida nos preparaba esto y nosotros tenemos solamente que asumirlo, como todo el mundo cuando hay una pérdida, hacer el duelo y reflexionar”, dijo.

Esta muerte interrumpió la preparación del tercer álbum de Huaika, que seguiría a ”Magia olvidada”, de 1977, y ”Vida llena”, lanzado al mercado en 2001. Pero las tres canciones que alcanzó a grabar, incluyendo la ”Cueca para Gato”, quedan como un llamado para completar la obra.

”Este disco de ninguna manera quedará truncado. Vamos a sacar este disco como sea”, aseguró Francisco Bosco, compañero de Eloy en Huaika. (

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