El gobierno de México expulsó este lunes a 13 espeleólogos británicos, cuya presencia generó roces diplomáticos con Londres, en un episodio que asociaciones de exploradores locales consideraron vergonzoso.
La presencia de los espeleólogos se hizo notoria la semana pasada, cuando pidieron apoyo de buzos de su país para abandonar la gruta donde habían quedado atrapados por una inundación. Según México, realizaron actividades no autorizadas en sus permisos migratorios de turistas.
Los expulsados realizaban el mapeo de grutas poco exploradas por espeleólogos locales, una actividad que, según el gobierno, no les estaba autorizada y requiere de otro tipo de permiso migratorio.
Por su falta deben salir del país, fue la orden del estatal Instituto Nacional de Migración. Previamente, la Procuraduría (fiscalía) General aclaró que los visitantes no cometieron ningún delito que mereciera su procesamiento en México.
Todo esto fue un incidente absurdo que tuvo un desenlace insensato, señaló a IPS Ramón Espinasa, presidente de la Sociedad Mexicana de Exploraciones Subterráneas, mientras el alpinista Ricardo Torres declaró que le avergonzaba la reacción del gobierno y los políticos ante el caso.
La decisión de expulsar a los británicos, nueve de los cuales son militares, se produjo luego de detenerlos e interrogarlos y del envío de dos notas diplomáticas a Londres en la que se exigió explicaciones sobre los motivos de su presencia.
Medios de comunicación locales especularon con la idea de que los espeleólogos realizaban entrenamiento militar en las cuevas de la zona selvática de Cuetzalan, unos 320 kilómetros al nordeste de la capital.
Las versiones indicaban además que buscaban gases y minerales que se usan en la fabricación de bombas atómicas, lo que fue desmentido por los detenidos y la representación británica en México.
Según la evidencia disponible, la presencia de exploradores en grutas mexicanas se registra desde unos 18 años atrás como parte de las actividades de la Combined Service Caving Association, un grupo deportivo fundado en los años 70, que reúne a militares de Gran Bretaña aficionados a explorar cuevas en todo el mundo.
No hay nada de espionaje en su presencia, sólo se trata de militares que en sus vacaciones vienen a realizar lo que les gusta sin secretos de ningún tipo, apuntó Espinasa.
Espeleólogos mexicanos también han participado en las exploraciones de los británicos, que obviamente requieren la elaboración de mapas, lo que se hace no por estrictos motivos científicos, sino por la natural necesidad de dejar constancia de las rutas, añadió.
Con el mismo tipo de permiso migratorio de turista que usaron los últimos visitantes británicos habían ingresado antes a México otros exploradores de esa nacionalidad sin problema alguno.
No obstante, el gobierno se declaró en esta oportunidad enterado de las actividades de los extranjeros y las consideró contrarias a un permiso migratorio de turista.
Me avergüenza el escándalo que se armó con el caso de los británicos, pues la reacción del gobierno y los políticos fue desmesurada, dijo el alpinista Torres, uno de los pocos mexicanos que ha escalado el monte Everest.
Al enterarse de la presencia de los militares extranjeros en México, el presidente Vicente Fox declaró que protestaría enérgicamente ante el gobierno de Gran Bretaña, lo que se tradujo en dos notas diplomáticas en las que demandó explicaciones a Londres.
El gobierno británico respondió que revisaría junto a México la situación, pero aclaró que sus compatriotas son parte de un grupo privado dedicado a la exploración.
Combined Service Caving Association tienen el auspicio del Ministerio de Defensa de Gran Bretaña, pero sus actividades son independientes.
En el Congreso legislativo, varios diputados pidieron al gobierno la expulsión inmediata de los británicos bajo el supuesto de que realizaban actividades de espionaje.
Las actividades de los militares británicos en las grutas son lamentables y violatorias de la soberanía nacional, opinó Alberto Aguilar, diputado del Partido Revolucionario Institucional.
Por el caso se hace necesario replantear la relación bilateral con Gran Bretaña, recomendó el legislador.
En una ola de reacciones de corte nacionalista, decenas de personas llamaron a medios de comunicación locales para protestar por el permiso a extranjeros de realizar actividades de presunto espionaje y por la actitud de los británicos cuando fueron descubiertos.
Los exploradores llegaron a México a fines de febrero y viajaron a las grutas, pero seis de ellos quedaron atrapados el 18 de marzo en su interior debido a que las lluvias inundaron la zona por la que ingresaron.
El jueves 25 y luego de rechazar ayuda de personal de la defensa civil de México para salir de las grutas, así como cualquier contacto con periodistas locales, los exploradores fueron rescatados sin contratiempos por especializados procedentes de Gran Bretaña, ante la vista de un nube de reporteros de radio y televisión.
Tras su rescate fueron enviados a una revisión médica con escolta de militares mexicanos y luego retenidos en un estación migratoria de la capital, a la que son conducidos los extranjeros que ingresan al país de forma irregular.
Los británicos permanecieron detenidos en la estación migratoria hasta este lunes, cuando finalmente México los expulsó.
Lo que han dicho de nosotros en México es una sarta de tonterías, declaró uno de los miembros de la expedición británica, según publicó Combined Service Caving Association en su sitio de Internet.
Espinasa, presidente de la Sociedad Mexicana de Exploraciones Subterráneas, consideró que el gobierno reaccionó de forma extrema y sin bases por la presencia de los británicos.
A su entender, los visitantes realizaban una actividad netamente deportiva por lo que su visa de turista era suficiente.
Se armó un escándalo innecesario y el gobierno quedó mal parado frente a los espeleólogos extranjeros que ven en México un destino atractivo, concluyó.
