El renunciante presidente de Haití, Jean-Bertrand Aristide, parece haber decidido exiliarse en Sudáfrica luego de huir de su país, ante el avance de los insurgentes sobre Puerto Príncipe.
Aristide —que llegó este lunes a Bangui, capital de República, junto con su esposa y una pequeña comitiva— renunció el domingo para evitar lo que consideró un baño de sangre, luego de meses de tensión política.
Los insurgentes tomaron control de Cap Haitien, la segunda ciudad haitiana, hace una semana, y se aprestaban a tomar control de Puerto Príncipe, la capital, luego de que Aristide abandonó el país, escoltado por soldados estadounidenses.
República Centroafricana ofreció asilo temporal al ex presidente haitiano, pero él continuaría su viaje a Sudáfrica dentro de unos pocos días, según informes procedentes de Bangui.
Tanto Marruecos como Taiwán rechazaron el pedido de asilo formulado por Aristide. El vicecanciller sudafricano, Aziz Pahad, dijo este lunes a la prensa que su gobierno no había recibido aún ninguna solicitud, y que tal petición debería ser aprobada por el gabinete.
La Alianza Democrática, principal partido de oposición en Sudáfrica, se opone a dar refugio al renunciante presidente haitiano. No tenemos ningún interés real en Haití. Estados Unidos, Francia y todos los países del Caribe, sí, dijo a IPS este lunes el dirigente de ese partido, Douglas Gibson.
Lo que suceda en Haití no nos interesa. Deberíamos mantenernos al margen del asunto, agregó Gibson.
Pero el dirigente Pallo Jordan, del gobernante Congreso Nacional Africano, manifestó lo contrario este lunes en una conferencia de prensa realizada en Johannesburgo.
En principio, no tengo problemas en dar a Aristide asilo político. El fue el presidente democráticamente electo de Haití. No es Papa Doc ni Baby Doc Duvalier, dijo Jordan, en alusión a la familia Duvalier, que gobernó con mano de hierro Haití durante décadas.
Aristide lideró la oposición civil en las postrimerías del régimen de los Duvalier, cuando era un sacerdote católico.
El presidente renunciante quizás se comportó como un matón al frente del gobierno, pero muchos presidentes lo hacen, sostuvo Jordan.
François (Papa Doc) Duvalier murió mientras ejercía el poder en 1971, luego de nombrar sucesor a su hijo de 19 años, Jean-Claud (Baby Doc) Duvalier. Luego de un sangriento levantamiento, el joven Duvalier huyó al exilio en 1986.
Lo que veo es que los rebeldes son seguidores de Duvalier. Sabemos los antecedentes de la gente que trató de derrocar a Aristide. Habría sido necesario que la comunidad internacional respaldara al gobierno democráticamente electo de Haití, dijo Jordan.
Pero el dirigente sostuvo que no habría apoyado el envío de armas y soldados sudafricanos a Haití para apoyar al gobierno de Aristide.
Los lazos entre Pretoria y Puerto Príncipe se fortalecieron el año pasado, cuando el presidente sudafricano Thabo Mbeki asistió a las celebraciones por los 200 años de la independencia de Haití y le donó 1,5 millones de dólares.
En 1803, bajo el liderazgo de Toussaint L'Ouverture, el país caribeño se convirtió en la primera república negra en obtener la independencia, luego de una revuelta de esclavos de origen africano.
Hoy, éste es el país más pobre de América.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Sudáfrica, Ronnie Mamoepa, urgió el domingo a la comunidad internacional no permitir que los rebeldes tomaran el poder en Puerto Príncipe.
La comunidad internacional no debería permitir que los 'rebeldes', muchos de los cuales son notorios criminales responsables de graves violaciones a los derechos humanos, determinen el futuro de Haití, sostuvo Mamoepa en una declaración.
La Unión Africana, bloque que reúne a las 53 naciones del continente, también llamó a una solución pacífica de la crisis política en Haití.
Estados Unidos informó que enviará hasta 500 soldados a Haití. Francia, por su parte, desplegará 300, y Brasil y Canadá anunciaron que respaldarán esos esfuerzos.
Tras salir triunfante por una abrumadora mayoría en elecciones libres, Aristide asumió por primera vez la presidencia en diciembre de 1990, pero fue derrocado por un golpe militar en 1991, nueve meses después.
En 1994, fue restaurado en el poder por 21.000 soldados estadounidenses, en una operación que costó 1.000 millones de dólares al gobierno del entonces presidente Bill Clinton (1993-2001).
Pero aquella asistencia estaba condicionada a un severo programa de ajuste económico que deterioró aun más la agricultura del país. Además, en los últimos años, tanto Washington como el Banco Mundial retuvieron la ayuda prometida, a medida que se agravaba la crisis política.
En los siguientes comicios, Aristide no pudo presentarse como candidato, pues la constitución le prohibía la reelección consecutiva. El triunfador fue René Preval, también del oficialista partido Lavalas, quien gobernó entre 1996 y 2001.
La actual crisis se originó en los comicios legislativos de mayo de 2000, cuando Lavalas obtuvo un nuevo y contundente triunfo. Observadores internacionales consideraron limpias las elecciones, pero la oposición cuestionó la elección de ocho senadores oficialistas y denunció fraude.
En noviembre de ese año, Aristide fue nuevamente elegido presidente y en 2001 comenzó su actual período de cinco años. Pero la oposición boicoteó el acto electoral, alegando que el caso de los ocho senadores probaba las prácticas fraudulentas.
Desde entonces, la OEA y la Caricom se hicieron cargo, sucesivamente, de muchas gestiones para alcanzar un acuerdo.
Siete de los ocho senadores cuestionados renunciaron y Aristide aceptó la propuesta de la OEA de celebrar nuevas elecciones legislativas. Pero el opositor partido Convergencia Democrática estimó que no había garantías suficientes.
El presidente anunció en la Cumbre de las Américas celebrada el mes pasado en Monterrey, México, que habría comicios legislativos a fines de julio, y que permanecería al frente del gobierno hasta el fin de su mandato, en 2006. (
