Los gobiernos de Europa se lanzaron en una nueva campaña contra el terrorismo, a medida que queda en evidencia la mano de radicales islámicos detrás de los atentados del jueves en Madrid.
El temor a ulteriores ataques alcanzó el nivel de paranoia. El descubrimiento de algunos paquetes sospechosos detuvo el lunes servicios ferroviarios en París. Los continuos anuncios amenazantes hicieron aun más densa la atmósfera de temor.
En el aeropuerto de Marignane, en la Riviera francesa, la policía detonó valijas que permanecían sin reclamar. Pero no contenían más que ropa.
Francia elevó a alerta máxima su sistema de vigilancia antiterrorista Vigipirate. Unidades militares y de la policía especial fueron desplegados en estaciones de trenes metropolitanos y de larga distancia, así como en aviones.
Pero no hubo ninguna amenaza creíble. No hemos encontrado señales concretas contra Francia, dijo el lunes el primer ministro Jean-Pierre Raffarin.
Medidas de seguridad similares se tomaron en todas las grandes ciudades de Europa, en particular en Italia y Polonia, estrechos aliados de la alianza encabezada por Estados Unidos y Gran Bretaña en la invasión a Iraq, lanzada el 20 de marzo de 2003.
Pero tampoco Alemania y Francia deberían sentirse seguras, dijo a la prensa el investigador Jean-Luc Marret, de la Fundación para Estudios Estratégicos con sede en París.
Estos países no deberían alimentar la ilusión de que están protegidos del terrorismo sólo porque se opusieron a la guerra contra Iraq. Europa como un todo es blanco del terrorismo, advirtió Marret.
Buena parte de los medios de comunicación se suman a la paranoia. La televisión estatal alemana ha emitido informes diarios en que se formula, como rutina, la pregunta: ¿Podemos estar seguros?
Muchos funcionarios dicen que Europa no debe manejar las amenazas de modo exagerado. Debemos mantener la mente clara y evitar repetir las exageraciones estadounidenses de diciembre pasado, dijo a IPS un oficial de inteligencia.
El funcionario se refería a las sospechas que alrededor de Navidad condujeron a la cancelación de vuelos desde Francia, México y otros países a aeropuertos estadounidenses.
Pero los gobiernos europeos no tienen un discurso uniforme al respecto, y se contradicen unos a otros en llamados a conferencias para decidir medidas antiterrorista o la constitución de nuevas agencias de coordinación policial.
El gobierno de Irlanda, hoy en la presidencia de turno de la Unión Europea (UE), accedió a una demanda alemana de convocar una conferencia de ministros del Interior para coordinar la política antiterrorista.
Si musulmanes fueron responsables de ataques en Madrid, entonces la amenaza del terror contra Europa puede haber alcanzado un nuevo estadio, dijo el domingo el ministro del Interior alemán Otto Schilly.
El ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Dominique de Villepin, apoyó la postura de Berlín. Debemos reunirnos para coordinar acciones, sostuvo, y llegó a proponer una reunión especial del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El primer ministro de Bélgica, Guy Verhofstadt, dijo en Bruselas al presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, que el continente necesita una agencia de información para coordinar las tareas de todos los servicios de seguridad nacional.
Pero una agencia así ya existe. Es Europol, formada sobre la base de la Policía Internacional (INTERPOL).
Las declaraciones oficiales parecen no tomar en cuenta que la mayoría de los gobiernos ya aprobaron nuevas leyes para fortalecer los controles migratorios, en particular para obstaculizar el ingreso al bloque de personas de origen árabe.
Activistas de derechos humanos han advertido que estas medidas violan las libertades civiles en nombre de la guerra contra el terrorismo.
La Corte Constitucional alemana anuló a comienzos de ese mes una ley que faculta a la policía a espiar teléfonos particulares. El tribunal advirtió que las viviendas son el ultimo refugio de la dignidad humana, por lo que deberían ser resguardadas de la acción del Estado.
Al mismo tiempo, la Corte Constitucional de Francia restringió facultades de vigilancia que se habían atribuido fiscales y policías.
Pero la mayoría de esas leyes, aprobadas después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, siguen vigentes. Sospechosos de terrorismo en Gran Bretaña han estado detenidos en la prisión de Belmarsh por dos años sin haber sido llevados a juicio.
Ahora, los presos en la denominada Guantánamo británica podrían ser sometidos a juicio secreto, afirmó el ministro del Interior David Blunkett.
Tales medidas son objeto de debate en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, que sesiona en Ginebra, a una iniciativa de México. El gobierno derechista de España, derrotado en las urnas el domingo, se opuso a la propuesta.7
Tenemos derecho a proteger a nuestros ciudadanos, dijo entonces la canciller española, Ana Palacio. (