Millones de personas se manifestaron este viernes por las calles de toda España, desafiando el frío y una intensa lluvia, para repudiar el terrorismo y en especial el ataque terrorista del jueves contra trenes de pasajeros en esta capital.
Las manifestaciones, que en conjunto congregaron a más de 12 millones de personas, fueron convocadas por el gobierno con respaldo de todos los partidos políticos, sindicatos, movimientos estudiantiles y organizaciones sociales, tras producirse el día anterior explosiones en cuatro trenes que dejaron 199 muertos y 1.463 heridos.
Sólo en Madrid se manifestaron más de dos millones de personas, en la mayor movilización callejera de su historia, que superó incluso a la realizada tras el frustrado golpe de estado del 23 de febrero de 1981, cuando los manifestantes estuvieron cerca de esa cifra, según fuentes municipales.
Una característica de los actos fue la inexistencia de una institución organizadora, por lo que la asistencia fue espontánea, aunque todos los medios de comunicación la apoyaron con una amplia información antes, durante y después de su celebración.
Esa ausencia de organizadores o coordinadores determinó gran diversidad de expresiones contra el terrorismo.
Manos blancas, velas encendidas, banderas españolas, ecuatorianas, argentinas y mexicanas, entre otras, y familias completas con abuelos, padres y nietos se desplegaron por el centro de Madrid desde dos horas antes de la marcada para el inicio del acto.
Por primera vez en la historia de España, la familia real se hizo presente en una manifestación, y al frente marcharon el príncipe heredero Felipe y sus hermanas Elena y Cristina.
Junto a ellos se ubicaron el jefe del gobierno, José María Aznar, y los principales candidatos en las elecciones del domingo: Mariano Rajoy, del gobernante Partido Popular y José Luis Rodríguez Zapatero, del Partido Socialista Obrero Español, así como los sindicalistas Cándido Méndez y José María Fidalgo, líderes de las mayores centrales, y otras personalidades.
Entre otros, se destacaron el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi; el secretario británico para Europa, Denis MacShane; los primeros ministros de Francia, Jean-Pierre Raffarin, y de Portugal, José Manuel Durao Barroso; así como los cancilleres de Marruecos, Mohamed Benaisa y de Suecia, Laila Freivalds.
Una de las consignas improvisadas y más coreadas fue En ese tren íbamos todos.
Otras fueron Paz siempre, No al terror, Terroristas temblad, esto es unidad Quién y por qué, Nunca más, en ningún lugar y Vascos sí, ETA no.
La organización terrorista ETA (Euskadi Ta Askatasuna, Patria Vasca y Libertad en vascuence), fue señalada por el gobierno como principal sospechosa del atentado, aunque hay también evidencia de la posible responsabilidad de un grupo de la red terrorista islámica Al Qaeda, y las autoridades aseguran que no descartan ninguna línea de investigación.
Dentro de esa variedad, llamó la atención la pancarta que portaban los alumnos de educación básica (de siete años) de una escuela próxima a la Estación El Pozo, una de las que sufrió los atentados, que decía Mañana recordaremos este ayer para siempre. Tanto el texto como la pancarta fueron obra de los niños.
Otros cánticos coreados por miles de personas fueron No está lloviendo, Madrid está llorando, La sangre derramada jamás será olvidada, ETA y Al Qaeda son la misma mierda y España unida jamás será vencida.
La masiva asistencia a esta convocatoria ha confirmado el estado de ánimo de la ciudadanía ante los atentados, cometidos en trenes que usan diariamente trabajadores y estudiantes de escasos recursos.
Apenas escucharon las explosiones, vecinos de los edificios cercanos se acercaron masivamente para ayudar a los heridos con mantas y agua, desdeñando la advertencia de que podría haber nuevas detonaciones.
Sin pensarlo dos veces, saltaron a las vías para prestar primeros auxilios a las víctimas, ayudándolas a salir de los vagones siniestrados, guiando a los heridos que deambulaban por los alrededores totalmente desorientados, y prestando apoyo luego a los equipos sanitarios que llegaron rápidamente, alertados por miles de llamadas.
También hubo una respuesta masiva al pedido de donación de sangre que los hospitales hicieron apenas comenzaron a llegar los heridos.
No habían transcurridos dos horas del anuncio, cuando los centros designados por las autoridades sanitarias para esa tarea quedaron totalmente colapsados por la asistencia masiva de donantes, muchos de los cuales no querían irse cuando se les decía que ya había sangre suficiente, e insistían en donar por si luego faltaba.
Lo mismo sucedió con estudiantes de medicina, enfermeros, asistentes sociales, estudiantes, trabajadoras en su hogar y muchas otras personas, que se movilizaron para ayudar en lo que fuere necesario.
Los taxistas, por ejemplo, pusieron a disposición sus servicios gratuitamente para trasladar a quienes buscaban a sus parientes en hospitales y campamentos de emergencia.
Movilizarse para ayudar a los damnificados fue la primera reacción masiva de los madrileños tras los atentados. Luego vinieron los paros de 15 minutos registrados este viernes al mediodía, por convocatoria de todos los sindicatos y centrales sindicales, junto con pequeños y medianos empresarios.
La tercera reacción masiva fue manifestarse en todo el país, y resultó muy significativo que en la capital del País Vasco, Vitoria, que tiene 225.000 habitantes, hayan concurrido a la manifestación 150.000 personas, convocadas por su Gobierno Autónomo.
Se suspendieron las programaciones de cines, teatros, el Auditorio Nacional de Música, museos y centros culturales, así como las corridas de toros, y sorprendió que la Unión Europea de Fútbol Asociado (UEFA) rechazara el pedido de clubes españoles para que se postergaran partidos que debían jugar por la Copa de esa asociación internacional.
Según la UEFA, la decisión se tomó de acuerdo con las autoridades de este país.
La Liga de Fútbol Profesional española decidió que tampoco suspendería los partidos locales, tras una petición gubernamental en tal sentido, precisó Pedro Tomás, presidente del organismo.
En ambos casos, los jugadores manifestaron su solidaridad con las víctimas con un minuto de silencio antes de iniciar los partidos y portando brazaletes negros.
Atendiendo a que entre las víctimas hay inmigrantes en situación irregular, el Consejo de Ministros reunido este viernes, presidido por Aznar, resolvió conceder la nacionalidad española a todos los heridos y a sus familiares, así como a los familiares de los muertos, residan o no en España. (