El grupo terrorista Eta cortó este jueves la campaña electoral en España con más de cien muertos y centenares de heridos civiles, al hacer estallar bombas en trenes colmados de pasajeros que se dirigían a esta capital para trabajar o llevar sus hijos a las escuelas.
El grupo terrorista Eta cortó este jueves la campaña electoral en España con más de cien muertos y centenares heridos civiles, al hacer estallar bombas en trenes colmados de pasajeros que se dirigían a esta capital para trabajar o llevar sus hijos a las escuelas.
El gobernante Partido Popular, la primera fuerza de oposición el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y la coalición Izquierda Unida (IU), sin ponerse previamente de acuerdo entre ellos, anunciaron simultáneamente tras los atentados la suspensión de sus campañas para las elecciones generales del domingo 14.
El Instituto de la Mujer, la Federación de Cámaras de Comercio, la organización no gubernamental Interred y otras instituciones públicas y privadas también suspendieron actos previstos para este jueves.
Todos los partidos políticos, —con excepción del ilegalizado Batasuna, brazo político de Eta—, las centrales sindicales y las organizaciones de defensa de los derechos humanos, convocaron manifestaciones de repulsa a la masacre el viernes. Los actos se realizan con la consigna “Con las víctimas, con la Constitución, por la derrota del terrorismo”.
Comisiones Obreras, la central sindical próxima al Partido Comunista, emitió una declaración llamando a “la unidad democrática frente al terrorismo” y reclamando “una respuesta contundente, masiva y unitaria”.
A las dos horas y media del estallido de la primera bomba, fuentes oficiales del Poder Judicial informaron de que había 125 muertos, pero advirtieron que todavía faltaba terminar de levantar los escombros donde podría haber más víctimas mortales y de que muchos heridos estaban graves. Fuentes sanitarias elevaron la cantidad de muertos a 173 y de heridos a casi 600.
Los tres atentados fueron perpetrados con un total de 13 bombas en los trenes de cercanías provenientes de la zona sur de Madrid, habitada por sectores de ingresos bajos. Uno de ellos se perpetró en la estación del Pozo de Tío Raimundo, ubicada en la zona del mismo nombre y que ganó fama durante los últimos años de la dictadura franquista (1939-75) por las actividades democráticas semi-clandestinas que se realizaron allí.
Otro fue cometido en la estación de Santa Eugenia y el tercero en la de Atocha, considerada el principal nudo de comunicación entre los trenes de cercanías y las líneas subterráneas metropolitanas (Metro) y ubicada a escasos dos kilómetros de la Puerta del Sol, sede del gobierno de la Comunidad Autónoma de Madrid.
En los alrededores del lugar donde estallaron las bombas en el tren que estaba entrando en la estación de Atocha, IPS pudo comprobar la movilización ciudadana para ayudar a los heridos. De las viviendas salieron vecinos con mantas, almohadas, agua y otros elementos destinados a atender a centenares de heridos, mientras iban llegando las ambulancias y los automóviles de los servicios de seguridad.
Uno de los pasajeros tapaba su herida en la cabeza con un pañuelo y se negaba a ser atendido porque, dijo señalando hacia el tren que tiene varios vagones destrozados, “allá hay heridos graves, sáquenlos de ahí”.
Ante el alud de ciudadanos que fueron a los hospitales a donar sangre, en dos horas se cubrieron las necesidades y el Ministerio de Salud se vio obligado a pedir por las radios que nadie más acudiera a hacerlo este jueves, para descongestionar las salas.
Jonatan, un voluntario de la Cruz Roja, dijo a IPS que tuvo que superar el “terrible dolor” que amenazaba paralizar sus movimientos cuando, junto con sus compañeros, entró a buscar heridos y debió moverse entre cadáveres despedazados y restos humanos en las ruinas del tren.
Euskadi ta Alkartasuna (ETA, Patria Vasca y Libertad, en idioma vascuence) surgió en la década de los sesenta, bajo la dictadura del general Franco. Desde que España recuperó la democracia, en 1975, ese grupo sufrió varias escisiones, varios de sus miembros renunciaron a la violencia, pero otros continuaron cometiendo atentados.
El más sangriento hasta este jueves lo realizó en 1987 en la ciudad de Barcelona, ubicada en la orilla norte del Mar Mediterráneo, donde hizo estallar una bomba en el supermercado Hipercor, que provocó 21 muertos y 45 heridos.
Tras conocer los atentados en Madrid el nacionalista moderado y presidente del Gobierno Autónomo Vasco, Juan José Ibarretxe, lo condenó. El político vasco calificó a los miembros de Eta de “alimañas” y negó que sean vascos, “porque no pueden ser vascos quienes cometen estas barbaridades”, añadió, “ya que son simplemente asesinos”.
El ministro del Interior, José María Michavila, llamó a los ciudadanos a mantener la serenidad “porque el estado de derecho no se dejará doblegar e irá por ellos, los detendrá, serán juzgados y pagarán sus crímenes con la cárcel”. Esa represión, puntualizó, “se seguirá haciendo desde la firmeza y el respeto a la ley”.
Mariano Rajoy, candidato del PP a la presidencia del Gobierno, tras dar por terminada su campaña electoral, afirmó que "ETA es una organización criminal que no le tiene ningún respeto a la vida, ni a las personas. Esto no es nuevo. Tenemos que tenerlo todos claro. ETA hoy ha puesto de luto a la democracia española”.
Además señaló que todos los españoles deben tener claro “que Eta no nos puede poner de rodillas nunca. Con ETA no se puede hacer nada más que ir a por ellos, por la vía de la Ley y aplicando los medios que nos da el Estado de Derecho".
En términos similares se pronunció el candidato del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, quien planteó a todos los partidos que mantengan una unidad sin fisuras contra el terrorismo y pidió a los ciudadanos que acudan a votar masivamente el próximo domingo.
Otro candidato, Gaspar Llamazares, de IU, calificó el atentado de “barbarie nazi” y pidió que todos los demócratas se unan frente a Eta. Unidad que también solicitó Iñaki Anasagasti, el portavoz parlametnario del moderado Partido Nacionalista Vasco, al que pertenece Ibarretxe y gobierna en el País Vasco.
