El incremento de la productividad empresarial en Japón aumentó la confianza en la ansiada recuperación de la segunda economía del mundo, paralizada por más de 10 años.
Hay esperanza. Lo peor ya pasó. La economía finalmente se está encaminando, afirmó C.H. Kwan, economista del Instituto de Investigaciones sobre Economía y Comercio, de Tokio.
Tras más de una década de estancamiento, el gobierno anunció que el producto interno bruto (PIB) aumentó siete por ciento sobre una basa anualizada en el trimestre octubre-diciembre de 2003.
El anuncio oficial de la semana pasada vinculó el alto PIB con el rápido incremento de las exportaciones a otros países de Asia oriental, incluida la región del sudeste asiático.
El aumento de las exportaciones también apuntaló las inversiones de capital, que subieron 5,1 por ciento en 2003 respecto del año anterior.
En reflejo de estos indicadores, el Banco de Japón corrigió su proyección de crecimiento del PIB de dos a tres por ciento para este año.
La economía japonesa es sostenible, declaró a la prensa Horst Koehler, director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), quien estuvo de visita en Tokio la semana pasada.
Japón está progresando en la reforma del sector financiero, para reducir las cifras de los préstamos morosos, agregó.
Los analistas observan que este panorama ha aumentado la confianza de los empresarios, que a su vez ayudó a aumentar las fuentes de trabajo y el gasto de los consumidores.
A medida que crezca el empleo, el consumo… aumentará para fines de año, pronosticó Kwan.
Ya comienzan a percibirse algunas señales de esta tendencia. Por ejemplo, el índice de desempleo no ha aumentado este año, como se esperaba, y en cambio permanece estable en 5,3 por ciento.
La lección más importante de esta recuperación es la importancia del resto de Asia, y en particular de China, para la economía japonesa, según analistas.
Hace unos pocos años, China era considerada una amenaza a la economía japonesa. Ya no más. A medida que crecen las exportaciones, las empresas perciben la interdependencia de ambas economías, explicó Kwan.
Las exportaciones de Japón a China aumentaron 33,8 por ciento a 49.600 millones de dólares entre 2002 y 2003, mientras las importaciones aumentaron 9,8 por ciento a 79.300 millones de dólares.
Japón también exportó mercancías por 200.000 millones de dólares a otros países asiáticos en 2003, cifra 46,5 por ciento más alta que la del año anterior. La cifra ha estado en aumento por 23 meses consecutivos.
A la cabeza de la lista están las exportaciones de maquinaria y acero a China, que aumentaron 20 por ciento y se prevé que seguirán aumentando a través de plantas procesadoras en Tailandia, Taiwan y otros países.
Según la cuasigubernamental Organización del Comercio Exterior de Japón, China fue responsable en 2003 de 0,9 por ciento del PIB de japonés, mientras la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) representó 0,1 por ciento.
En contraste, Estados Unidos, tradicionalmente el mercado más importante para Japón, representa ahora 1,1 por ciento negativo en el PIB nacional. Las exportaciones japonesas a ese país cayeron 5,4 por ciento y han estado en baja por 13 meses, mientras las importaciones también han estado en caída por tres meses.
Una de las causas de esta baja fue la decisión de Tokio de prohibir las importaciones de carne vacuna tras el descubrimiento del primer caso de vaca loca en Estados Unidos, el pasado diciembre.
Dado que la recuperación de la economía se basa en la reestructuración empresarial, los buenos tiempos del empleo vitalicio y los altos salarios se han ido, señaló Koichi Ishiyama, profesor de economía internacional de la Universidad Toin Yokohama.
Algunos de los indicadores más fuertes de la recuperación económica se derivan de una fuerte reestructuración empresarial. Esta tendencia continuará, a medida que las compañías japonesas se esfuerzan por ser más competitivas, explicó.
Es por esta razón que algunos analistas creen que la recuperación es aún muy frágil, dado que el consumo, que representa 60 por ciento del PIB japonés, todavía no ha aumentado significativamente.
Mientras, el ingreso de los hogares también permanece bajo a causa de la reestructuración empresarial que menguó la confianza de los consumidores, señaló Masahiro Yoshida, economista de la Organización de Comercio Exterior de Japón.
Las pequeñas y medianas empresas de Japón tampoco se han beneficiado del actual crecimiento de las exportaciones.
El Banco de Japón considera que la alta cotización del yen, que actualmente vale 106 por dólar estadounidense, es una amenaza a los avances logrados en los mercados de exportación. El yen se fortaleció en más de 10 por ciento respecto del año pasado.
Todavía estamos caminando sobre una cuerda floja, advirtió Yoshida. (