CUBA: Pequeños arroceros con grandes resultados

Cuba aspira a mantener en aumento su producción de arroz mediante el fomento del cultivo de esa gramínea en pequeñas parcelas, un programa que involucra a unos 190.000 campesinos de todo el país.

La superficie arrocera correspondiente a ese programa suma ya más de 130.000 hectáreas, extensión que podría aumentar con la incorporación de tierras actualmente ociosas del sector estatal agrícola o de cañaverales desmantelados tras la reestructuración azucarera de 2002.

Otras 30.000 hectáreas dedicadas al producto corresponden a empresas estatales dotadas de buena infraestructura, pero necesitadas de una mejor organización para mejorar rendimientos y bajar los costos.

El arroz es básico en las mesas familiares de Cuba, donde se consumen unas 670.000 toneladas anuales de ese alimento, pero cerca de 60 por ciento de esa cantidad es importada, especialmente desde Vietnam, China y Estados Unidos.

Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), la producción arrocera en Cuba ha crecido más de 10 por ciento anual en los últimos cinco años.

Expertos consideran tales resultados como algo ”inédito” en la agricultura cubana, afectada por frecuentes azotes del clima, falta de insumos o políticas que suelen quedarse en las buenas intenciones y no se concretan.

”El ejemplo de esa modalidad de producción arrocera (en pequeñas parcelas) y su coexistencia con el modelo estatal, es un indicativo de la visión realista y pragmática que se abre paso en la dirección estratégica de la agricultura cubana”, dijo a Tierramérica una fuente del sector que prefirió no ser identificada.

Para especialistas, el fomento de las pequeñas plantaciones arroceras es la clave de la sustentabilidad en el sector, y la prueba de ello es que cerca de 80 por ciento del arroz que se consume en el mundo proviene de esa modalidad de cultivo.

Sus ventajas sobre los gigantescos complejos agroindustriales arroceros estatales incluyen el empleo de menos fuerza de trabajo e insumos por hectárea, y la posibilidad de controlar con más facilidad plagas y enfermedades.

El programa, puesto en práctica en 1996 y conocido como Movimiento Popular de Cultivo de Arroz, ha logrado también mayores niveles de productividad y eficiencia, acotan los expertos.

La estrategia actual apunta al incremento de las áreas de siembra y de la cantidad de productores, al logro de dos cosechas anuales y al aumento de los rendimientos por hectárea, según funcionarios del Ministerio de Agricultura.

Tales objetivos parten de que la aplicación de nuevas tecnologías en los cultivos de este cereal permitieron reducir más del 30 por ciento el costo por tonelada en sólo tres años, según datos oficiales.

La siembra de variedades de mayor productividad, con más resistencia a las plagas, a la salinidad de los suelos y a los cambios climáticos, es citada también por expertos entre las condiciones que favorecieron el aumento de la producción.

Además, la isla incorporó a sus planes arroceros el Sistema Intensivo de Cultivo del Arroz (SICA) usado internacionalmente para producir con altos rendimientos y ahorro de agua y semillas.

Con el SICA, la producción del pasado año fue 220.000 toneladas, cifra que se espera incrementar 10 por ciento (a unas 242.000) este año, y llevar a más de 295.000 toneladas en 2005.

Antes de 1990, la producción del cereal era responsabilidad de cuatro gigantescos complejos cuyo funcionamiento sólo era posible mediante altos consumos energéticos para el riego y la mecanización, con uso de grandes cantidades de herbicidas y fertilizantes químicos, entre otros problemas.

Con la brusca interrupción de los suministros que venían del llamado campo socialista, tras su crisis a fines de los años 80 y principios de los 90, la producción arrocera cubana sufrió un duro revés, igual que el resto de la economía isleña.

Pero los especialistas aseguran que el principal factor adverso a las cosechas es la inestabilidad del clima, que alterna largos períodos de sequía y otros de intensas lluvias.

La Organización de Naciones Unidas declaró 2004 ”Año internacional del arroz” a fin de promover un mayor desarrollo de este alimento, básico en la dieta diaria de unos 3.000 millones de habitantes del planeta. (

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