Los partidos de India, de cara a las elecciones de abril y mayo, compiten contra reloj para obtener el apoyo de las estrellas de cine más populares del país. Y para ello están dispuestos a pagarles.
Casi a diario, el gobernante Partido Bharatiya Janata (BJP), nacionalista hindú, anuncia públicamente la adhesión a su causa de algunas de las principales estrellas de Bollywood, como se le llama a la meca del cine indio en la occidental ciudad de Mumbai (ex Bombay).
Pero su principal rival, el laicista partido del Congreso Nacional Indio, no quiso quedarse atrás y apeló a la misma estrategia.
Me adherí al BJP porque logró un gobierno estable con el liderazgo del primer ministro Atal Bihari Vajpayee, e hizo que India avanzara rápido, dijo a periodistas la actriz Herma Malini.
Malini, protagonista de películas muy exitosas en India como Sholay, mostró falta de conocimiento en asuntos políticos y desvió preguntas de los periodistas cuando le pidieron su opinión sobre la última ola de violencia contra los musulmanes en el occidental estado de Gujarat, gobernado por el BJP.
Mejor hablemos de paz y de armonía, respondió.
El BJP, tratando de distanciarse de lo ocurrido en Gujarat, no ha querido hacer énfasis en asuntos que pueden aumentar las tensiones religiosas y prefiere apelar al carisma de los artistas, venerados por todos en este país amante del cine.
Por eso se esmeró en incluir entre sus filas a estrellas que pertenezcan a diferentes religiones, y eliminó de su discurso cualquier alusión a los conflictos entre musulmanes e hindúes.
Los jefes de campaña del partido gobernante estudian estrategias para aprovechar al máximo el apoyo de algunos artistas.
Hasta ahora sólo hemos usado a la gran capacidad de las estrellas de cine para atraer a las masas, pero estamos estudiando que también hagan discursos en los actos, dijo un portavoz del BJP.
Las personas vienen a ver a las estrellas de cine y escuchar cómo repiten diálogos de sus películas más famosas. Pero esto no tiene relevancia en sus vidas y no se traducirá en votos, comentó la actriz, ex legisladora y activista social Shabana Azmi.
Ella está convencida de que cada vez que un artista convoca al pueblo debe aprovechar la oportunidad para hablar sobre los asuntos que preocupan al país.
Azmi, quien integró por un período la Rajya Sabha (cámara alta del parlamento), decidió no unirse a ningún partido en estas elecciones, aunque manifestó su respaldo a la laicidad predicada por el partido del Congreso.
Otra popular actriz que esta del lado de la laicidad es Zeenat Aman.
La laicidad es lo que yo represento, lo que soy, dijo Aman, de padre musulmán y de madre hindú, en un acto del Congreso al que también asistieron las jóvenes actrices Namrata Shirodkar y Celina Jaitley.
Sin embargo, más allá de este tipo de declaraciones, varios medios de prensa ponen en duda la convicción de las estrellas al unirse a alguna fuerza política.
En muchos casos es el dinero, más que la convicción, lo que mueve a los artistas a adherirse a los partidos, según un informe del tabloide Mid-Day, de Mumbai, publicado el 11 de este mes, y cuyos datos fueron confirmados por varios artistas.
El periódico aseguró que los partidos políticos llegan a ofrecer hasta 22.000 dólares diarios a las estrellas para que se unan a sus campañas electorales.
El popular actor Suneil Shetty admitió que le ofrecieron ese dinero, pero lo rechazó.
Sólo haría campaña política por un partido con el que tenga vínculos o por el pedido de algún amigo. Yo creo que la amistad y los vínculos son más importantes que el dinero, afirmó Shetty.
Pero, según otras versiones, los artistas también apoyan a los políticos a cambio de favores, como el manejo de contactos para que solucionen sus problemas impositivos. Muchas estrellas de Bollywood son famosas por sus deudas con el Estado.
Es lamentable que muchas estrellas sin conocimiento de la realidad social ingresen a la política, y esto queda en evidencia cuando hacen comentarios vagos a los diarios o por televisión, señaló el actor Manoj Bajpai.
Por su parte, Vasant Sathe, líder del partido del Congreso, afirmó que la creciente tendencia de invitar a artistas a las campañas electorales confirma la muerte del pensamiento ideológico en la política india.
Ya no hay debates serios en el Parlamento, que pasó a ser el escenario de una gran 'tamasha' (entretenimiento barato), dijo Sathe, y culpó a los partidos de convertir al grave asunto de la política en un espectáculo..