En medio de fuertes críticas sobre una supuesta parálisis de gobierno de Brasil tras desatarse el escándalo de corrupción de un funcionario ya separado del cargo, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva se defendió indicando que sólo "Dios tiene poderes para hacer milagros". Sin embargo, se manifestó optimista sobre la marcha de la economía esta año, aunque admitió que no crecerá el producto todo lo que él quisiera. "Señores, no esperen que yo sea más que un presidente de la República, pues sólo tengo la Constitución para cumplir y no tengo poderes para hacer milgraos como Dios", sostuvo en un acto en una fábrica de automóviles de Sao Paulo.