Los atentados del jueves en los trenes de Madrid, que dejaron un saldo de casi 200 muertos y más de 1.400 heridos, pusieron en estado de alerta a las fuerzas de seguridad de Gran Bretaña y de Estados Unidos. Las autoridades británicas decretaron un "alerta máximo" para la ciudad de Londres y desplegaron miles de efectivos de seguridad. "Londres elevó su nivel de alerta. Tememos que Al Qaeda esté planeando un atentado terrorista en Londres y, como vimos en Madrid, los blancos más fáciles son los ciudadanos y trabajadores, a través del transporte público", anunció el alto comisionado para la policía británica, John Stevens.