El cuarto de edición del canal de televisión educativo palestino Al Quds todavía tiene agujeros de bala. La pobre estación no tiene dinero para remplazar el equipo dañado a comienzos de este mes por un ataque de tres hombres armados.
Destrucción de instalaciones, toma de oficinas y ataques a golpes a empleados son peligros cada vez más frecuentes para los medios de comunicación palestinos, que luchan por mantener su independencia.
Las intimidaciones aumentaron en los últimos meses, en coincidencia con el aumento de las tensiones dentro del partido Al Fatah, del presidente Yasser Arafat.
El ataque contra nosotros era en realidad una señal para los demás. El mensaje es que debemos mantenernos en la línea y no discrepar, dijo el subdirector del Instituto de Prensa Moderna de la Universidad de Al Quds, Ibrahim Khleife, que administra el canal atacado.
Esta vez los periodistas palestinos no responsabilizan a Israel, sino que señalan a las tensiones políticas dentro del propio gobierno palestino.
Los ataques a periodistas en Palestina se han vuelto tan frecuentes que 42 miembros del Parlamento firmaron una pedido de que se discuta el problema. Por su parte, el gabinete de Arafat anunció que procurará adoptar medidas para dar más seguridad a los trabajadores de los medios.
El ataque contra las humildes instalaciones de Al Quds, en la central ciudad cisjordana de Ramalá, indignó a muchos.
Tres hombres con rifles M16 ingresaron a la estación y pidieron una cinta de vídeo. Antes de que pudiera dárselas, comenzaron a golpearme, contó el periodista Haroun Abu Arrar, quien editaba en ese momento un programa para que fuera emitido a la mañana siguiente.
Khleife cree que en realidad los hombres no estaban buscando una cinta. La mayoría de los programas que emite Al Quds son sobre asuntos educativos, destinados a jóvenes y mujeres.
Creo que sólo buscaban un blanco fácil para hacer una advertencia a los periodistas palestinos en general. Estos hombres intentaban crear una atmósfera de miedo, sostuvo.
El canal satelital panárabe de noticias Al Arabiya tiene oficinas más lujosas al otro lado de la ciudad. Cinco hombres armados entraron allí en septiembre.
El ataque se produjo poco después de que esa emisora de noticias recibiera una serie de quejas por su cobertura de la situación política palestina.
Los copadores encerraron a tres empleados y destruyeron gran parte de las instalaciones del canal. Les pregunté por qué hacían eso pero no me contestaron, sólo dijeron que sería la última vez que nos visitaban sin matar a alguien, relató Khatib, uno de los periodistas.
Muchos periodistas lamentan la autocensura que algunos medios de prensa palestinos se imponen para no ser atacados por miembros de alguna facción política.
El controvertido presidente del Sindicato de Periodistas de Palestina, Naim Toubassi, responsabilizó a los propios medios, y los acusó de hablar demasiado. Algunos de ellos actúan como si fueran portavoces de alguna facción. No se pregunten por qué luego quedan atrapados en medio de la violencia, señaló.
La mayoría de los periodistas consideran que Toubassi es un simple defensor de Arafat, y sostienen que es el principal impulsor de la censura.
Khatib afirma que seguirá haciendo su trabajo sin hacer caso a las presiones. Los demás medios locales sólo publicarán algo polémico si nosotros lo hacemos primero. Siempre estaremos en la delantera, afirmó.
El mes pasado, el corresponsal de Al Arabiya en Gaza fue golpeado brutalmente por un grupo de desconocidos.
Periodistas y funcionarios de la Autoridad Nacional Palestina admiten en que estos ataques son posibles debido la falta de seguridad y a la debilidad del gobierno central. Las circunstancias permiten que militantes políticos con resentimientos cometan esta clase de ataques sin temor a ser castigados.
Los incidentes reflejan la tensión política en Palestina y son consecuencia del descalabro de una sociedad sumida en la violencia, dicen periodistas.
La situación podría agravarse aun más y generar un gran conflicto en toda la sociedad, advirtió el periodista independiente Walid Batrawi. (
