PAKISTAN: Cómo acallar a un científico espía

El científico que vendió a Corea del Norte, Irán y Libia información secreta sobre el programa nuclear pakistaní fue perdonado por el presidente Pervez Muhsarraf, acaso por temor a que revelara información inconveniente en un juicio público.

Musharraf no dio muchas explicaciones de su decisión de este jueves. Sólo señaló que había optado por proteger a Abdul Qadeer Khan —llamado "el padre de la bomba atómica pakistaní"— luego de "juzgar entre los intereses del país y las demandas internacionales".

El jefe de Estado se refería así a la presión de Estados Unidos para que los culpables recibieran castigo.

El presidente refrenó la severidad que había mostrado al principio y aceptó, finalmente, el pedido de clemencia formulado por el gabinete para Khan, considerado un héroe nacional tras dirigir el programa nuclear.

El científico había confesado el miércoles haber vendido información y tecnología nuclear al exterior. Pero habría involucrado en el interrogatorio a altos funcionarios gubernamentales, incluido Musharraf, en ese tráfico de información, según versiones insistentes.

Khan habría advertido, incluso, que envió a su hija al exterior con una grabación de su propia voz con el nombre de los militares participantes.

Sin embargo, el científico afirmó públicamente el miércoles, tras una reunión privada con Musharraf, que "nunca hubo ningún tipo de autorización del gobierno para estas actividades" y afirmó que asumía "toda la responsabilidad" sobre lo sucedido.

Analistas señalan que Musharraf intervino para evitar un juicio público que hubiera desatado una polémica internacional, y que, además, cedió ante la presión de la opinión pública pakistaní, para la cual el científico sigue siendo un héroe nacional.

El gobierno había organizado el domingo una conferencia de prensa para detallar la actividad del Laboratorio de Investigación Khan, cabeza visible del operativo secreto más complejo y exitoso de venta de información y tecnología desde que nacieron las armas nucleares.

El director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), Mohamed ElBaradei, señaló este jueves que las revelaciones de Khan son sólo la "punta del iceberg".

ElBaradei afirmó que Khan debió contar, necesariamente, con la ayuda de personas de varios países.

Los partidos de oposición pakistaníes demandan ahora una profunda investigación, mientras líderes religiosos islámicos exigen una disculpa oficial porque consideran que se humilló al "héroe nacional" cuando se lo interrogó.

Pero Musharraf cerró toda posibilidad de continuar investigando, e incluso aclaró que no permitirá eventuales inspecciones de la AIEA en Pakistán.

"Hay un pedido escrito de clemencia de su parte y hay un perdón escrito de mi parte", afirmó este jueves el presidente en conferencia de prensa, refiriéndose al científico.

Al parecer, Musharraf prefirió enfrentar el desagrado de Estados Unidos y de la AIEA antes que permitir un juicio en el que se divulgara información comprometedora.

El gobierno aseguró que no estuvo vinculado ni al tanto del tráfico de información, y lo atribuyó a "la codicia personal" de "algunos científicos".

Al parecer, Washington sospecha que Islamabad está implicado de alguna manera en la operación, pero Musharraf es demasiado valioso en el marco de la campaña mundial antiterrorista como para comprometerlo.

Un tercer actor, India, mantuvo un inusual silencio a lo largo de toda esta polémica. Un portavoz de la cancillería india dijo a IPS que "no se está considerando emitir ningún tipo de declaración".

Esta actitud de Nueva Delhi es por completo diferente a la que adoptó el año pasado, cuando detuvo en sus aguas territoriales a un barco norcoreano con cargamento nuclear ilícito.

El gobierno indio parece decidido a preservar el acercamiento con Islamabad iniciado en enero, luego de décadas de rivalidades y guerras entre las dos potencias nucleares de Asia meridional.

Además, algunos diplomáticos indios temen que dejar en evidencia la culpabilidad de Pakistán tendrá un efecto nocivo también para la imagen India, pues la comunidad internacional suele vincular a los dos países respecto del desarrollo nuclear.

Nueva Delhi no quiere que la atención mundial se concentre en sus armas nucleares, como ocurrió en 1998 cuando el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó una resolución condenando los ensayos realizados por los dos países.

Parece obvio que la operación de Khan no pudo haberse concretado sin el consentimiento de las agencias de seguridad pakistaníes, controladas por los militares, que vigilan el personal y las instalaciones de los laboratorios y centrales nucleares.

El ejército tiene el completo control del programa nuclear pakistaní. Ningún líder civil siquiera ha obtenido permiso para entrar a ciertas instalaciones.

De hecho, la ex primera ministra Benazir Bhuto (1988-1990 y 1993-1996) se quejó en más de una oportunidad que nunca pudo visitar la central nuclear de Kahuta.

Khan jamás habría podido sacar equipos enteros de Kahuta y ponerlos en aviones sin el consentimiento de los militares. ***** + Gobierno de Pakistán, en inglés (http://www.pakistan.gov.pk/) + AIEA, en inglés (http://www.iaea.org/) + Laboratorios de Investigación Khan, en inglés (http://www.krl.com.pk/)

(FIN/IPS/traen-rp-mj/pb/js/rp/mj/ip/04)

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