IRAQ: Mujeres que extrañarán a Saddam

El Consejo de Gobierno Provisional de Iraq instauró preceptos de la ley islámica (”sharia”) que violan los derechos de las mujeres, advirtieron 44 legisladores estadounidenses.

La aplicación de la sharia echará por tierra las pocas garantías legales con que contaban las mujeres iraquíes, ”hasta ahora las más liberales en el mundo árabe”, señalaron los congresistas en una carta enviada al presidente George W. Bush.

El grupo de legisladores, que incluye miembros del gobernante Partido Republicano, es liderado por las representantes del opositor Partido Demócrata Carolyn Maloney, Eddie Bernice Johnson y Darlene Hooley.

”Para impedir que esto entre en vigor, instamos a usted y a su administración a que tomen los pasos necesarios para proteger los derechos de las mujeres iraquíes”, señala la carta. La Casa Blanca aún no respondió.

Los congresistas rechazaron la derogación, dispuesta el 29 de diciembre por los 25 miembros del Consejo de Gobierno, de una antigua ley de carácter civil sustituida por normas religiosas.

La recién aprobada resolución 137 del Consejo de Gobierno Iraquí afectará los derechos a educación y a empleo de las mujeres, su libertad de movimiento, su derecho a heredar propiedades, a divorciarse y a tener la custodia de sus hijos, advirtieron los legisladores.

La aplicación de la norma será supervisada por clérigos sunitas o chiitas, de acuerdo con la pertenencia de las partes involucradas a una u otra rama del Islam.

Para que entre en vigor, la resolución debe ser aprobada por la Autoridad Provisional de la Coalición en Iraq, presidida por el diplomático estadounidense Paul Bremer.

La organización defensora de los derechos de las mujeres MADRE, con sede en Nueva York, envió por su parte una carta a Bremer señalando que la decisión del Consejo de Gobierno iraquí carece de transparencia y que su gravedad requiere de un debate público.

”En menos de 15 minutos de discusiones, el Consejo de Gobierno -ninguno de cuyos miembros fue electo por los iraquíes-aprobó la resolución 137, que deroga los derechos de las mujeres iraquíes 'liberadas'”, señaló la directora de MADRE, Yifat Susskind.

”Bajo la directa autoridad del gobierno de Bush, el Consejo de Gobierno iraquí privilegió el sectarismo y violó los principios de la gobernanza democrática”, señaló.

Muchas mujeres iraquíes también protestan contra la resolución, según versiones de prensa.

La resolución ”nos enviará a casa y nos cerrará la puerta, tal cual ocurrió en Afganistán”, dijo la abogada kurda Amira Hassan Abdulá al periódico estadounidense The Washington Post el mes pasado.

”La anterior legislación no era perfecta, pero ésta convierte a Iraq en una jungla para nosotras. Para que entre en vigor tendrán que pasar sobre nuestro cadáver”, afirmó.

La resolución habría sido impulsada por los miembros del Consejo de Gobierno pertenecientes al sector más conservador del Islam chiita. Las discusiones comenzaron cuando el órgano era presidido por Abdul Aziz Hakim, líder del Consejo Supremo para la Revolución Islámica en Iraq.

Es poco probable que Bremer bendiga la resolución, pero muchas mujeres temen que los musulmanes conservadores la impulsen de nuevo cuando asuma el gobierno de transición iraquí, que se espera será electo en junio.

Los clérigos chiitas no sólo tienen la intención de aumentar su representación en el próximo gobierno, sino que incluso esperan recibir apoyo de los sunitas conservadores, pese a sus diferencias religiosas.

Luego de que el presidente Saddam Hussein fuera derrocado en abril por la coalición británico-estadounidense, los chiitas y sunitas conservadores se han vuelto más poderosos e influyentes en la población.

Históricamente, Iraq siempre fue dominada por los sunitas, incluso bajo el régimen de Saddam Hussein, pero el actual Consejo de Gobierno refleja la mayoría chiita, rama del Islam a la que pertenecen 62 por ciento de los 27 millones de iraquíes.

La historia de diferencias entre las dos sectas islámicas tiene 14 siglos, aunque actualmente se basa más sobre razones políticas que religiosas.

Tras la muerte de Mahoma, el profeta de los musulmanes, éstos se dividieron entre los seguidores del califa Abu Bakr y los de Alí ibn Abi Talib, yerno de Mahoma. La división se formalizó con la muerte en el año 661 del imán Alí, y su reemplazo por su rival Muawiya.

Quienes reivindicaban los derechos al poder religioso y político de los descendientes de Alí fueron conocidos como chiitas, en contraposición a los sunitas, que admitían la tradición y el derecho a la libre sucesión, no hereditaria.

El Islam sunita es predominante en la mayoría del mundo árabe, mientras los chiitas han dominado la Revolución Islámica triunfante en Irán en 1979.

”Es imperativo que actuemos ahora para revertir esta decisión, o las vidas de las mujeres iraquíes estarán peor por culpa de la falta de acción de Estados Unidos. No debemos permitir que pase”, señalaron los legisladores en su carta a Bush.

”Se avizora una crisis en los derechos de la mujer en Iraq, y debemos tomar medidas. Bajo su antiguo dictador, las mujeres gozaban de sus derechos básicos y tenían participación en la sociedad. Pero en la posguerra son brutalmente atacadas y excluidas de las actividades cívicas”, afirmó Maloney.

Por su parte, Johnson lamentó que, ”luego de haber hecho grandes avances para la igualdad en la sociedad iraquí, las mujeres se ven obligadas a pelear la misma batalla de ayer contra algunos elementos que intentan retroceder el reloj del progreso”.

El gobierno de Estados Unidos supervisa las deliberaciones del Consejo de Gobierno iraquí para crear una nueva Constitución que contemple los derechos de las mujeres y de las minorías étnicas, pero para los congresistas eso no constituye garantía alguna.

El borrador de la Constitución establecía que al menos 40 por ciento de los integrantes de un órgano legislativo deben ser mujeres, pero portavoces del Consejo de Gobierno señalaron que el documento definitivo establecerá un mínimo de apenas 20 por ciento.

MADRE sostuvo que la resolución 137 no sólo amenaza los derechos de las mujeres, sino que agrava las tensiones entre las sectas islámicas en Iraq.

La nueva legislación ”significará la introducción de reglas diferentes y separadas para las distintas confesiones religiosas en el país, y por eso amenazará la unidad de la sociedad”, señaló en su carta.

Zakia Ismael Hakki, un jueza de origen iraquí retirada, dijo a The Washington Post que la resolución ”arrastrará a Iraq a la Edad Media y permitirá que los hombres tengan cuatro o cinco esposas”.

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