El centroderechista y gobernante Partido Popular de España depende de los votos que pueda restarle Izquierda Unida al PSOE en las elecciones del 14 de marzo, cuya campaña oficial se lanzó este viernes, para obtener la mayoría parlamentaria absoluta y así ubicar como jefe del nuevo gobierno a Mariano Rajoy.
Si Izquierda Unida (IU) mantuviese o aumentase el caudal electoral de los últimos comicios en algunas de las 52 provincias en las que se eligen diputados, saldría beneficiado el Partido Popular (PP), pues ese posible buen desempeño de la coalición basada en el Partido Comunista sería a costa de la principal fuerza de oposición, el PSOE (Partido Socialista Obrero Español).
Es decir que los votos que ganase IU, aunque no le permitiesen en todos los casos sumar diputados, permitiría que el partido del actual jefe de gobierno, José María Aznar, se quedase con el escaño que estuviese en disputa con el PSOE.
Otra alternativa, pero que las encuestas no presentan como viable, es que los diputados logrados por el PSOE, IU y otras fuerzas de izquierda superasen a los del PP y formaciones de centro que le permitieron al oficialismo formar gobierno cuando careció de mayoría absoluta parlamentaria de 1996 a 2000, como el nacionalismo moderado de Cataluña y de Islas Canarias.
Aunque todos los candidatos empezaron su campaña en diciembre, cuando se convocaron las elecciones, sólo a partir de este viernes estuvieron habilitados oficialmente para pedir el voto de los ciudadanos y hacer publicidad en tal sentido.
También desde hace semanas se vienen realizando encuestas, todas las cuales vaticinan hoy el triunfo del PP seguido del PSOE, aunque difieren en los porcentajes de intención de voto atribuibles a cada uno de esos partidos.
Una consulta publicada por la revista Claves, dirigida por el ex vicepresidente del gobierno y ex vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra, señala que su partido quedará 9,5 puntos porcentuales por debajo del PP.
Otra investigación realizada por Noxa Consulting para el diario La Vanguardia, de Barcelona, y que coincide con las realizadas por otras consultoras privadas, otorga al partido gobernante una ventaja de seis por ciento de votos y 37 escaños sobre el PSOE.
Pero, aunque se cumpliera este último pronóstico, al PP podrían faltarle dos diputados para conseguir la mayoría absoluta de las 350 bancas que conforman el Congreso, el organismo que a su vez designa al presidente del Consejo de Ministros o jefe de gobierno.
Por eso la clave para que el partido de Aznar logre o no esa mayoría está en la tercera fuerza política, la IU, ya que si ésta mantuviese la cantidad de votos por encima del cinco por ciento de los válidos obtenidos en la anterior elección, lo sería a costa de los socialistas, dándole a los populares la ventaja necesaria.
Los discursos inaugurales de la campaña oficial de los tres candidatos reflejaron este viernes esa situación. El candidato del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, quién pidió el voto útil, aclaró que su campaña va dirigida al centro y a toda la izquierda, aseverando que es un hombre de izquierda, pero gobernará para todos los españoles.
En cambio, Gaspar Llamazares, líder y candidato a la jefatura del gobierno por IU, se pronunció en contra del voto útil y dijo que defenderá la identidad de su coalición con uñas y dientes. Si se quiere votar a la derecha, está el PP, al centro el PSOE, y a la izquierda, Izquierda Unida, enfatizó.
Es que el voto útil que pide el PSOE supondría un secuestro de la democracia, de la libertad de opinión y de voto, según el dirigente comunista, quien informó este viernes que envió a Rodríguez Zapatero y a otros políticos una carta planteándoles su disposición para apoyar una coalición de izquierda tras las elecciones, para disputar la presidencia al PP.
En el extremo opuesto, Rajoy adoptó como muletilla el rechazo a una hipotética coalición de izquierdas, en la que engloba al PSOE, la IU y a Izquierda Republicana de Cataluña (ERC, Esquerra Republicana, en idioma catalán). Una coalición así, afirmó, pondría en un peligro cierto a la economía española.
El argumento de que la coalición de izquierdas es negativo para el país se lo brindó servido a Rajoy el líder de ERC, Luis Carod Rovira, a principios de enero, cuando aún en el cargo de primer ministro de la Comunidad Autónoma de Cataluña se reunió clandestinamente en Francia con la dirección del grupo terrorista vasco ETA.
Desde diciembre en Cataluña gobierna el PSOE en coalición con el ERC y con Izquierda Unida-Los Verdes.
La filtración de la existencia de esa reunión en febrero por parte de fuentes del gobierno de Aznar al diario madrileño ABC desató una crisis en el gobierno catalán que le costó el cargo a Cardo Rovira, quien fue reemplazo sin embargo por otro dirigente del mismo partido.
Pero ese encuentro, tras el cual la ETA declaró una tregua unilateral en Cataluña, también provocó una crisis de envergadura en el PSOE a nivel de España, en cuyo seno se entrecruzaron opiniones a favor y en contra de Pascual Maragall, el líder de los socialistas catalanes y actual presidente del gobierno autónomo.
Pero así como sus diferencias internas afectan al PSOE en sus perspectivas electorales, también el PP sufre problemas, como lo puso de manifiesto una encuesta del oficial Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicada este mismo viernes.
Esa consulta, realizada entre el 10 y el 15 de enero, indica que 31,4 por ciento de los ciudadanos entrevistados considera mala o muy mala la gestión del gobierno de Aznar, quien eligió como su sucesor a Rajoy, y sólo 27,1 por ciento declara que es buena o muy buena.
La misma investigación en octubre había indicado que 30,3 por ciento de los encuestados aprobaban la gestión de Aznar y que 27,2 por ciento la desaprobaban.