Los bancos brasileños continúan obteniendo resultados récord en el primer año de gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, líder del izquierdista Partido de los Trabajadores. Después de que Bradesco consiguiera en 2003 la mejor ganancias anual en 60 años de vida con un saldo positivo de unos 810 millones de dólares, ahora le tocó el turno al banco Itaú, que divulgó un lucro líquido superior a los 1.100 millones de dólares en el mismo lapso, lo cual equivale a un crecimiento de 32,6 por ciento respecto de 2002.