– Decenas de miles de seguidores y opositores del gobierno de Venezuela volvieron a las calles este viernes para apurar a las autoridades electorales en la verificación de las firmas que piden poner a referéndum el mandato del presidente Hugo Chávez y de legisladores de ambos bandos.
Las marchas por separado, que recalentaron las calles de Caracas tras el asueto de Navidad y Año Nuevo, tomaron como pretexto la conmemoración de los 46 años del alzamiento cívico-militar del 23 de enero de 1958, que liquidó la última dictadura iniciada en 1948.
Las manifestaciones y las concentraciones que les siguieron, a horas distintas y en diferentes avenidas de la ciudad, transcurrieron de modo pacífico, por contraste con la violencia que empañó varias demostraciones de este tipo en 2002 y 2003.
Este viernes es el primer día de la campaña electoral de la oposición rumbo al referéndum, dijo el animador de la marcha opositora, Jesús Torrealba, mientras que Delsa Solórzano, abogada de la coalición Coordinadora Democrática, leyó el llamado Manifiesto de la recta final hacia su esperada revocación del mandato presidencial de seis años de Chávez e iniciado en 2000.
Pero el presidente del Consejo Nacional Electoral, Francisco Carrasquero, dijo este viernes a corresponsales extranjeros que entre el 13 y el 17 de febrero se podrá definir si hay firmas suficientes para poner en marcha algunas de las consultas constitucionales solicitadas.
En la marcha chavista, el vicepresidente José Vicente Rangel reiteró que el gobierno aceptará la decisión del árbitro electoral sea cual sea, y emplazó a la oposición a expresar públicamente su respeto a lo que disponga ese Consejo Nacional Electoral, algo que rehuyen los dirigentes de la Coordinadora Democrática.
También Chávez se comprometió hace una semana ante el parlamento a acatar la decisión del árbitro comicial, lo cual fue recordado este viernes por Carrasquero. No hemos visto que esa misma posición sea ratificada por los portavoces de la oposición, advirtió el número uno del poder electoral.
Mientras, as marchas de este viernes, aunque multitudinarias, congregaron muchos menos seguidores de uno y otro bando que las concentraciones de los dos años anteriores.
La actividad comercial, el tránsito automotor y el desplazamiento de personas fueron los mismos que en una jornada laboral habitual.
Es que esas marchas son entre los políticos, nosotros salimos a trabajar, comentó a IPS María de Azuaje, una vendedora de ropa ubicada a escasos metros de la sede del Consejo Nacional Electoral, donde se concentraron miles de oficialistas.
Según las encuestadoras con mayor alcance y prestigio en Venezuela, como Datanálisis e Hinterlaces, crece la cantidad de venezolanos no alineados políticamente, también llamados los ni-ni por no apoyar ni al gobierno ni a la oposición.
Las últimas consultas de Datanálisis le otorga a los ni-ni 39 por ciento de los entrevistados, frente a 33 por ciento a favor de la oposición y 25 por ciento de adhesión a Chávez, mientras que Hinterlaces eleva a 51 por ciento de los encuestados los que se declaran no alineados, a 30 por ciento los oficialistas y a 19 por ciento los opositores.
Carrasquero comentó a IPS que, en la eventualidad de que se convoque a un referéndum revocatorio del mandato presidencial de Chávez, éste puede legalmente llamar a sus partidarios a la abstención, una alternativa que lo favorece.
La Constitución, en vigor desde 1999 e impulsada por el propio Chávez, establece que todo cargo de elección popular es revocable transcurrida la mitad de su periodo (agosto de 2003 en el caso de Chávez), en un referéndum que debe ser solicitado por al menos 20 por ciento del padrón electoral.
Una vez alcanzado esta instancia y habilitada la herramienta, la revocación se logrará sólo si esa opción le gana a la de mantener al gobernante y si suma más votos de los que lo llevaron a la presidencia, que en este caso son 3.757.763 sufragios.
El Consejo Nacional Electoral examina las firmas entregadas para avalar el pedido de referéndum contra Chávez, que según la Coordinadora de partidos de oposición suman más de 3,4 millones. Sin embargo, los partidarios del gobierno aseguran que esas rúbricas no llegan a los 2,4 millones que es 20 por ciento del padrón nacional electoral.
Carrasquero aseguró que ni marchas ni intentos de presión de cualquier índole alterarán la decisión de los cinco miembros del Consejo que preside para hacer el referéndum si se encuentra siquiera una firma válida más que el mínimo requerido.
Observadores del estadounidense Centro Carter para la Paz y de la Organización e Estados Americanos han expresado apoyo y confianza al árbitro electoral.
Pero en Washington ya comienzan a expresar temor de que no pueda concretarse una salida electoral en Venezuela, declaraciones que han sido replicadas en términos enérgicos por Chávez.
El subsecretario de Estado adjunto para Asuntos Hemisféricos de Estados Unidos, Peter DeShazo, visitó el jueves en Caracas a la dirección del Consejo Nacional Electoral y dijo que la crisis política en Venezuela ha generado una gran preocupación en el hemisferio.
Estados Unidos y nuestros colegas en la Organización de Estados Americanos y el Grupo de Países Amigos (Brasil, Chile, España, Estados Unidos, México y Portugal) continuarán trabajando para apoyar una solución constitucional, pacífica, democrática y electoral a la crisis, añadió.
Por su parte, Carrasquero indicó que a DeShazo simplemente se le informó de la marcha de nuestros trabajos y salió muy contento con el procedimiento. Me dijo que mientras todo sea en el marco de la Constitución, no habrá ningún problema, sostuvo.
El presidente del Consejo aseveró, además, que si la oposición recogió las firmas requeridas, convocaremos el referéndum en febrero y la consulta se efectuará en mayo.
Según la Constitución, si la ciudadanía revoca el mandato de Chávez antes de agosto, el mandatario deberá entregar el gobierno y nuevas elecciones deberán ser convocadas para completar el periodo presidencial, hasta los primeros días de 2007.
Un referéndum después de agosto ûhipótesis imposible según Carrasquero— apartaría a Chávez de la presidencia pero, en lugar de elecciones, será el vicepresidente que el propio Chávez designe el encargado de completar el mandato.
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