La mayoría de los países de América cedieron a la insistencia de Estados Unidos y se comprometieron este viernes en Montevideo a redoblar las medidad de seguridad antiterroristas en sus puertos marítimos y aéreos.
El Comité Interamericano contra el Terrorismo (Cicte) terminó este viernes en la capital uruguaya su cuarto período de sesiones con una declaración en la que anuncia también la creación de un sistema continental de vigilancia contra actividades terroristas en Internet, la red mundial de computadoras.
A la reunión de este comité de la Organización de Estados Americanos (OEA), que comenzó el miércoles, asistió el coordinador de lucha antiterrorista del Departamento de Estado (cancillería) estadounidense, Joseph Cofer Black, antes de partir para una visita a Buenos Aires.
Al igual que la OEA, el Cicte no incluye a Cuba.
El funcionario estadounidense subrayó el interés del gobierno de George W. Bush en que los países del continente fortalezcan sus controles en aeropuertos y centrales marítimas, y anunció el aporte de 1,6 millones de dólares para que el Cicte coordine medidas en ese sentido.
Washington insiste en este punto con la intención declarada de impedir que América Latina se convierta en un puerto seguro para terroristas internacionales, tras la ofensiva militar estadounidense en Afganistán.
Esa ofensiva, realizada en 2001, derrocó al movimiento islámico Talibán, que controlaba la mayor parte del territorio afgano y amparaba a la organización extremista Al Qaeda, a la que el gobierno estadonidense considera responsable de los atentados de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington.
En la denominada Declaración de Montevideo, el Cicte destacó la importancia de promover la mayor seguridad posible para el transporte en todas sus modalidades, incluso en los aeropuertos, puertos y fronteras, sin perjuicio de los compromisos internacionales pertinentes relativos al libre movimiento de personas y la facilitación del comercio.
Además, subrayó la necesidad de tomar medidas preventivas contra incidentes que afecten la seguridad de los buques y las instalaciones portuarias, garantizando la seguridad marítima contra amenazas terroristas.
Entendemos que cada país debe tomar las medidas que considere necesarias para impedir el ingreso de terroristas a su territorio. Lo que ahora necesitamos es coordinar de forma permanente todos los esfuerzos entre los países, dijo a IPS el subsecretario de Defensa de Uruguay, Elías Bluth, tras asumir la presidencia rotativa del Cicte.
Black aseguró que Washington está satisfecho con el respaldo de América Latina a su campaña mundial antiterrorista, y aseguró que la red Al Qaeda, dirigida por el saudita Osama bin Laden, está en una situación catastrófica.
Las dos terceras partes de sus dirigentes fueron detenidos o muertos. La caza de la otra tercera parte sigue adelante, afirmó el funcionario, y dijo no tener datos confiables sobre la presencia permanente de células de esa organización en América Latina.
El funcionario explicó que, ante la campaña internacional lanzada por el gobierno de George W. Bush, los miembros de Al Qaeda están huyendo por el mundo y a la defensiva, y por lo tanto les cuesta más preparar atentados.
El grupo de Bin Laden se convirtió en la principal amenaza terrorista contra la seguridad de Estados Unidos tras los ataques suicidas de septiembre de 2001, en los que murieron unas 3.000 personas. Antes, el primer lugar lo ocupaba la organización libanesa Hizbolá, explicó Black en Montevideo.
El funcionario destacó la excelente relación de Estados Unidos con Argentina, Brasil y Paraguay, que juntos conforman el llamado Grupo 3+1, destinado a vigilar la llamada Triple Frontera (entre esos países latinoamericanos), donde Washington sospecha que terroristas recolectan fondos para sus actividades.
El funcionario afirmó que cuando los soldados estadounidenses ingresaron en algunos escondites de Al Qaeda en Afganistán, hallaron varios afiches con imágenes de las cataratas del Iguazú, una atracción turística de la Triple Frontera.
Los 34 países del hemisferio representados en el Cicte se comprometieron a identificar y combatir peligros terroristas emergentes, como las amenazas a la seguridad cibernética.
La delegada salvadoreña Margarita Escobar, que entregó a Uruguay la presidencia del grupo durante la reunión en Montevideo, explicó que la idea es formar una red hemisférica de alerta, con servicio de 24 horas los siete días de la semana, para prever cualquier ataque a la seguridad cibernética del continente.
Escobar destacó que el terrorismo cibernético parece menos grave que el convencional, pero puede causar mucho daño y caos si logra dañar los sistemas financieros, sanitarios y de seguridad de los países.
Bluth anunció que, durante su presidencia, el Cicte buscará capacitar personal y establecer sistemas de alerta ante la posible infiltración de virus y otras herramientas que puedan socavar las redes informáticas de los Estados.
El comité de la OEA también señaló la importancia de que todas las medidas contra el terrorismo que se adopten en el continente sean con pleno respeto del estado de derecho y el derecho internacional, incluidos el derecho internacional humanitario y el derecho internacional de los refugiados.
Es vital dejar en claro que no se trata de perseguir a los inmigrantes, sino que estamos hablando de luchar contra el terrorismo. Todo tiene que hacerse con respeto al derecho internacional, dijo Escobar a IPS.
La reunión en Montevideo fue también la oportunidad para que el gobierno de Venezuela anunciara la ratificación de la Convención Interamericana contra el Terrorismo.
Ese país se convirtió así en el octavo miembro de la OEA que ratifica esa Convención, aprobada en 2002, junto con Antigua y Barbuda, Canadá, El Salvador, México, Nicaragua, Panamá y Perú.
El Cicte fue creado en 1999, pero adquirió mayor importancia luego de los atentados de 2001 en Estados Unidos. Su próxima reunión se celebrará en Trinidad y Tobago dentro de un año.