SALUD-CHILE: Productores de salmón pasan al ataque

Como si se tratara de una guerra o un partido de fútbol, los criadores chilenos de salmones creen que la mejor defensa es el ataque y están empeñados en descalificar un informe científico que reveló la presencia de compuestos cancerígenos en la carne de estos pescados.

La investigación de científicos estadounidenses y canadienses, coordinada por las universidades de Indiana y Nueva York y difundida por la revista Science, encontró altos niveles de toxinas en salmones nacidos en cautiverio, incluido el chileno, en comparación con los de las especies en estado salvaje.

El estudio es ”arriesgado, alarmista, un tiro al aire”, afirmó Leonel Sierralta, asesor ambiental de la empresarial SalmonChile, nombre de fantasía de la Asociación de Productores de Salmón y Truchas de este país sudamericano.

”No se puede decir que la ingesta de 200 gramos de salmón va a producir cáncer, pues esta es una enfermedad que se produce por una exposición habitual a un cancerígeno”, dijo Sierralta en declaraciones a la prensa chilena.

Ecologistas y consumidores hicieron por su parte un llamado para impulsar normas rigurosas de certificación de salmones y exigir a las empresas el cumplimiento de su responsabilidad social.

”Impulsaremos la adopción de normas rigurosas de certificación (sanitaria y ambiental) de los salmones. Eso es lo que hay que hacer en lugar de intentar deslegitimar un informe serio”, comentó el economista ambiental Cristián Gutiérrez, de la organización ecologista internacional Oceana.

El informe divulgado en Science analizó y comparó más de dos toneladas métricas de carne de salmones criados en cautiverio y en estado salvaje.

Más de 700 filetes observados por especialistas en toxicología, biología y estadística procedían de ocho de los mayores productores del mundo, tanto de salmón del océano Atlántico -Escocia, Gran Bretaña y de la costa este de Estados Unidos y Canadá- como del Pacífico (América del Norte y Chile).

El estudio analizó la presencia de 14 toxinas consideradas cancerígenas por las autoridades sanitarias estadounidenses, y concluyó que el salmón de criadero del Atlántico, en especial el de Escocia, presenta grados altos de 13 toxinas, muy superiores a los de su similar del Pacífico.

”Pero hasta los salmones de criadero procedentes de Chile o del (noroccidental) estado de Washington, que figuran entre los menos contaminados, presentan una tasa de PCB (bifenilo policlorado), de dioxinas y de dieldrina superior a la del salmón salvaje”, advirtieron los científicos.

Estas sustancias forman parte de los 12 contaminantes orgánicos persistentes (COP, también conocidos como la docena sucia). Son plaguicidas y productos o subproductos de la actividad industrial, que se caracterizan por su larga vida y su gran capacidad de dispersión y de acumulación en la cadena alimentaria.

La exposición a los COP es factor de riesgo de cáncer y de alteraciones genéticas, entre otros daños a la salud. El Convenio de Estocolmo, adoptado en 2001, regula el control y eliminación de estas sustancias.

El PCB es un compuesto altamente cancerígeno y se desarrolla en los salmones de criadero por la alimentación de los peces, con base en aceites y harinas de pescado, explicaron los expertos.

En sus conclusiones, el estudio señaló que comer más de 200 gramos al mes de carne de salmón en cautiverio, especialmente del Atlántico, expone a ”riesgos cancerígenos”, mientras que el salmón salvaje puede ser consumido sin peligro hasta ocho veces más.

Empresarios chilenos consideran que los científicos utilizaron un criterio ambiental en lugar de adoptar una perspectiva alimentaria, que a su juicio habría sido la correcta.

”SalmonChile se ha dedicado más bien a criticar el informe que a considerar sus conclusiones. La investigación es muy seria. Science es una revista científica muy connotada, que no publica cualquier cosa”, replicó el biólogo Alejandro Pérez, de Oceana.

”El estudio de Science pone en primer plano el tema de la responsabilidad social de las empresas”, opinó por su parte Jorge Vargas, director de la oficina regional para América Latina de Consumers International, con sede en Santiago.

”La empresa, además de tener responsabilidad y obligaciones ante sus accionistas, es también responsable de los impactos sociales y ambientales de sus actividades”, dijo a Tierramérica el representante de la mayor federación mundial de organizaciones de consumidores.

”El hecho de que Salmon of America, entidad que reúne a productores de Canadá, Chile y Estados Unidos, haya reconocido la existencia de contaminantes por el empleo de harina y aceite de pescado, debería significar la adopción de medidas urgentes a favor de la salud y del derecho de los consumidores a contar con alimentos seguros e inocuos”, agregó Vargas.

”La obsesión por la producción intensiva y por ganar mercados y aumentar ganancias implica procesos y ritmos que dificultan o debilitan el control necesario que debe existir en toda la cadena alimentaria e impiden una evaluación adecuada de los productos que se ofrecen al consumidor”, expresó.

Gutiérrez de Oceana estima previsible que este hallazgo afecte las exportaciones de salmón, ya que los consumidores de Europa, Japón y Estados Unidos ”son relativamente responsables, no son ingenuos, y se informan sobre las características y el origen de los alimentos”.

* Publicado originalmente el 17 de enero por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica. (

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