POBREZA: Pasar factura a la globalización

La iniciativa contra el hambre y la pobreza en el mundo, lanzada este viernes por el gobierno de Brasil con apoyo de otras naciones y de la ONU, se funda en la idea de que la globalización en curso genera recursos más que suficientes para financiar un programa de lucha contra esos flagelos.

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Slva, propuso forjar una alianza para movilizar la voluntad política y el apoyo financiero y recomienda estudiar los mecanismos apropiados para obtener recursos destinados a un fondo especial.

Los aportes frescos podrían provenir de imposiciones al tráfico de armas y a algunos flujos financieros, sugirió Lula. Sus dos apoyos más convencidos del plan, los mandatarios Ricardo Lagos, de Chile, y Jacques Chirac, de Francia, calculan que ya nada se puede esperar de la fuente tradicional de recursos de las últimas décadas, la asistencia oficial al desarrollo (AOD).

La AOD establece que los 30 países industrializados destinen cada año 0,7 por ciento de su producto bruto interno como contribución al desarrollo de las naciones del Sur, pero ese es un compromiso que hoy sólo tres cumplen.

Es difícil que los países ricos vayan a mejorar su aporte actual, por eso se cree que la AOD llegó a su techo, opinó Lagos, quien junto a Chirac y el secretario general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Kofi Annan, acompañaron este viernes en Ginebra a Lula en el lanzamiento de su plan mundial contra el hambre y la pobreza.

El fenómeno de la pobreza y el hambre se refleja en los 1.100 millones de personas que luchan por sobrevivir con menos de un dólar al día, 840 millones de los cuales no consumen las calorías mínimas para subsistir.

Lula recordó en su discurso que el hambre es una "arma de destrucción masiva" que mata a 24.000 personas cada día, entre los que se cuentan 11 niños menores de cinco años por minuto.

La reducción en 2015 de la pobreza en el mundo a la mitad de los valores de 1990, según los informes anuales del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas, es una de las llamadas metas del milenio establecidas por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de 2000.

Para alcanzar ese y otros objetivos relacionados con la pobreza se necesita aumentar las contribuciones de los actuales 50.000 millones de dólares anuales de la AOD a por lo menos 110.000 millones, precisó Chirac, quien sin embargo descartó que los países ricos vayan a proporcionar esos fondos adicionales. Por ese motivo, se necesitan recursos nuevos, dijo.

Una alternativa interesante sería poner en marcha finalmente el Fondo de Financiación Internacional, conocido por sus siglas en inglés IFF, una idea de técnicos y funcionarios británicos que propone crear un sistema de prefinanciación de la ayuda al desarrollo.

El proyecto del IFF será discutido en abril en París, pero Chirac y también Lagos y Lula mostraron simpatía por el plan. El presidente francés favoreció también la constitución de un grupo de trabajo que estudie otras variantes de financiación, que un principio estará conformado por representantes de ese país y brasileños y tendrá carácter técnico.

El organismo examinará la propuesta británica de una nueva institución internacional de financiación y otras iniciativas, como la imposición fiscal de algunas transacciones internacionales, como ciertos tipos de ventas de armas y algunas operaciones financieras.

Pero Chirac descartó la posibilidad de implantar la tasa Tobin, como se la llamó a la propuesta de organizaciones no gubernamentales, en gran parte francesas, de grabar ciertos flujos financieros internacionales y destinar esa recaudación para atender las necesidades humanas y de preservación del ambiente para el desarrollo.

James Tobin, galardonado en 1981 con el premio Nobel de Economía, había estudiado la posibilidad de establecer un impuesto sobre los movimientos financieros internacionales, pero no compartió la idea de destinarlo a un fondo para el desarrollo como propusieron las agrupaciones de la sociedad civil en la década del 90.

No será un impuesto Tobin, que no ha tenido éxito, sentenció Chirac. Los fondos para la lucha contra la pobreza y el hambre tienen que salir de "la tremenda riqueza" que genera la globalización, coincidieron los tres mandatarios.

Chirac observó que para cumplir las metas del milenio harían falta 60.000 millones de dólares adicionales por año. Esa cifra es sólo una gota comparada con los 8.000 billones de dólares que, al amparo de la globalización, mueve el comercio mundial cada año, dijo.

Por su parte, Lagos sostuvo que el proceso de globalización presenta todavía un déficit social para el cual no ha entregado aún una solución. El presidente chileno mencionó que en la alianza contra el hambre hay también un lugar para el sector privado.

El grupo técnico integrado por brasileños y franceses entregará sus conclusiones en una reunión que se hará en septiembre en Nueva York, en coincidencia con la anual Asamblea General de la ONU. Chile hizo saber que espera anunciar su incorporación al grupo técnico en ese encuentro.

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