El periodista marroquí Ali Lmbaret editará en su país una nueva revista llamada Apres Demain (Pasado Mañana), tras dos meses de huelga de hambre y siete en la cárcel, a la que fue por ofender al rey Mohammad VI y de la que salió indultado gracias a fuerte presión internacional.
Lmbaret, cuyo padre murió en la guerra del Rif (1921-1926) y cuyo abuelo fue asesinado en España en 1947, víctima de la dictadura de Francisco Franco (1939-1975), nació en Francia pero, poseedor de las nacionalidades francesa y marroquí, se radicó en Marruecos, donde dirigió el semanario satírico Demain (Mañana, en francés, Douman en árabe)..
En ese semanario publicó diversas caricaturas, un montaje fotográfico y un artículo sobre el presupuesto de la casa real marroquí. También reprodujo la entrevista a un republicano marroquí publicada por el diario español Avui.
Esas publicaciones lo llevaron a prisión el 21 de mayo de 2003, tras ser condenado ese mismo día a cuatro años de cárcel por desacato al rey y atentados contra el régimen monárquico y la integridad territorial de Marruecos, según la sentencia judicial.
Cumplidos cinco meses de prisión sin que se atendieran los reclamos por su libertad, Lmbaret inició una huelga de hambre que puso en riesgo su vida, según los médicos que lo atendieron. Finalmente, y en respuesta a una fuerte presión internacional de gobiernos y organizaciones no gubernamentales, fue indultado y puesto en libertad.
Ahora, al disponerse a editar antes de finalizar marzo el semanario Apres Demain (que también puede significar Después de Demain) en francés y árabe, las dos lenguas oficiales de Marruecos, Lmbaret dice ser consciente de que afronta nuevos riesgos, pero también de que no puede ni debe callar.
-Usted fue condenado bajo la acusación de desacato, atentado contra el estado y la integridad territorial de Marruecos. ¿Se abstendrá en la nueva publicación de dar motivo para un segundo juicio?
-Yo no he desacatado al Rey, no cometí ningún atentado ni actué contra la integridad territorial de mi país, sólo expresé opiniones y publiqué informaciones. Por supuesto que la nueva publicación no atentará contra nadie ni cuestionará la integridad territorial de mi país.
-¿Eso significa que habrá un cambio regresivo en su línea editorial?
-No, de ninguna manera. Creo que ahora es más necesario que nunca expresarse con libertad. Con respeto, sin mentir, sin insultar, pero con libertad para poder dar opiniones y transmitir información a nuestros lectores.
-¿Cuántos lectores cree que tendrá su nueva revista?
-Si tenemos presente que cuando Demain fue clausurada era la revista de mayor circulación en Marruecos y toda la conmoción que ha causado su cierre, mi prisión y la campaña por mi libertad, estoy seguro de que superará los 60.000 ejemplares que se vendían entonces.
-¿Cómo explica que su publicación tenga la mayor tirada y al mismo tiempo el rey reciba apoyo mayoritario?
-Es verdad que si hoy hubiera una votación y Mohammad VI fuera candidato la ganaría, producto del miedo que reina en mi paísà pero eso cambiará a medio plazo. Ese miedo surge del gran poder que ostenta, pues reina, gobierna y hace negocios. No olvidemos que el 60 por ciento de las acciones que se cotizan en la Bolsa de Casablanca pertenecen a la Casa Real. El ha logrado unir a la gran burguesía y a la clase política, incluyendo a la vieja oposición.
-De usted y de su equipo se dice que son una formación política de oposiciónà
-No, no es así. Nosotros no somos una formación política, ni nos ocupamos de hacer oposición. Simplemente informamos y opinamos sobre temas de actualidad y eso es considerado grave en el Marruecos de hoy, donde el rey desconoce la Constitución y las leyes que la misma monarquía ha impuesto. No hay proyecto político que valga la pena. Nuestra Constitución necesita una reforma que la democratice, que haga del parlamento una verdadera cámara representativa y no una mera notaría de las decisiones reales, pero ese es un tema que no preocupa a los actuales dirigentes.
-¿La falta de libertad en Marruecos es consecuencia de su subdesarrollo?
-No, al contrario, para que haya desarrollo es necesaria la libertad. Necesitamos un desarrollo sostenible en nuestro país, pero sólo será posible lograrlo con un sistema democrático en el que se respeten la soberanía popular y la libertad.
-¿La mayoría de los marroquíes apoyaron la campaña por su libertad?
-Tuve apoyo, sin dudas, pero no creo haber contado con el de la mayoría, porque la gente todavía tiene miedo del poder. Lo que sí noté fue la solidaridad de la prensa independiente y de muchos de mis colegas. Y quiero destacar que recibí un poderoso aliento internacional, además del de periodistas individuales y de organizaciones como Reporteros Sin Fronteras.
-¿Además del apoyo de los periodistas? ¿A quién mencionaría?
-Destaco el apoyo de los gobiernos de España y Estados Unidos. De España no solamente el presidente de su gobierno, José María Aznar, planteó mi caso públicamente durante su visita oficial a Marrakesh, sino también el líder de la oposición, José Luis Rodríguez Zapatero, que fue el primer político español que expresó de forma pública su inquietud a los pocos días de mi encarcelamiento.
-¿En que país va a editar su nueva revista, en Francia, Españaà?
-En Marruecos, sin pensarlo dos veces. Mientras estaba preso pensé y dije que de ser liberado retomaría a mi trabajo y ahora lo ratifico.
-¿No teme volver a ser encarcelado?
-Siempre existirá ese riesgo, pero tanto mi compromiso con mi país como con el de toda la gente y las instituciones que me apoyaron me impulsan a editar Apres Demain en Marruecos. Desde luego que cumpliré las leyes, como lo he hecho hasta ahora, pero sin abjurar de la libertad de expresión, que es un derecho fundamental de todos los pueblos del mundo.
-Reporteros Sin Fronteras encabezó la acción internacional por su libertad. ¿Está de acuerdo con todo lo que hace esa organización? ¿Le parece correcto su planteamiento con respecto a Cuba?
-Valoro en alto grado la actividad que desarrolla Reporteros Sin Fronteras a favor de la libertad de prensa y el respeto que tiene al trabajo de los periodistas, incluyendo su reclamo para que en Cuba se respete la libertad y no se encarcele a colegas, como se ha hecho, por el mero hecho de ejercer nuestra profesión y querer hacerlo sin censuras.
